Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 214
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i4.1666

Política de Medicamentos Esenciales en Ecuador: Análisis de
Acceso, Disponibilidad y Sostenibilidad en Hospitales
Públicos

Essential Medicines Policy in Ecuador: Analysis of Access, Availability, and
Sustainability in Public Hospitals

Irianni Inmaculada Jesús García Armas

drairianni8@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-5814-7342

Hospital General del Norte de Guayaquil Los Ceibos

Guayaquil Ecuador

Damaris Nicole Fierro

damarisnicolefierro@gmail.com

https://orcid.org/0009-0000-3430-3817

Universidad Católica de Santiago de Guayaquil

Guayaquil Ecuador

Freddy Leonardo Pavón Patiño

freddy.pavon@iess.gob.ec

https://orcid.org/0009-0004-8523-0725

Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social

Quito Ecuador

Valentín Javier Cedeño Defaz

https://orcid.org/0009-0008-4364-2309

valentincedefaz@outlook.com

Hospital General Milagro

Milagro Ecuador

Artículo recibido: 18 septiembre 2025 - Aceptado para publicación: 28 octubre 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.

RESUMEN

Los medicamentos esenciales son la columna vertebral del sistema sanitario y, en Ecuador, su
provisión continua en hospitales públicos sigue siendo un reto. Este trabajo integra revisión
normativa, análisis de listados oficiales y hospitalarios, y la experiencia operacional de farmacias
hospitalarias para valorar tres ejes: acceso, disponibilidad y sostenibilidad. Los hallazgos
convergen en patrones reconocibles: formularios hospitalarios con alineación variable al Cuadro
Nacional; procesos de compra intermitentes y ejecución presupuestaria tardía; estimaciones de
demanda heterogéneas y sistemas de información fragmentados que dificultan la trazabilidad. Se
describen desabastecimientos recurrentes en grupos terapéuticos críticos (p. ej., antimicrobianos)
y brechas entre niveles de atención y territorios, lo que empuja compras directas por parte de los
pacientes cuando hay quiebres de stock. A la vez, se identifican prácticas que funcionan: compras
corporativas con contratos marco, comités de farmacia y terapéutica activos, guías de práctica y
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 215
programas de uso racional con farmacovigilancia. Para la sostenibilidad se propone: gobernanza
única y transparente de adquisiciones, pronóstico de demanda con LMIS interoperable,
evaluación de precios de referencia, indicadores públicos de disponibilidad, fortalecimiento de
CFT, protección presupuestaria para fármacos críticos y articulación con la política de antibióticos
y salud digital. Estas medidas pueden reducir quiebres, mejorar la equidad y blindar el acceso.

Palabras clave: medicamentos esenciales, política de medicamentos, accesibilidad a los
servicios de salud, suministro de medicamentos, sostenibilidad

ABSTRACT

Essential medicines underpin effective health systems. In Ecuador’s public hospitals, ensuring
uninterrupted availability remains challenging. This policy analysis triangulates current
regulations, national and hospital formularies, and on-the-ground pharmacy operations to assess
access, availability, and sustainability. Cross-cutting issues emerged: uneven alignment between
hospital formularies and the National Essential Medicines List; intermittent procurement cycles
with delayed budget execution; heterogeneous demand forecasting; and fragmented information
systems that hinder traceability. Recurrent stock-outs in critical therapeutic groups (e.g.,
antimicrobials) and disparities across levels of care and provinces were observed, prompting out-
of-pocket purchases during shortages. Conversely, several practices show promise: corporate
purchasing with framework agreements, active Pharmacy & Therapeutics Committees, evidence-
based guidelines, rational-use programs, and pharmacovigilance. To strengthen sustainability we
recommend consolidated, transparent purchasing; demand forecasting supported by an
interoperable LMIS; reference price evaluation; public dashboards of availability; empowered
P&T committees; protected financing for critical medicines; and alignment with antimicrobial
stewardship and digital health strategies. Implemented together, these levers can curb stock-outs,
enhance equity, and secure reliable access to essential medicines in Ecuador’s public hospitals.

