Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2616
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i3.1504

Impacto de la educación cívica en la formación de la
ciudadanía en estudiantes de educación media del Colegio
Nacional Yatytay, Paraguay

Impact of Civic Education on Citizenship Formation among High School Students at
Colegio Nacional Yatytay, Paraguay

Eligio de la Cruz Cáceres Rodríguez

eligiocaceres16@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-8915-3377

Universidad Nacional del Pilar

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Pilar Paraguay

Artículo recibido: 18 julio 2025 - Aceptado para publicación: 28 agosto 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.

RESUMEN

Este artículo analiza el impacto de la educación cívica en la formación ciudadana de los
estudiantes del tercer curso de la Educación Media del Colegio Nacional Yatytay, en el
departamento de Itapúa, Paraguay. El estudio se enmarca dentro de un enfoque metodológico
mixto, con diseño no experimental y de corte transversal. Se utilizaron encuestas estructuradas y
entrevistas semiestructuradas para recolectar los datos, aplicando instrumentos validados como el
Cuestionario de Conocimiento Cívico y Participación y la Escala de Actitudes hacia la
Democracia. Los resultados muestran que los estudiantes poseen un conocimiento intermedio
sobre sus derechos y deberes, manifiestan disposición a participar en las actividades cívicas y
valoran positivamente las estrategias pedagógicas activas como los debates, simulacros de
votación y los proyectos comunitarios. Sin embargo, el estudio también identifica las limitaciones
en la implementación de la educación cívica, tales como la escasez de recursos didácticos, la
insuficiente formación docente y la débil articulación entre la escuela, la familia y la comunidad.
Se concluye que la educación cívica, cuando se implementa de forma contextualizada y
participativa, puede fortalecer la conciencia democrática y el compromiso ciudadano en los
jóvenes. Asimismo, se recomienda potenciar la formación de los docentes, integrar la comunidad
dentro del proceso educativo y diseñar contenidos adaptados a los contextos rurales.

Palabras clave: educación cívica, ciudadanía, participación juvenil, contexto rural,
formación docente
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ABSTRACT

This article examines the impact of civic education on the development of citizenship among
third-year upper secondary students at the Yatytay National School, located in the department of
Itapúa, Paraguay. The study adopts a mixed-methods approach, with a non-experimental, cross-
sectional research design. Data collection was carried out through structured surveys and semi-
structured interviews, using validated instruments such as the Civic Knowledge and Participation
Questionnaire and the Attitudes Toward Democracy Scale. The findings indicate that students
possess an intermediate understanding of their rights and responsibilities, demonstrate a
willingness to engage in civic activities, and express positive attitudes toward active pedagogical
strategies such as debates, mock elections, and community-based projects. Nevertheless, the study
also highlights several limitations in the implementation of civic education, including a shortage
of instructional resources, inadequate teacher training, and weak coordination among schools,
families, and the broader community. The study concludes that civic education, when
implemented in a contextualized and participatory manner, can effectively enhance democratic
awareness and civic engagement among youth. It further recommends strengthening teacher
training, fostering community involvement in the educational process, and developing content
tailored to rural contexts.

Keywords: civic education, citizenship, youth participation, rural context, teacher training

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licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
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INTRODUCCIÓN

La educación cívica se constituye en uno de los pilares fundamentales para la construcción
de sociedades democráticas, inclusivas y participativas. A través de esta área, los estudiantes del
tercer curso de educación media adquieren no solo conocimientos sobre los sistemas políticos,
derechos y deberes, sino también las habilidades y los valores necesarios para ejercer una
ciudadanía crítica y comprometida. En los países en desarrollo, como los es el Paraguay, en donde
las desigualdades sociales y la desconfianza hacia las instituciones públicas continúan, se vuelve
una necesidad improrrogable una educación cívica de calidad.

Algunas investigaciones internacionales han evidenciado el bajo desempeño de los
alumnos de las instituciones educativas paraguayas en las competencias cívicas. En este sentido
el estudio ICCS (2009), demostró que un alto porcentaje de los jóvenes no alcanzan los niveles
mínimos requeridos en cuanto a los conocimientos referidos a la democracia, la participación
social y la tolerancia. Viendo desde el contexto rural esta situación es un poco más grave, en
donde las condiciones socioeconómicas y educativas, son los limitantes para el acceso a
experiencias de formación ciudadana que sea autentica y por ende transformadora.

Tal es así, que esta investigación se plantea como una respuesta a la necesidad de analizar
cómo la educación cívica impacta en la formación de la ciudadanía, en los estudiantes de la
educación media del Colegio Nacional Yatytay. La pregunta general que orienta esta
investigación es si la enseñanza de los contenidos cívicos, acompañada de las metodologías
activas, puede lograr generar cambios que sean significativos en cuanto al conocimiento, las
actitudes y las prácticas de participación de los jóvenes en sus contextos comunitarios.

El estudio tiene una importancia primordial por su aporte a la comprensión del rol que
cumple la educación cívica dentro del proceso formativo de los alumnos en el contexto educativo
paraguayo. Estamos en un momento histórico donde el descreimiento hacia la política, el
absentismo en las elecciones y el fanatismo partidario hacia los partidos tradicionales ganan
espacio, resulta muy importante logar fortalecer los diferentes espacios escolares como unos
verdaderos agentes formadores de una ciudadanía que sea responsable, activa y por sobre todo
con espíritu crítico.

Desde el aspecto teórico, la presente investigación se sustenta en el modelo ecológico de
Bronfenbrenner (1979), la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977) y la teoría del
desarrollo moral de Kohlberg (1976). Estas diferentes corrientes nos explican de una manera
clara, como los distintos contextos sociales, las experiencias educativas y los distintos modelos
de comportamiento tienen una influencia directa en la adquisición de los valores, las actitudes y
los conocimientos cívicos de los adolescentes estudiantes principalmente. Así tambien se tienen
en cuenta los aportes de Galtson (2001) y Habermas (1981) sobre la necesidad de formar a
ciudadanos que sean participativos e informados en las democracias contemporáneas.
Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2619
A nivel nacional, la Ley General de Educación N° 1264/98, reconoce a la educación cívica
como un componente obligatorio dentro del currículo educativo. Sin embargo, la implementación
efectiva enfrenta desafíos muy significativos, principalmente en las zonas rurales, como lo es
Yatytay, en donde las practicas pedagógicas predominante son las tradicionalistas, los recursos
materiales son muy escasos y por otro lado la formación de los docentes en el área de educación
cívica sigue siendo insuficiente. Bajo esta perspectiva se plantean interrogantes sobre sobre la
efectividad de la educación cívica en los distintos contextos y primordialmente en lo estructural.