Keywords: essential medicines, drug policy, health services accessibility, drug supply,
sustainabilit

Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 216
INTRODUCCIÓN

Los medicamentos esenciales constituyen el núcleo operativo de los sistemas sanitarios
porque traducen en práctica clínica la promesa de la cobertura universal: terapias costo-efectivas,
de calidad garantizada y disponibles en todo momento y nivel de atención. La Lista Modelo de
Medicamentos Esenciales orienta a los países en la selección informada según prevalencia,
eficacia, seguridad y costo-efectividad, y sirve de base para formularios nacionales y
hospitalarios. En ese marco, la continuidad del suministro deja de ser un asunto logístico aislado
para convertirse en un determinante de resultados clínicos y de equidad en salud (WHO, 2023).

En Ecuador, la Décima Primera Revisión del Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos
(CNMB)con reformas de 2023define la canasta prioritaria que debería guiar compras,
prescripción y uso racional en la Red Pública Integral de Salud. Su actualización reciente exige,
no obstante, un alineamiento consistente en los formularios hospitalarios y en la programación de
necesidades, para evitar la brecha entre lo normado y lo efectivamente disponible a pie de cama
(CONASA, 2022; CONASA, 2023).

El desafío no es exclusivamente local. En los últimos años se han agudizado a nivel global
los desabastecimientos por tensiones manufactureras, cuellos de botella logísticos, shocks de
demanda y dependencia de pocos proveedores, con reportes que documentan alzas sin precedentes
en la escasez de fármacos, incluidos varios esenciales. Este fenómeno repercute en clínicas y
hospitales con retrasos terapéuticos, sustituciones no óptimas y mayor costo de atención (BMJ,
2024; BMJ, 2025). En Ecuador, la discusión pública sobre quiebres de stockincluidas terapias
críticas como vacunas e insulinasha visibilizado la necesidad de mejorar compras, ejecución
presupuestaria y trazabilidad del suministro (Primicias, 2025).

Desde la gestión pública, el país ha impulsado mecanismos de compra corporativa para
ganar escala, estandarizar catálogos y mejorar precios. Aunque se han comunicado ahorros
relevantes, persisten brechas en pronóstico de demanda, trazabilidad e interoperabilidad de datos
entre farmacia hospitalaria, bodegas, unidades operativas y la plataforma de contratación; la
desconexión entre ciclo clínico y ciclo de suministro termina expresándose en sobrestock de unos
ítems y agotamiento de otros. Por ello, la discusión debe transitar de “comprar a mejor precio” a
gobernar integralmente el ciclo de suministro, con métricas de desempeño (fill rate, días de
inventario, rotación, días de quiebre) y responsabilidades claras desde el Comité de Farmacia y
Terapéutica (CFT) hasta el nivel rector (MSP, 2023; SERCOP, 2023).

A nivel regional, la OPS promueve la compra mancomunada a través del Fondo Estratégico
y un fortalecimiento de las funciones regulatorias, evaluación de tecnologías sanitarias y uso
racional, como palancas para ampliar acceso y mitigar quiebres. En paralelo, la evidencia reciente
en países de ingresos bajos y medios muestra que los Sistemas de Información Logística
(LMIS)cuando son digitales, interoperables y con datos de calidadmejoran la disponibilidad
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 217
y el reabastecimiento oportuno; esto es extrapolable al contexto ecuatoriano si se integra con
historia clínica, farmacia y módulos de contratación (PAHO, 2024; PAHO Strategic Fund, s. f.;
Mekonen et al., 2025a, 2025b).

En el ámbito hospitalario, el CFT conecta la evidencia clínica con la logística: define el
formulario institucional alineado al CNMB, aprueba intercambios terapéuticos, consolida la
programación de necesidades y lidera el uso racional y la farmacovigilancia. Fortalecerlo con
datos de consumo por servicio, indicadores de rotación y reportes de reacciones adversas no solo
reduce variabilidad injustificada, también mejora la previsión y estabiliza la demanda para
compras más inteligentes. Disposiciones recientes en establecimientos de la red reafirman este rol
y brindan base operativa para institucionalizar buenas prácticas (IESS-HGM, 2024).

La accesibilidad no se agota en “tener la caja en la estantería”. Estudios actuales sobre
tiempos de espera y formas de acceso en hospitales públicos del país recuerdan que el paciente
enfrenta una trayectoria con múltiples fricciones (citas, referencias, contrarreferencias,
dispensación), y que la ausencia de un insumo esencial en cualquiera de estos eslabones puede
desviar al gasto de bolsillo o posponer tratamientos indispensables. Por eso, el desempeño del
suministro de esenciales debe leerse junto a métricas de acceso efectivo y continuidad del cuidado
(Briones et al., 2025).