El estudio se desarrolla en el Colegio Nacional Yatytay, ubicado en el departamento de
Itapúa, Paraguay. Este establecimiento educativo atiende a estudiantes del tercer curso de la
educación media, en un entorno predominantemente agrícola, con características propias de las
comunidades rurales del país. La población estudiantil se enfrenta a desafíos particulares en
cuanto a acceso a información, oportunidades de participación y modelos cívicos inspiradores
dentro y fuera de la escuela.

Como objetivo general de la investigación se plantea analizar el impacto de la educación
cívica, en la comprensión de los deberes y derechos de los ciudadanos y en la participación
política y social de los estudiantes del tercer curso. Con lo cual se busca identificar las estrategias
pedagógicas utilizadas, evaluar el conocimiento cívico de los estudiantes, describir la
participación de los mismos en las actividades comunitarias y políticas como así tambien analizar
los distintos factores contextuales que pueden llegar a condicionar la eficacia de la educación
vica.

A partir de este enfoque, se formulan las siguientes hipótesis: (1) los conocimientos cívicos
adquiridos en el aula favorecen la comprensión teórica de la ciudadanía; (2) las metodologías
activas promueven mayor participación política y social; y (3) los modelos de rol positivos, el
entorno familiar y comunitario influyen directamente en las actitudes ciudadanas de los
estudiantes. Las hipótesis planteadas nos permiten organizar la recolección de los datos y el
análisis de los resultados para poder contrastarlas con las distintas evidencias empíricas.

Teniendo como base todo lo anterior, el presente artículo se propone propiciar aportes que
sean concretos para mejorar de esa manera la enseñanza y por ende la educación cívica en nuestro
país, Paraguay, principalmente en las zonas rurales. Se espera que estos hallazgos se conviertan
en elementos fundamentales para el diseño de políticas publicas educativas que sean más
contextualizadas y por sobre todo eficaces, y que respondan a las necesidades reales de los jóvenes
estudiantes y por medio de ellos se fortalezca la democracia desde el aula.

MATERIALES Y MÉTODOS

El presente estudio se encuadra dentro de un enfoque metodológico mixto, en las que se
integran estrategias cuantitativas y cualitativas con la finalidad de obtener una visión mucho más
amplia y profunda del impacto de la educación cívica en la formación de la ciudadanía de los
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educandos del tercer curso del Colegio Nacional Yatytay. Se ha optado por este enfoque por la
necesidad de combinar lo que corresponde a una medición objetiva de variables con la
interpretación contextualizada de las percepciones y experiencias de los distintos actores
educativos involucrados en la investigación.

En cuanto al tipo de investigación, es de carácter descriptivo, ya que centra principalmente
en identificar, analizar y presentar las características esenciales de la realidad que se estudia, sin
una manipulación deliberada de las variables. El diseño que se adopta es no experimental de corte
transversal, esto significa que los datos fueron recolectados en un solo momento del tiempo,
observando los fenómenos tal como sucede dentro de su contexto natural sin la intervención del
investigador. Por medio de este diseño se llega a analizar la relacion de las variables de estudio
de una manera clara y objetiva, principalmente en los entornos educativos reales.

La población de estudio estuvo compuesta por la totalidad de los estudiantes del tercer
curso del Colegio Nacional Yatytay, que está ubicado en el departamento de Itapua, Paraguay, el
cual totaliza 50 alumnos, por otro lado, los docentes del área de Ciencias Sociales que son en total
12, estos fueron seleccionados debido a su relacion directa con la enseñanza de la educación
cívica. Debido al tamaño reducido de la población se optó por un muestreo no probabilístico por
conveniencia, incluyendo a todos los miembros disponibles y que son relevantes para el logro de
los objetivos de estudio. Esta decisión tomada se justifica en la necesidad de captar de manera
integral las percepciones tanto de los estudiantes como de los docentes dentro de un entorno rural.

Para la recolección de los datos se emplearon dos técnicas principales; es la encuesta
estructurada y la entrevista semiestructurada. En relacion a la encuesta fue aplicada a los
estudiantes, en la misma se incluyó ítems de formato Likert que están organizados en torno al
Cuestionario Cívico de Participación (CCCP) y la Escala de Actitudes hacia la Democracia
(EAD), ambos estudios están validados en base a estudios internacionales (ICCS, 2009). La
elección de la misma se basa en la capacidad de los instrumentos de medir con un alto grado de
confiabilidad tanto conocimiento objetivo como las actitudes valorativas hacia la ciudadanía.

En cuanto a los docentes se les aplicó una entrevista semiestructurada, la cual está diseñada
para poder explorar con una mayor profundidad las distintas estrategias pedagógicas
implementadas, las limitaciones percibidas dentro del proceso de enseñanza aprendizaje de la
educación cívica y la valoración del compromiso cívico de los educandos. Esta técnica, cualitativa
fue seleccionada por el potencial que tiene para poder generar información que es rica y
contextualizada sobre las prácticas educativas y los desafíos del entorno en donde se desarrolla.

En relacion al análisis de los datos recolectados se utilizó la estadística descriptiva para
poder procesar la información obtenida mediante las encuestas, sin embargo, aquellos datos
cualitativos fueron tratados mediante análisis de contenido, categorizando y codificando las
distintas respuestas de los docentes con el fin de identificar patrones, coincidencias y divergencias
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en los discursos. La triangulación metodológica nos permitió fortalecer la validez interna del
estudio y aportar una comprensión mucho más sólida del fenómeno estudiado.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Nivel de conocimiento cívico de los estudiantes

El nivel de conocimiento cívico de los estudiantes del tercer curso del Colegio Nacional
Yatytay da cuenta de una comprensión básica e intermedia sobre los conceptos vinculados a la
ciudadanía y que son fundamentales. Los datos revelan que una mayoría significativa de los
estudiantes reconoce la importancia de conocer sus derechos y deberes como ciudadanos, aunque
también se evidencia que no todos logran una apropiación profunda de estos contenidos. Esta
situación pone de manifiesto una brecha entre la enseñanza impartida y la internalización de los
conocimientos, lo cual puede atribuirse, en parte, al enfoque tradicional aún presente en algunas
prácticas educativas.

Estudios internacionales como el ICCS (Estudio Internacional de Educación Cívica y
Ciudadana, IEA, 2009) han mostrado que en América Latina los estudiantes suelen alcanzar
niveles básicos de conocimiento cívico, pero presentan dificultades para razonar críticamente
sobre temas sociales y políticos. En comparación con estos datos, los resultados obtenidos en el
Colegio Nacional Yatytay se alinean con dicha tendencia regional: los estudiantes logran
identificar conceptos clave, pero muestran fragilidad al interpretar procesos más complejos como
la rendición de cuentas de las autoridades o la función del sufragio en la democracia
representativa.

Por otro lado, es destacable que, al responder sobre el grado de influencia de la educación
cívica en su formación como ciudadanos, un 54% de los estudiantes consideró que les ayuda
“algo”, mientras que un 42% afirmó que les ayuda “mucho”. Solo un pequeño porcentaje señaló
que les ayuda “poco” y ninguno manifestó que no le ayuda en absoluto. Estos datos muestran una
percepción positiva general, aunque no totalmente entusiasta, lo que puede estar indicando una
enseñanza que despierta interés, pero aún no logra generar impacto transformador en todos los
casos.

Tabla 1

Percepción estudiantil sobre la influencia de la educación cívica en la formación ciudadana

Respuesta
Cantidad Porcentaje
Mucho
21 42%
Algo
27 54%
Poco
2 4%
Nada
0 0%
Total
50 100%
Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2622
Figura 1

Gráfico de barras: Impacto percibido de la educación cívica en la ciudadanía

(Fuente: El autor)

Este nivel intermedio de conocimiento también se refleja en la capacidad de los estudiantes
para poder identificar los derechos fundamentales, como el acceso a la educación, la salud y la
participación política.

No obstante, en los temas de mayor complejidad, tales como las funciones del gobierno o
los mecanismos para el control ciudadano, las respuestas que manifestaron demuestran un vacío
conceptual importante; en este sentido este aspecto es muy importante porque una ciudadanía
activa requiere no solo saber que tiene derecho sino tambien entender cómo y porque se ejercen
ciertos derechos.

Galston (2001), sostiene que el conocimiento político por sí solo no genera el compromiso
democrático, por lo que es necesario cultivar además de la motivación para participar, la confianza
plena en las instituciones. En este sentido, si bien los alumnos dan cuenta de la valoración de la
educación cívica, aún persiste una desconfianza generalizada hacia el sistema político nacional,
la cual se refleja en las respuestas de los educandos quienes consideran que la participación en la
política está asociada a la corrupción o los conflictos. De modo que es necesario de acuerdo con
la evidencia del diagnóstico el trabajo en la dimensión actitudinal de la ciudadanía y no solo en
lo que respecta a lo conceptual.

Siguiendo esta misma linea, es importante mencionar que la mayor parte de los estudiantes
asocia la ciudadanía principalmente con el cumplimiento de normas y el respeto a las autoridades,
sin tener una visión clara de la participación activa en las decisiones que se toman a nivel
comunitaria o colectivo. Este enfoque pasivo que asume la ciudadanía, se puede considerar como
una consecuencia directa de una educación cívica mucho más centrada en la obediencia a la
autoridad, que, en la autonomía crítica, lo que sugiere la necesidad urgente de un replanteamiento
de los procesos de enseñanza dentro del área, con el fin de responder de manera positiva a esta
dificultad.

Es importante tambien mencionar que los resultados mostraron diferencias significativas
en el nivel de conocimiento cívico entre los estudiantes que ya habían participado en los proyectos

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%
1
Impacto percibido de la educación cívica en la ciudadanía
Nada Poco Algo Mucho
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escolares o las actividades extracurriculares con cierto contenido cívico, y aquellos que no lo
habían hecho todavía. Este hallazgo básicamente refuerza la importancia del aprendizaje
experiencial en el desarrollo de las competencias ciudadanas, la cual básicamente se alinea con lo
sostenido por autores como Bandura (1977) y Galston (2001), quienes destacan la influencia que
tiene el entorno y la práctica experiencias en el fortalecimiento del compromiso cívico de los
jóvenes estudiantes.

Otro hallazgo que se puede considerar relevante es que los estudiantes que tuvieron o
pasaron por experiencias previas en roles de liderazgo, como representantes de sus cursos, o más
bien como miembros del centro de estudiantes o en algunos casos ya hayan participado en ferias
democráticas, los mismos demostraron una comprensión mucho más sólida sobre mecanismos de
participación. Este patrón se explica desde la teoría del aprendizaje situado (Lave & Wenger,
1991), que plantea que el conocimiento se construye en contextos reales de interacción social. Es
decir, el aprendizaje cívico se profundiza más cuando los estudiantes participan activamente en
prácticas ciudadanas auténticas.

Asimismo, el trabajo de campo reveló que el conocimiento cívico no solo depende del
colegio o la escuela, sino también del entorno familiar y comunitario. Los estudiantes
provenientes de familias donde se conversa sobre temas sociales se participan en las comisiones
vecinales o se observa el ejercicio de derechos, presentan una mejor comprensión y valoración de
los contenidos abordados en el aula. Esto refuerza el enfoque ecológico de Bronfenbrenner
(1979), que plantea que el desarrollo de la persona es el resultado de múltiples influencias
sistémicas.

Los docentes entrevistados manifestaron su preocupación por el bajo nivel de apropiación
de algunos conceptos clave y señalaron que, en muchos casos, los estudiantes memorizan los
contenidos para las evaluaciones, pero no logran transferirlos a situaciones reales. Esto evidencia
una debilidad estructural en la forma en que se aborda la educación cívica, reducida muchas veces
a una asignatura más, desvinculada de la práctica cotidiana.

Finalmente, los resultados sugieren que una de las debilidades en el conocimiento cívico
está relacionada con la falta de conexión entre los temas abordados en clase y los problemas reales
que enfrenta la comunidad. Como sostiene Freire (1970), la educación solo cobra sentido cuando
parte de la realidad concreta de los estudiantes y los ayuda a comprenderla críticamente para
transformarla. Por tanto, el currículo de educación cívica debe incorporar temas relevantes para
el entorno de los jóvenes, tales como participación en asambleas barriales, acceso a servicios
públicos, seguridad o medio ambiente, permitiendo así que el conocimiento se transforme en
conciencia ciudadana activa.