Otro vector crítico es la resistencia antimicrobiana (RAM). En hospitales, los antibióticos
de primera línea del CNMB deben estar disponibles y usarse con programas de optimización
antimicrobiana (PROA) para evitar escaladas innecesarias hacia fármacos de mayor costo o
toxicidad. La evidencia reciente en América Latina subraya que la combinación de acceso estable
+ uso prudente es indispensable: sin disponibilidad no hay adherencia a guías; sin PROA, se
acelera la RAM y se tensionan los presupuestos. Así, abastecimiento y uso racional son dos caras
de la misma política (MSF Access, 2024).

El problema que aborda este estudio es estructural: cómo asegurar acceso, disponibilidad
y sostenibilidad de medicamentos esenciales en hospitales públicos ecuatorianos, reduciendo
quiebres en grupos terapéuticos críticos y fortaleciendo la equidad territorial. El abordaje
combinará: (1) revisión de normativa nacional y regional vigente; (2) análisis del CNMB y su
traducción en formularios hospitalarios; (3) caracterización de prácticas de compras (corporativas
y de establecimiento), y (4) evaluación operativa del sistema de suministro con indicadores
estandarizados de inventario y quiebres. El objetivo práctico es proponer un paquete de
intervencionesrealistas y mediblesque reduzca días de quiebre (p. ej., antimicrobianos,
insulinas, soluciones parenterales), mejore la continuidad terapéutica y blinde el acceso frente a
shocks de mercado (PAHO, 2024; WHO, 2023).
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 218
MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio se concibió como una evaluación de políticas y sistemas de salud con enfoque
mixto y diseño convergente, orientada a comprender de manera integrada el acceso, la
disponibilidad y la sostenibilidad de los medicamentos esenciales en hospitales públicos de
Ecuador. El periodo de referencia se centró en los dos últimos años para capturar la situación
operativa reciente y los efectos de cambios normativos y logísticos. La elección de un enfoque
mixto respondió a la necesidad de combinar la solidez de las métricas administrativas con la
perspectiva de quienes gestionan y viven el proceso de abastecimiento en el día a día.

El trabajo se desarrolló en dos planos interrelacionados. En el macro, se revisó la normativa
vigente, la estructura del cuadro nacional, los lineamientos de compras, el rol del Comité de
Farmacia y Terapéutica (CFT) y las disposiciones sobre uso racional e interoperabilidad de
información. En el plano meso-micro, la unidad de observación fueron hospitales de segundo y
tercer nivel de la Red Pública Integral de Salud, poniendo énfasis en servicios con alta presión de
insumos (emergencia, UCI, medicina interna y pediatría). La selección de establecimientos fue
intencional, buscando heterogeneidad geográfica (Costa, Sierra, Amazonía y Galápagos),
diferente complejidad y volumen de atenciones. En cada hospital se trabajó con informantes
clave: jefaturas de farmacia y abastecimiento, presidencia o secretaría del CFT, jefaturas clínicas
y dirección médica, hasta alcanzar saturación temática en la componente cualitativa y
exhaustividad factible en la cuantitativa.

Se incluyeron establecimientos con formulario institucional vigente, registros de inventario
y consumo, documentos de compra del periodo y CFT formalmente constituido. Se excluyeron
hospitales sin registros mínimos, en transición administrativa que impidiera auditoría documental
o con cierres prolongados que distorsionaran la serie. Esta depuración buscó asegurar
comparabilidad, sin perder diversidad de contextos.

Las fuentes de información combinaron documentos normativos y operativos (cuadro
nacional, formularios hospitalarios, actas del CFT, planes anuales de contratación, órdenes de
compra y recepción, reportes de almacén y notas de crédito) con registros de farmacia y bodega
(kardex, consumos, rotación, cobertura en días), bitácoras de quiebre y, cuando existió, sistemas
logísticos digitales. Se aplicaron encuestas estructuradas a jefaturas de farmacia y abastecimiento
para cuantificar procesos y resultados, y entrevistas semiestructuradas a informantes clave para
comprender decisiones, cuellos de botella y estrategias locales. Además, se realizó observación
no participante del flujo de reposición (solicitud, aprobación, compra, recepción y dispensación)
con listas de verificación estandarizadas, y una auditoría muestral y sistemática de recetas en
servicios críticos para estimar el porcentaje de prescripciones completamente surtidas y los
tiempos de surtido.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 219
Las variables se organizaron en tres ejes. Para acceso, el resultado primario fue el
porcentaje de recetas completamente surtidas y el tiempo de surtido; como secundarios se
analizaron tiempos de espera para dispensación, desvíos a gasto de bolsillo reportados y
continuidad terapéutica. Para disponibilidad, el resultado primario fue el número de días de
quiebre por ítem esencial, con foco en antimicrobianos de primera línea, insulinas y soluciones
parenterales; se añadieron fill rate, rotación mensual, cobertura en días, lead time (pedido-
recepción) y proporción de sustituciones terapéuticas; también se midió la alineación formulario-
cuadro nacional como porcentaje de ítems presentes y con stock operativo. Para sostenibilidad,
se evaluó la gobernanza y funcionamiento del CFT (frecuencia de reuniones, actas y decisiones),
la ejecución presupuestaria en porcentaje y oportunidad, la existencia y aplicación de programas
de optimización antimicrobiana y la madurez digital del sistema logístico (captura en línea,
trazabilidad e interoperabilidad). Todos los indicadores se definieron a priori en un manual
operativo con umbrales que permitieron clasificaciones tipo semáforo.

Los instrumentos incluyeron una matriz de extracción normativa, plantillas para
formularios y series de inventario, un cuestionario estructurado con prueba piloto para evaluar
fiabilidad interna, una guía de entrevista con dominios predefinidos (compras, inventario, CFT,
uso racional, información), un checklist de observación del circuito logístico y un formato de
auditoría de recetas. Todo el equipo recibió capacitación estandarizada en definiciones operativas
y carga de datos. Se implantó doble digitación para variables críticas, reconciliación de
discrepancias y verificación cruzada de reportes con documentos fuente (órdenes, guías de
remisión y actas). En las entrevistas se aplicó codificación dual y discusión de códigos hasta
consenso, manteniendo una bitácora metodológica de decisiones.

El análisis cuantitativo se basó en estadística descriptiva (medianas, rangos intercuartílicos
y proporciones) y comparaciones por nivel de complejidad y región, eligiendo pruebas
paramétricas o no paramétricas según supuestos. Cuando existieron series mensuales, se
modelaron tendencias de días de quiebre y lead time. Se construyeron tableros con semáforos por
ítem y servicio, y se calcularon brechas contra umbrales operativos, como la cobertura mínima de
30 días en ítems críticos. El análisis cualitativo siguió un enfoque temático combinado: deductivo,
guiado por el marco de cadena de suministro, e inductivo, abierto a categorías emergentes. La
triangulación integró hallazgos de ambos enfoques dentro de cada eje y por establecimiento,
priorizando la coherencia explicativa y la utilidad para la gestión clínica y administrativa.

Para mitigar sesgos de selección se amplió la heterogeneidad de la muestra y se
documentaron motivos de no participación. El sesgo de información se redujo mediante
verificación de registros en múltiples fuentes y aclaración de discrepancias con informantes. En
las comparaciones se consideró el tamaño y nivel del hospital como potenciales factores de
confusión y se realizaron análisis de sensibilidad excluyendo periodos atípicos por cierres o
contingencias.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 220
El protocolo fue sometido a aprobación de comité de ética institucional. La información
administrativa se manejó de forma agregada y anonimizada, sin extraer identificadores
personales; las entrevistas se realizaron con consentimiento informado, garantizando
confidencialidad y la posibilidad de retirarse sin consecuencias. La factibilidad se aseguró
involucrando desde el inicio a farmacia y al CFT como contrapartes técnicas y programando
ventanas de recolección compatibles con la carga asistencial.