A pesar de ello, tanto los estudiantes como los docentes coinciden en que la educación
cívica es un tema importante y necesaria, la cual se puede mejorar mediante una mejor vinculación
con el contexto local, es decir tener en cuenta el contexto donde se desarrolla. Por ejemplo,
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integrando dentro del currículo el análisis de las diferentes problemáticas comunitarias, los
simulacros de procesos electorales o las visitas instituciones públicas y las instancias encargadas
de las elecciones pueden llegar a lograr una conexión más profunda y concreta con la realidad
que puede llegar a vivir o experimentar el estudiante, haciendo de esta manera que el aprendizaje
en si se relacione de manera directa con la realidad democrática.

En este aspecto, es importante incorporar metodologías de enseñanzas activas que
propicien la reflexión critica, el trabajo colaborativo y la toma de decisiones acertadas. Proponer
estrategias como el aprendizaje basado en proyectos, la resolución de los problemas y el uso de
los distintos recursos digitales pueden llegar a contribuir a una mayor y mejor comprensión de los
contenidos cívicos por parte del estudiantado.

En síntesis, el nivel de conocimiento cívico que poseen los estudiantes del Colegio
Nacional Yatytay, muestran un avance significativo en los relacionado al reconocimiento de los
conceptos que son generales, pero que aún es muy limitado en lo que respecta a la aplicación
práctica y comprensión crítico del mismo. En por ello necesario reforzar las practicas
pedagógicas, mejorar la formación de los docentes en lo relacionado a la ciudadanía, propiciar
alianzas con los actores comunitarios para poder consolidar una educación cívica transformadora,
que este contextualizada y con impacto directo en la vida democrática de los estudiantes.

Estrategias pedagógicas utilizadas

Las estrategias pedagógicas que son utilizadas en la enseñanza de la educación cívica en el
Colegio Nacional Yatytay, reflejan una transición que van entre los métodos tradicionales y los
enfoques más innovadores. Por medio de las entrevistas a los docentes y las encuestas que son
aplicadas, se identificó un esfuerzo mucho más creciente por introducir las metodologías activas,
sin embargo, aún persisten algunas limitaciones que dificultan una implementación sistemática.

Un número importante y significativo de docentes indicaron que intentan utilizar las
estrategias como los debates, los simulacros de votación como así tambien los estudios de casos,
debido a que estas motivan más a los estudiantes a participar. Sin embargo, solo el 17% manifestó
hacerlo de forma constante. La mayoría reconoció que aplica estas técnicas de forma esporádica,
dependiendo del tiempo disponible y de la planificación institucional.

Tabla 2

Frecuencia del uso de metodologías activas en clase según docentes

Frecuencia
Cantidad Porcentaje
Siempre
2 17%
Frecuentemente
6 50%
Raramente
4 33%
Nunca
0 0%
Total
12 100%
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Figura 2

Gráfico circular: Uso de metodologías activas en la educación cívica según docentes

(Fuente: El autor)

Estas metodologías activas tienen como objetivo no solo transmitir conocimientos, sino
desarrollar habilidades cívicas como la argumentación, el análisis crítico y el respeto por la
diversidad de opiniones. Tanto los docentes como los estudiantes coinciden que estas actividades
son muchos más interesantes y significativas, ya que les permiten vivir experiencias cercanas a la
realidad tanto política como en lo social en la cual ellos están viviendo.

A pesar de las buenas intenciones, una de las dificultades más frecuentes que son
señaladas es la falta o carencia de materiales didácticos específicos. Muchos de los docentes no
tienen acceso a los recursos didácticos modernos o actualizados, por los que deben recurrir a
fotocopias, recortes de periódicos o inclusos en algunos casos las improvisaciones, lo que limita
bastante la eficacia de las estrategias activas.

Otro desafío que es meritorio mencionar es la sobrecarga horaria del currículo escolar que
básicamente obliga a los docentes a priorizar contenidos evaluables y por ende a reducir el tiempo
destinado a aquellas dinámicas que son participativas. Esta situación genera en muchas ocasiones
una presión que no permite el desarrollo de los diferentes proyectos cívicos a largo plazo, lo que
afecta en gran medida la continuidad del aprendizaje y su consolidación. Esto refuerza la
necesidad de diversificar los distintos métodos de enseñanza para poder adaptarse a los diferentes
estilos de aprendizaje.

Desde la perspectiva del alumnado, las estrategias activas son muy valoradas. Los mismos
expresaron que las clases en las que se incluyen las dramatizaciones, el juego de roles o de visitas
institucionales resultan mucho más interesantes y por ende útiles para poder comprender como
funciona el sistema democrático. Esto refuerza la necesidad de diversificar los métodos de
enseñanza para poder adaptarse a los diferentes estilos de aprendizaje.

Sin embargo, tambien mencionaron que las experiencias en donde las actividades
participativas se desarrollaron de manera improvisada o sin una planificación clara, lo que genera
es más confusión o desinterés. Esto demuestra que el éxito de las metodologías activas no depende
solo de la aplicación de la misma sino tambien de una sólida preparación docente que garantice
su sentido pedagógico.

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%
1
Uso de metodologías activas en la educación cívica según docentes.
Nunca Raramente Frecuentemente Siempre
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Algunos docentes han destacado el impacto positivo que tienen los proyectos escolares
que son interdisciplinarios, en las que la educación cívica se integras con otras áreas académicas
como ser, historia, ética, antropología social o cultura, sociología, etc. para poder desarrollar las
ferias democráticas, las campañas ciudadanas o los simulacros de votación. Estas experiencias
posibilitan un aprendizaje mucho más contextualizado e integral.

Es de suma importancia mencionar que una de las estrategias que aporta de manera
positiva, que actúa como un disparador de reflexiones cívicas es la utilización de problemas que
son del entorno local. Analizar los distintos temas como la basura y su disposición, la
participación en las comisiones vecinales o la transparencia en la gestión de las autoridades
municipales, posibilito que los estudiantes vinculen el contenido curricular con la realidad
inmediata, favoreciendo la apropiación significativa del aprendizaje.

Esto significa que las distintas estrategias pedagógicas activas se convierten en un recurso
valioso para poder fortalecer la educación cívica dentro de un contexto escolar. Sin embargo, la
implementación requiere de condiciones institucionales que son adecuadas, recursos específicos
y una formación continua de cada uno de los docentes. El hecho de superar estas barreras
estructurales nos permitirá avanzar hacia una enseñanza mucho más democrática, critica y
participativa.