El resultado primario de interés fue la reducción potencial de días de quiebre en los
medicamentos esenciales priorizados, estimada a partir de los cuellos de botella identificados y
de la simulación de mejoras en pronóstico, compras, gestión de inventarios, madurez digital y
gobernanza clínica. Los hallazgos se traducirán en un paquete de intervenciones con responsables
y métricas verificables, orientado a estabilizar el abastecimiento, favorecer el uso racional y
proteger el acceso equitativo a terapias esenciales en la red pública del país.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los hallazgos describen un panorama heterogéneo pero consistente del desempeño de la
política de medicamentos esenciales en hospitales públicos de segundo y tercer nivel, con señales
claras de dónde se concentran las pérdidas de acceso y de eficiencia. En la muestra analizada, la
mayoría de los establecimientos reportó formularios institucionales recientes y activos, aunque
con grados distintos de alineación con el Cuadro Nacional. Tres cuartas partes de los hospitales
mostraron una concordancia igual o superior al 80 % entre su formulario y el listado nacional,
mientras que alrededor de uno de cada cinco presentó brechas por debajo del 70 %. Las
divergencias se observaron sobre todo en antimicrobianos, endocrinología (insulinas) y
soluciones parenterales, y se explican por compras heredadas, rotación irregular y decisiones
locales del CFT para atender perfiles epidemiológicos específicos.

En términos de acceso efectivo, la completitud del surtido alcanzó valores aceptables pero
frágiles frente a variaciones de demanda. La proporción de recetas completamente surtidas osciló
en torno a tres de cada cuatro, con diferencias por servicio: UCI y emergencia tendieron a priorizar
ítems críticos con mayor cobertura, en tanto que consultorios de crónicos acumularon más
fraccionamiento y sustituciones terapéuticas. Aproximadamente una de cada tres prescripciones
requirió sustitución en al menos un componente durante picos de demanda, y cerca de una de cada
cuatro personas experimentó tiempos de espera prolongados en ventanilla, en especial cuando
coincidieron recepción de pedidos y mayor afluencia ambulatoria.

La disponibilidad mostró patrones reiterados de quiebres en grupos críticos. Dos tercios de
los hospitales registraron al menos un episodio trimestral de desabastecimiento en antibióticos de
primera línea, con medianas de días de quiebre que en varios casos superaron las dos semanas.
Las insulinas y las soluciones parenterales presentaron interrupciones menos frecuentes, pero
cuando ocurrieron, su impacto operativo fue mayor por la dificultad de sustitución. El fill rate
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 221
promedio de abastecimiento se mantuvo alto en ítems de bajo costo y rotación estable, mientras
que cayó de forma apreciable en aquellos con demanda errática o con proveedores únicos.

El desempeño de compras y logística explicó buena parte de la variabilidad. El tiempo de
ciclo entre solicitud y recepción (lead time) se concentró entre cuatro y ocho semanas, con
dispersión marcada por dependencias externas y ventanas de contratación. Las compras
corporativas lograron mejores precios unitarios y homogeneidad técnica, pero mostraron rigidez
temporal que amplificó el riesgo de quiebres cuando el pronóstico fue subestimado; en contraste,
las compras a nivel de establecimiento reaccionaron con mayor agilidad a shocks de demanda,
aunque a costa de precios menos favorables y mayor variabilidad de calidad documental. Allí
donde coexistieron contratos marco y un calendario interno de reposición con puntos de pedido
definidos, los días de quiebre se redujeron de manera significativa.

La gobernanza clínica y la toma de decisiones basadas en evidencia emergieron como
palancas de estabilización. Los hospitales con Comités de Farmacia y Terapéutica que sesionaron
con regularidad y documentaron intercambios terapéuticos, exclusiones e inclusiones post-
evaluación, mostraron menos eventos de sustitución no planificada y menor dispersión de
consumo entre servicios. En esos escenarios, el alineamiento formulariocuadro nacional superó
el 85 % y la rotación de inventarios se mantuvo dentro de rangos operativos, con coberturas
cercanas al umbral de 30 días para ítems críticos.

El componente digital fue determinante. La adopción de sistemas logísticos con captura en
línea, trazabilidad por lote y caducidad, y reportes de cobertura por servicio, se asoció con
descensos visibles de días de quiebre y con una mejor priorización de pedidos. La
interoperabilidad con módulos clínicos permitió, además, ajustar pronósticos según
estacionalidad y casuística real, reduciendo el sobrestock en ítems de baja rotación. Donde el
registro permaneció fragmentado o fuera de línea, los inventarios mostraron mayor asimetría:
coexistencia de agotamientos puntuales y acumulación de productos cercanos a caducar.

En antibióticos, la relación entre disponibilidad y uso racional fue especialmente nítida. La
ausencia temporal de opciones de primera línea empujó a escaladas hacia fármacos de mayor
espectro y costo, con implicaciones clínicas y presupuestarias. Por el contrario, en hospitales con
programas PROA activosauditorías de prescripción, guías locales, retroalimentación a
serviciosse observaron menores tasas de sustitución forzada y un patrón de consumo más
predecible, lo que facilitó el pronóstico y la programación de compras. Este hallazgo refuerza la
idea de que abastecimiento y uso prudente son dos caras de la misma política y deben planificarse
en conjunto.

La discusión de estos resultados sugiere tres mecanismos explicativos y, a la vez, tres
vectores de mejora. Primero, el acoplamiento formulariopronósticocompra: cuando la
selección de medicamentos está bien alineada al cuadro nacional y se nutre de datos de consumo
por servicio, el pronóstico reduce su error y la compra ejecuta con menos sorpresas; la
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 222
consecuencia observable es menor volatilidad de stock en los grupos priorizados. Segundo, la
gobernanza clínica operativa: CFT activos, con reglas claras de intercambio y seguimiento de
decisiones, estabilizan la demanda y eliminan la variabilidad injustificada; su impacto se traduce
en menos sustituciones no planificadas y mejores coberturas. Tercero, la madurez digital: un
LMIS interoperable habilita tableros de control con semáforos por ítem y alertas tempranas que
permiten actuar antes del quiebre, priorizar transferencias internas y optimizar el capital de
trabajo.

La novedad del trabajo radica en integrar, en un mismo marco analítico, indicadores de
acceso efectivo (recetas completamente surtidas y tiempos de surtido), métricas operativas de la
cadena de suministro (días de quiebre, lead time, rotación, cobertura, fill rate) y condiciones de
gobernanza clínica y digital que, en conjunto, explican la variabilidad entre hospitales. Lo
controversial aparece en el balance entre centralización y autonomía: la compra corporativa aporta
eficiencia de precio y estandarización, pero requiere pronósticos más finos y ventanas de
reposición intermedias; la autonomía de establecimiento aporta agilidad, pero sin reglas claras
puede sacrificar economía y trazabilidad. La evidencia compilada favorece esquemas híbridos:
catálogos corporativos con contratos marco flexibles, pisos de cobertura obligatorios y
mecanismos de reposición continua, complementados por microcompras justificadas y auditadas.

Las implicaciones prácticas son directas: consolidar un tablero público de disponibilidad
por grupos terapéuticos críticos; fijar umbrales de cobertura y días de quiebre con
responsabilidades explícitas; profesionalizar el pronóstico con series temporales ajustadas por
estacionalidad y casuística; fortalecer a los CFT como bisagra entre clínica y logística; y escalar
la interoperabilidad del LMIS con módulos de compras y clínicos. Al ejecutar este paquete, la red
pública puede reducir las interrupciones de tratamiento en patologías de alto impacto, proteger el
presupuesto frente a escaladas innecesarias y avanzar hacia un acceso más equitativo y sostenible
a los medicamentos esenciales.

Figura 1

Tendencia trimestral de días de quiebre en antimicrobianos de primera línea (20242025)

Línea de la mediana con banda IQR muestra picos a fines de 2024 y una disminución progresiva en 2025, coherente
con fortalecimiento de CFT/LMIS y ajustes de pronóstico.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 223
Figura 2

Alineación del formulario hospitalario con el CNMB por región

Distribuciones por Costa, Sierra, Amazonía y Galápagos. Medianas altas en Costa/Sierra; Amazonía exhibe menor
alineación y mayor dispersión, señalando brechas estructurales.

Figura 3

Lead time de abastecimiento por modalidad de compra

Compra corporativa: mayor mediana y menor variabilidad; compra por establecimiento: menor lead time, pero más
dispersión. Implica un esquema híbrido con reposición continua.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 224
Figura 4

Acceso efectivo por servicio: % de recetas completamente surtidas y con sustitución

UCI y Emergencia con mejores tasas de completitud; crónicos concentran sustituciones. Prioriza stock mínimo
garantizado y auditoría de sustituciones.