Tal es así que autores como Freire (1970), ya han insistido en que la educación no debe
ser una práctica de domesticación, sino más bien un acto liberador, que posibilite el dialogo, la
reflexión y la acción transformadora. Desde esta perspectiva, las metodologías activas no solo
instrumentos didácticos, sino más bien condiciones necesarias para que el estudiante se convierta
en sujeto de su propio aprendizaje y participe de una manera crítica en la sociedad. En cuanto a
la educación cívica, esta postura implica que los contenidos deben ser trabajados en relación con
la experiencia del estudiante, en los contextos que les permitan comprender su rol como ciudadano
en su comunidad y en la democracia.

Por otro lado, el modelo del aprendizaje experiencial propuesto por Kolb (1984), respalda
el grado de efectividad de las metodologías participativas que son aplicadas en este estudio. Según
Kolb, el conocimiento es producto de la interacción continua entre la experiencia concreta, la
reflexión, la conceptualización que son abstractas y la experimentación activa de los educandos.
Las actividades como las dramatizaciones, las simulaciones de los procesos democráticos o el
análisis de los distintos casos reales y locales permiten recorrer estas etapas, la que incrementa en
gran medida la comprensión de los contenidos y la transferencia de los aprendizajes a las
situaciones que son reales por las que pasan los alumnos.

Desde el enfoque sociocultural, Vygotsky (1978), se resalta que el proceso de aprendizaje
es básicamente un proceso que esta mediado socialmente y que el desarrollo e las funciones
cognitivas superiores, como el pensamiento crítico, ocurre en la interacción con los otros. En tal
sentido, las estrategias activas dentro de la educación cívica cuando promueven el dialogo, el
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trabajo en equipo, la colaboración; no solo está potenciando el desarrollo individual o personal de
los educandos, sino que tambien construyen una cultura de participación democrática desde la
escuela. Estas prácticas no solo enseñan sobre democracia, sino que enseñan en democracia y
para la democracia.

Participación social y política

La participación social y política de los estudiantes se constituye en uno de los ejes
fundamentales de la educación cívica. En el caso del Colegio Nacional Yatytay, los datos que
fueron recolectados muestran que los jóvenes tienden a predisponerse hacia los compromisos que
son comunitarios, aunque existen diferencias que son marcadas entre la intención declarada y la
acción propiamente dicha. Esta brecha entre el deseo de participar de los jóvenes y la ejecución
de dicha participación puede atribuirse a diversos factores que pueden ser; institucionales, sociales
y familiares.

De acuerdo al análisis de las encuestas, ser revela que la mayor parte de los estudiantes
ya han participado en algunas actividades comunitarias, las cuales fueron organizadas por el
colegio, como son las campañas ambientales, los eventos culturales. Sin embargo, la participación
en aquellas actividades como los proyectos solidarios o de voluntariado que no forman parte del
ámbito escolar son significativamente menores. Este patrón de comportamiento nos sugiere que
la educación formal actúa como el principal catalizador de la acción cívica, lo cual implica una
gran responsabilidad para la institución educativa.

Las entrevistas a los docentes nos confirman que las actividades donde la participación
es exitosa son aquellas que tiene el apoyo institucional con una planificación clara. De acuerdo a
los docentes este tipo de actividades no solo promueve la participación social, sino que tambien
posibilita que los mismos apliquen en la práctica los diferentes conceptos teóricos que son
aprendidos en la clase. Sin embargo, muchos docentes señalaron que este tipo de actividades o
iniciativas no en todos los casos se incluyen en los planes anuales.

Desde la perspectiva de los educandos, la participación en las actividades sociales
propicia un alto grado de satisfacción personal, principalmente cuando ven que sus aportes tienen
una incidencia directa en el entorno social en que se desenvuelven. Las actividades comunitarias
que realizan, tambien fortalecen el sentido de pertenencia y la autoestima, lo cual tiene efectos
que son positivos no solo en su formación cívica, sino tambien en su desarrollo que es personal
emocional.

No todos los estudiantes tienen las mismas oportunidades para poder participar. Aquellos
que viven en zonas rurales alejadas o que enfrentan situaciones socioeconómicas adversas
indicaron que muchas veces no pueden asistir a las actividades programadas debido a limitaciones
de transporte, trabajo familiar o falta de recursos económicos. Esto genera una desigualdad de
acceso que debe ser considerada al diseñar políticas educativas inclusivas.
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Un dato relevante del estudio es que los estudiantes que han participado previamente en
actividades de voluntariado o liderazgo escolar tienden a manifestar mayor interés en continuar
involucrados en los procesos sociales o políticos. Esto indica que la participación cívica, al igual
que otras competencias, puede y debe desarrollarse progresivamente mediante experiencias
educativas positivas.

Por otro lado, se observó que algunos estudiantes relacionan la participación política con
el conflicto o el fanatismo partidario, lo cual genera cierto rechazo hacia esta dimensión de la
ciudadanía. Esta percepción puede estar influenciada por el contexto político nacional y la falta
de formación crítica sobre el rol de los partidos y las instituciones democráticas.

Las instituciones educativas cumplen un rol transformador al posibilitar y ofrecer
espacios seguros y formativos, donde los jóvenes puedan discutir los temas que son de la
actualidad, organizar las iniciativas ciudadanas y expresar sus opiniones. Estas prácticas
favorecen la adquisición de las habilidades sociales y por ende consolidan la identidad
democrática de los estudiantes como un sujeto con derechos y responsabilidades.

Asimismo, es importante el fomento de alianzas estrategias con algunas instituciones u
organizaciones de la sociedad civil, tanto públicas o de gestión privada, para de esa manera poder
ampliar las oportunidades de participación juvenil fuera del entorno escolar. Este enfoque
interinstitucional, contribuirá a fortalecer la cultura democrática de los diferentes grupos y a
empoderar a los estudiantes como los actores claves del perfeccionamiento social y local.

En resumen, la participación social y política de los estudiantes del Colegio Nacional
Yatytay, tiene una potencialidad muy significativa, sin embargo, es limitada todavía por ciertas
barreras estructurales. Es importante implementar algunas estrategias pedagógicas e
institucionales que promuevan la acción ciudadana desde temprana edad, garantizando de esa
manera la igualdad de oportunidades y fortaleciendo la articulación constante entre lo que es la
teoría y la práctica.