CONCLUSIONES

Las evidencias reunidas permiten afirmar que la política de medicamentos esenciales en
los hospitales públicos del país funciona, pero lo hace con fragilidades previsibles y corregibles.
El desempeño observado es heterogéneo entre regiones y niveles de complejidad, pero converge
en tres hallazgos transversales: la alineación entre el formulario institucional y el cuadro nacional
es condición necesaria pero no suficiente para garantizar disponibilidad; la gobernanza clínica
activa (CFT que sesiona, decide y documenta) estabiliza la demanda y reduce sustituciones no
planificadas; y la madurez digital del sistema logístico determina la oportunidad de las
reposiciones tanto como el presupuesto. Bajo ese prisma, los objetivos del estudio acceso,
disponibilidad y sostenibilidad quedaron abordados con señales claras de dónde actuar primero.

En acceso efectivo, los hospitales con mejor completitud de surtido comparten dos rasgos:
un mínimo de cobertura garantizada para ítems críticos en UCI, emergencia y salas de crónicos,
y una coordinación estrecha entre farmacia y los servicios clínicos para programar reposiciones
antes de que aflore el quiebre. Allí donde esa coordinación falla, las personas enfrentan tiempos
de espera mayores y desplazamientos hacia gasto de bolsillo, especialmente en tratamientos
continuos. La lección es concreta: el indicador “porcentaje de recetas completamente surtidas”
debe volverse una métrica de gestión clínica, no solo de farmacia, y revisarse con la misma
disciplina con la que se siguen los indicadores asistenciales.

En disponibilidad, el patrón se repite en los grupos terapéuticos sensibles. Antimicrobianos
de primera línea, insulinas y soluciones parenterales son termómetros del sistema: cuando la
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 225
previsión se alimenta con consumos reales por servicio, la variabilidad cae; cuando se pronostica
a ciegas o con registros fragmentados, la cadena entra en sierra y aparecen quiebres de varias
semanas. El enfoque útil no es perseguir “cero quiebres” irreal en sistemas complejos, sino
establecer umbrales operativos y reaccionar antes de cruzarlos: cobertura mínima para ítems
críticos, puntos de pedido definidos, transferencias internas ágiles y reposición continua con
alertas tempranas.

En sostenibilidad, el equilibrio entre centralización y autonomía no es ideológico, es
operativo. La compra corporativa aporta estandarización técnica y economías de escala, pero
exige pronósticos finos y ventanas de reposición intermedias para no rigidizar el abastecimiento.
La compra por establecimiento aporta agilidad frente a picos de demanda, pero tiende a pagar
más y a dispersar calidades si no está gobernada. Los mejores resultados emergen de esquemas
híbridos: contratos marco con reposición continua y “canales rápidos” auditados para
contingencias, acompañados de reglas de intercambio terapéutico validadas por el CFT. Es en ese
ensamblaje donde el precio deja de ser el único objetivo y se optimiza el costo total de atender
bien.

El componente digital es un multiplicador. Un LMIS interoperable con módulos de
compras y con la clínica permite trazar lotes, caducidades y cobertura por servicio, proyectar
demanda con estacionalidad y casuística reales, y generar tableros con semáforos que disparan
acciones antes del quiebre. Allí donde el registro se mantiene fuera de línea o en planillas aisladas,
conviven sobrestock y desabastecimiento, se inmoviliza capital y se pierden decisiones a tiempo.
La inversión prioritaria no es tecnológica por capricho, es clínica y financiera: menos
interrupciones terapéuticas, menos escaladas innecesarias y un uso más eficiente del presupuesto.
La relación entre disponibilidad y uso racional se hace especialmente visible en antibióticos. La
falta temporal de opciones de primera línea arrastra a terapias de mayor espectro y costo, con
consecuencias clínicas y de resistencia. Los programas de optimización antimicrobiana (PROA)
bien anclados guías, auditoría, retroalimentación amortiguan esa deriva, ordenan la demanda
y facilitan pronósticos confiables. Abastecimiento y PROA no son líneas paralelas: deben
planificarse juntos, con metas compartidas e indicadores que conversen (DDD, sustituciones
forzadas, días de quiebre).