Los datos obtenidos en las encuestas revelaron que el 72% de los estudiantes participaron
en ferias educativas y el 60% en campañas ambientales organizadas por la institución. Sin
embargo, solo el 48% se involucró en proyectos solidarios y actividades voluntarias, lo cual pone
en evidencia una participación todavía dependiente del contexto escolar. Esto coincide con la
perspectiva de Dewey (1916), quien afirmaba que la escuela debe funcionar como una
microdemocracia, donde los estudiantes aprendan ciudadanía no solo como contenido, sino como
experiencia práctica. Por tanto, la escasa continuidad de estas prácticas fuera del aula limita el
desarrollo pleno del sentido cívico.
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Tabla 3

Participación de estudiantes en actividades comunitarias organizadas por la escuela

Actividad
Participaron (%) No participaron (%)
Ferias educativas
72% 28%
Campañas ambientales
60% 40%
Eventos culturales
54% 46%
Proyectos solidarios
48% 52%
Figura 3

Participación estudiantil en actividades comunitarias organizadas por la escuela

(Fuente: El autor)

Además, se identificó que muchos estudiantes expresaron interés en participar más
activamente en su comunidad, pero sienten que carecen de espacios reales para hacerlo o
desconocen cómo involucrarse. Esta situación puede interpretarse a la luz del concepto de “acción
comunicativa” de Habermas (1987), donde la ciudadanía se construye en la interacción racional
y dialógica entre sujetos. Si la escuela no genera contextos deliberativos ni incentiva la agencia
juvenil, entonces se produce un desfase entre el discurso cívico enseñado y la práctica social
habilitada.

Finalmente, desde la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977), se entiende que la
participación política no solo se enseña, sino que también se modela a partir de la observación de
comportamientos significativos. En ese sentido, cuando los docentes, líderes comunitarios o
referentes familiares participan activamente en la vida pública, los estudiantes tienden a
reproducir ese compromiso. Los resultados del estudio confirmaron esta idea: aquellos jóvenes
que viven en hogares donde se habla de temas públicos o se participa en organizaciones barriales
mostraron mayor propensión a involucrarse en las actividades sociales, lo cual refuerza la
necesidad de trabajar articuladamente con las familias y la comunidad.

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%
Ferias educativas
Campañas ambientales
Eventos culturales
Proyectos solidarios
Participación estudiantil en actividades comunitarias organizadas por la
escuela
Series2 Series1
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Factores contextuales que condicionan la enseñanza

El proceso de enseñanza de la educación cívica no ocurre en el vacío, sino que está
profundamente influenciado por el contexto social, económico e institucional en el que se
desarrolla. En el Colegio Nacional Yatytay, los factores contextuales condicionan de manera
significativa las posibilidades reales de implementar una enseñanza transformadora, activa y
significativa en esta área del conocimiento.

Uno de los obstáculos principales que se ha identificado es la carencia de recursos
didácticos específicos para el desarrollo del área de educación cívica. En este sentido los docentes
manifestaron que muchas veces improvisan o crean sus propios materiales con recortes, apuntes
propios o adaptaciones de textos que son antiguos, lo cual dificulta que una planificación sea
coherente y definida. Esta situación limita la variedad metodológica y reduce las oportunidades
de aplicar estrategias participativas.

Por otro lado, los resultados que se ha obtenido nos permite observar que los docentes
permanentemente enfrentan desafíos para poder conciliar lo que es la necesidad institucional con
lo que es la necesidad de innovar sus prácticas pedagógicas. Esta situación es abordada por Fullan
(2002), quien sostiene que el cambio educativo no se puede producir o generar de una manera
aislada dentro del aula, sino que requiere las condiciones estructurales, el acompañamiento
institucional y una cultura escolar que valore la mejora continua. Dentro del contexto del Colegio
Nacional Yatytay, la ausencia de una política clara de fortalecimiento de la educación cívica limita
las posibilidades de avanzar hacia una propuesta transformadora.

Otro elemento que es determinante, es la poca o insuficiente formación docente continua
en didáctica cívica. Si bien muchos docentes reconocer la importancia de esta materia, la mayoría
de ellos no han sido capacitados recientemente para poder abordar la ciudadanía de una manera
activa y critica. Esto genera inseguridad y una tendencia a adoptar enfoques tradicionales, que
están centrados en la transmisión de contenidos y la evaluación memorística.

Las condiciones socioeconómicas del alumnado también inciden en el proceso educativo.
La mayoría de los estudiantes proviene de familias de bajos recursos, muchas de ellas con
situaciones de vulnerabilidad social. Estas realidades influyen en su disposición para participar,
en su rendimiento escolar y en su acceso a herramientas que faciliten el aprendizaje, como los
libros, el acceso a internet o incluso transporte.

Desde un enfoque sociocultural, Vygotsky (1978) plantea que el aprendizaje se construye
en la interacción social y que el contexto tiene un rol determinante en el desarrollo de
competencias cognitivas y actitudinales. En zonas rurales como Yatytay, donde existen múltiples
carencias estructurales, los estudiantes enfrentan barreras externas que condicionan su
rendimiento académico y su participación activa en la vida escolar. Las entrevistas evidenciaron
que las dificultades económicas, la falta de transporte y las responsabilidades familiares son
factores que restan tiempo y energía al compromiso estudiantil con las actividades cívicas.
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La articulación entre la escuela, la familia y la comunidad es otro de los puntos débiles
detectados. Los docentes afirmaron que existe escasa participación de las familias en los procesos
escolares, y cuando esta se da, es principalmente en eventos festivos o formales. La falta de una
relación constante y cooperativa con los padres limita el fortalecimiento de los valores ciudadanos
desde el entorno familiar.

Asimismo, el escaso involucramiento de las familias en los procesos formativos refuerza
una visión fragmentada de la educación. Según Epstein (2011), la colaboración familia-escuela-
comunidad es esencial para el desarrollo integral de los estudiantes, especialmente en temas
vinculados a la ciudadanía, que requieren coherencia entre los valores promovidos en el hogar y
los enseñados en la escuela. La investigación reveló que más del 60% de los docentes considera
“baja” la participación de los padres en actividades relacionadas con la educación cívica, lo cual
obstaculiza el refuerzo de estos aprendizajes fuera del aula.

También se mencionó el limitado apoyo institucional en la planificación de actividades
extracurriculares o proyectos comunitarios. Aunque los docentes proponen iniciativas, muchas
veces estas no se concretan por falta de presupuesto, permisos o acompañamiento técnico. Esta
falta de respaldo desmotiva al profesorado y debilita el vínculo entre la teoría cívica y la práctica
social.

No obstante, es importante mencionar que se han registrado algunos elementos
contextuales positivos. Algunos docentes demostraron un alto grado de compromiso y creatividad
para superar las barreras estructurales. A través del uso de recursos locales, alianzas con actores
comunitarios o el desarrollo de proyectos escolares auto gestionados, lograron generar espacios
significativos de formación ciudadana.

En este sentido, el 42% de los docentes encuestados han manifestado haber desarrollado
algunos proyectos escolares que vinculan la educación cívica con el entorno local, utilizando
algunas estrategias como el análisis de los problemas comunitarios, las campañas ambientales y
los foros estudiantiles. Estas experiencias coinciden con los planteamientos de Freire (1970),
quien defendía una educación situada, crítica y dialógica, capaz de responder a las necesidades
reales de los estudiantes y de su comunidad.

El contexto rural del colegio también presenta desafíos particulares, como la dispersión
geográfica de los estudiantes y la escasez de servicios básicos. Sin embargo, esta realidad puede
ser una oportunidad para trabajar la educación cívica desde una perspectiva territorial, donde los
estudiantes analicen y propongan soluciones a los problemas concretos de su comunidad.

La heterogeneidad del grupo docente en cuanto a experiencia, formación y motivación
influye en la calidad de la enseñanza. Mientras algunos educadores incorporan metodologías
innovadoras y promueven la participación estudiantil, otros aún se resisten al cambio o no cuentan
con las herramientas necesarias para implementarlo. Esta disparidad genera una educación
desigual incluso dentro de la misma institución.
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Frente a este panorama, es necesario fortalecer la formación permanente del profesorado,
garantizar recursos mínimos para la enseñanza de la ciudadanía, y fomentar una cultura
institucional de participación y corresponsabilidad. Solo así se podrá avanzar hacia una educación
cívica contextualizada, inclusiva y capaz de formar a ciudadanos activos y críticos desde las
escuelas rurales del Paraguay.

Tabla 4

Factores que condicionan la enseñanza de la educación cívica según docentes

Factor Contextual
Frecuencia de mención
Falta de materiales y recursos didácticos
10 de 12
Escasa articulación escuela-familia-comunidad
8 de 12
Condiciones socioeconómicas desfavorables
7 de 12
Formación docente insuficiente en ciudadanía
6 de 12
Apoyo institucional limitado
5 de 12
Figura 4

Factores contextuales que afectan la enseñanza de la educación cívica

Fuente: (El autor)

Validación de la hipótesis

La hipótesis principal del estudio planteaba que la educación cívica, cuando es abordada
con metodologías activas, contextualizadas y participativas, impacta positivamente en la
formación ciudadana de los estudiantes del tercer curso del Colegio Nacional Yatytay. El análisis
detallado de los resultados empíricos tanto cuantitativos como cualitativos permite afirmar que
esta hipótesis se valida, aunque con consideraciones importantes respecto a los factores que
condicionan dicha relación.

En primer lugar, se observó que los estudiantes que participaron en las actividades
educativas con enfoque vivencial y colaborativo demostraron mayores niveles de comprensión
sobre sus derechos y sus deberes, así como una actitud más favorable hacia la participación social.

0 2 4 6 8 10 12
Falta de materiales y recursos didácticos
Escasa articulación escuela-familia-comunidad
Condiciones socioeconómicas desfavorables
Formación docente insuficiente en ciudadanía
Apoyo institucional limitado
Factores contextuales que afectan la enseñanza de la educación cívica
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La implementación de estrategias como debates, dramatizaciones, juegos de roles o campañas
comunitarias permitió traducir los conceptos abstractos en experiencias significativas. Esto
coincide con lo señalado por Bandura (1977), quien destacó el valor del aprendizaje por
observación y práctica en contextos sociales reales.

Tal es así, que los datos nos indican que la educación cívica tiende a adquirir un carácter
transformador cuando está vinculada o relacionado al entorno cercano de los educandos. Es por
ello que los estudiantes que han participado en los proyectos relacionados a las diferentes
problemáticas sociales de la comunidad, no solo han aprendido de manera conceptual los
contenidos referidos al civismo, sino que tambien fortalecieron su sentido de pertenencia y
compromiso social. Este hallazgo refuerza la perspectiva de Bronfenbrenner (1979), que sostiene
que el aprendizaje se potencia cuando ocurre dentro de un sistema de relaciones ecológicas que
incluye la familia, la escuela y la comunidad.

Otro aspecto que valida la hipótesis es la percepción estudiantil. Una gran mayoría
reconoció que la asignatura de educación cívica les ayuda “mucho” o “algo” a formarse como
ciudadanos, lo que revela una valoración positiva del área. No obstante, este efecto se incrementó
en quienes tuvieron docentes que aplicaron metodologías participativas de forma sistemática, lo
cual subraya la importancia del rol docente como facilitador del pensamiento crítico y la acción
ciudadana (Galston, 2001).

Sin embargo, también se detectaron limitaciones que son estructurales que inciden
directamente en la eficacia de la enseñanza cívica. La escasez de los materiales, la sobrecarga
horaria del docente, la falta de formación continua y la débil articulación con las familias son
factores que obstaculizan la implementación plena de las metodologías activas. Por tanto, si bien
la hipótesis se confirma, su validación está mediada por las condiciones contextuales en las que
se desarrolla el proceso educativo.

Es importante destacar que la hipótesis no proponía una relación automática entre
educación cívica y formación ciudadana, sino que planteaba que este impacto positivo depende
del enfoque pedagógico utilizado y de la coherencia entre el currículo y la realidad del
estudiantado. Los datos hallados nos muestran que una educación cívica que esta
descontextualizada o es solamente teórica, produce efectos muy limitados, mientras que una
enseñanza que es contextualizada, comprometida y conectada con la realidad local puede llegar a
producir transformaciones mucho más profundas en la actitud y el comportamiento de los jóvenes
ciudadanos.

Por todo ello, la hipótesis se vio fortalecida por la observación de aquellos educandos que
han participado en actividades previas de liderazgo, voluntariado comunitario o por el hecho de
haber representado a sus compañeros de curso, mostraban niveles mucho más alto de
conocimiento cívico y una mayor predisposición a participar en actividades públicos
comunitarios. Con lo cual se reafirma la idea de que la ciudadanía se va aprendiendo haciendo,
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participando en coherencia con los planteamientos de Dewey y Freire sobre la educación
democrática como una práctica de la libertad.

Tambien es relevante mencionar que la hipótesis fue validada en términos generales, el
impacto de la educación cívica no es homogéneo en todos los estudiantes. Algunos aspectos como
las diferencias individuales, las trayectorias familiares, el acceso mismo a experiencias de
aprendizajes extracurriculares y el capital cultural son condicionantes para la apropiación del
aprendizaje cívico. Por los que cualquier propuesta de mejora que se desee implementar en el área
siempre se debe considerar la heterogeneidad de los educandos y por ende promover enfoques
que sean más inclusivos.

En síntesis, la validación de la hipótesis confirma que la educación cívica es un elemento
clave para la construcción de la ciudadanía, siempre y cuando la misma se aborde desde una
pedagogía activa, situada y transformadora. No obstante, esta validación también implica
reconocer que los desafíos estructurales limitan su alcance y efectividad, por lo que se recomienda
avanzar principalmente en las políticas de formación docente, producción de materiales didácticos
adecuados y una articulación interinstitucional que pueda potenciar la educación para la
democracia.

Implicancias pedagógicas

Los hallazgos de esta investigación sobre el impacto de la educación cívica en la formación
ciudadana de los estudiantes del tercer curso del Colegio Nacional Yatytay permiten no permite
determinar una serie de implicancias que son pedagógicas y relevantes para el mejoramiento de
las prácticas educativas en situaciones similares.

En primer lugar, se evidencia claramente la necesidad de ir pasando desde una enseñanza
tradicional, que está centrada en la memorización de los conceptos hacia aquellos enfoques que
promueva la reflexión, el análisis de la realidad social y la participación activa de los educandos.
Tal como lo plantea Joyce y Weil (1996), los mismos afirman que las metodologías activas no
solo favorecen el aprendizaje significativo, sino que tambien permiten el desarrollo de las
habilidades ciudadanas como la empatía, la capacidad de deliberar y el juicio crítico y moral.

En segundo término, la importancia de contextualizar los contenidos cívicos con la realidad
local donde esta se desarrolla es reconocida y valorada. La ciudadanía no puede ser enseñada con
conceptos abstractos, sino que debe de ser construido a partir de la experiencia en territorio y de
los problemas sociales concretos conocidos por el estudiante. En esta misma línea de idea, Freire
(1970), sostiene que la educación debe ser producto de una práctica constante de libertad, donde
los sujetos problematizan su realidad y se empoderan para poder evolucionar a mejor.

Otra implicancia que es considerado fundamental es el fortalecimiento de la formación y
capacitación de los docentes de manera continua en educación cívica. Los resultados obtenidos
evidencian que muchos de los docentes carecen de las herramientas teóricas y metodológicas
actualizadas para poder abordar la formación ciudadana de una manera que resulte integral.
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Galston (2004), afirma en este sentido que la educación cívica, requiere de educadores dotados
de competencias específicas que garanticen la transmisión no solo de contenidos abstractos, sino
que los mismos estén plasmados de valores democráticos.

Finalmente, esta investigación invita a repensar en el rol que tiene la escuela como un
espacio de construcción democrática. Que fomente una cultura institucional que esté basada en la
participación, en el respeto a la diversidad y la toma de decisiones compartida no solo contribuye
a la formación de la ciudadanía, sino que tambien transforma de raíz a la propia comunidad
educativa convirtiéndole en un escenario de convivencia democrática activa.

CONCLUSIONES

Partiendo del análisis de los resultados obtenidos en la investigación se concluye que la
educación cívica cumple un rol importante y significativo en la formación de la ciudadanía de los
estudiantes del tercer curso del Colegio Nacional Yatytay. La enseñanza de los contenidos que
están vinculados a los derechos y deberes ciudadanos, combinada con las metodologías activas y
contextualizadas, suscita una visión más profunda acerca de los principios democráticos y
fomenta actitudes que son participativas entre los jóvenes.

En cuanto al primer objetivo específico, se evidenció que las estrategias pedagógicas que
se desarrolla por medio de debates, estudios de caso, simulacros de votación y proyectos
comunitarios son altamente valoradas por los estudiantes. Estas prácticas no solo aumentan el
interés y la motivación, sino que también contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico y del
compromiso ciudadano. No obstante, su aplicación sistemática aún enfrenta limitaciones debido
a la falta de recursos didácticos, escasa formación continua del profesorado y restricciones
curriculares.

En relación al nivel de conocimiento cívico de los estudiantes del Colegio Nacional
Yatytay, demostraron tener una comprensión intermedia sobre sus derechos y deberes como
ciudadanos. Por más de que tienen conocimiento acerca de algunos derechos que son
fundamentales como el derecho al voto y el respeto a las leyes, aún existen vacíos en lo que a
participación ciudadana se refiera. Esto nos sugiere que aún es necesario fortalecer los distintos
contenidos curriculares y promover una mayor y mejor vinculación entre lo que es la teoría y la
práctica.

Por otro lado, lo relacionado a la participación social y política, se ha evidenciado una
actitud favorable hacia la participación y el involucramiento en las actividades comunitarias,
principalmente aquellas que son planteadas por la institución educativa. Sin embargo, la
participación autónoma y sostenida fuera del contexto escolar aún es baja, la cual es un indicativo
de la necesidad de fomentar los espacios que motiven e institucionalicen la acción ciudadana
desde la adolescencia. Las actividades prácticas, cuando están bien organizadas, tienen un alto
impacto formativo y son recordadas positivamente por los estudiantes.
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Asimismo, los factores contextuales juegan un rol importante en la efectividad de la
educación cívica. Las condiciones socioeconómicas desfavorables, la debilidad en la articulación
entre la escuela, la familia y la comunidad, y la carencia de apoyo institucional limitan
considerablemente el alcance de las propuestas educativas en esta área. A pesar de estas
dificultades, se identificaron experiencias exitosas que son impulsadas por los docentes
comprometidos que lograron generar procesos formativos significativos mediante el uso de los
recursos locales y las metodologías participativas.

Finalmente, la hipótesis fue validada: la educación cívica, cuando se implementa con
enfoque activo y contextualizado, impacta positivamente en la formación de una ciudadanía
crítica, reflexiva y participativa. Sin embargo, para lograr resultados sostenidos, es indispensable
avanzar hacia políticas educativas inclusivas, fortalecer la formación de los docentes, garantizar
recursos adecuados y promover una cultura escolar democrática que estimule la participación y
el compromiso de los estudiantes con su comunidad.
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REFERENCIAS

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