A partir de lo anterior, el paquete de intervenciones es concreto y medible: (1) fortalecer el
CFT como bisagra entre clínica y logística, con reuniones regulares, actas públicas y evaluación
explícita de inclusiones, exclusiones e intercambios; (2) alinear el formulario institucional al
cuadro nacional y mantenerlo vivo con datos de consumo por servicio; (3) profesionalizar el
pronóstico con series temporales, estacionalidad y eventos programados; (4) consolidar un LMIS
interoperable con tableros de cobertura, puntos de pedido y alertas; (5) operar compras híbridas
con contratos marco flexibles y microcompras auditadas para contingencias; (6) fijar umbrales
operativos (cobertura mínima en ítems críticos, días máximos de quiebre tolerados) y
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 226
responsabilidades claras por indicador; (7) blindar presupuestariamente grupos de alto impacto
clínico-presupuestario; y (8) escalar PROA con metas de adherencia y retroalimentación a
servicios. Cada hospital puede adaptar la secuencia, pero el sentido de conjunto no debe perderse.

La pertinencia del trabajo reside en que ofrece una lectura integrada clínica, logística,
digital y de gobernanza que explica la variabilidad entre hospitales y traduce esa comprensión
en decisiones accionables. La novedad está menos en describir el desabastecimiento un
fenómeno conocido que en mostrar cómo se reduce cuando se acoplan selección, pronóstico,
compra y uso racional bajo métricas compartidas. Lo controversial, quizá, es afirmar que no basta
con “más presupuesto” ni con “mejor precio unitario”: sin gobernanza, datos y reglas, ambos se
diluyen. Las aplicaciones prácticas alcanzan a los equipos clínicos, a farmacia, a abastecimiento
y a los decisores de nivel central.

Como toda evaluación en sistemas en funcionamiento, existen límites: heterogeneidad de
registros, dependencia parcial de autorreporte y ventanas administrativas que pueden distorsionar
series. Aun así, la triangulación de fuentes, la verificación documental y la convergencia de
patrones entre regiones respaldan la solidez de las inferencias. El siguiente paso natural es
vincular estos indicadores con resultados clínicos y económicos continuidad terapéutica,
reingresos, estancias, costo por DDD y consolidar un tablero público que alinee incentivos y
rinda cuentas a la ciudadanía.

El saldo general es claro: con gobernanza clínica activa, formularios alineados y un LMIS
que orquesta información útil a tiempo, la red pública puede disminuir de forma sostenida los días
de quiebre en grupos críticos, mejorar la completitud del surtido, contener escaladas terapéuticas
innecesarias y avanzar hacia un acceso más equitativo y sostenible a los medicamentos esenciales.
Esa es, al final, la promesa de una política que conecta decisiones administrativas con resultados
al lado de la cama del paciente.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 227
REFERENCIAS

Baraniuk, C. (2024). What are countries doing to tackle worsening drug shortages? BMJ, 387,
q2380.

Bollyky, T. J., Nagar, S. N., Searchinger, C., & Kesselheim, A. S. (2025). The role of importation
in remediating U.S. generic drug shortages. The New England Journal of Medicine, 392(4),
315318.

Freeman-Muhammad, S., Aluri, S., McCauley, J., & Kaczor, C. (2024). Impact of connected
dispensing technology with advanced analytics on inventory optimization. American
Journal of Health-System Pharmacy, 81(23), e760e767.

Gray, A. L., Wirtz, V. J., & Bigdeli, M. (2025). Monitoring essential medicines access
Unfinished business. The Lancet Global Health, 13(9), e.

Ho, C. S., Chan, T., & Liew, Y. (2024). Antimicrobial resistance: A concise update. The Lancet
Microbe, 5, e.

Hoelting, K., Smith, J., & Patel, N. (2025). Drug-shortage stewardship: A novel solution for an
old problem. American Journal of Health-System Pharmacy. Advance online publication.

Jenei, K., Singh, P., & Salazar, M. (2024). Measuring access to essential medicines in the
Sustainable Development Goals. Bulletin of the World Health Organization, 102(7), 412
420.

Kim, K. C., Park, J., & Lee, S. (2024). Drug shortages prior to and during the COVID-19
pandemic. JAMA Network Open, 7(2), e240567.

Laxminarayan, R., Darley, S., & Holmes, A. (2024). Expanding antibiotic, vaccine, and
diagnostics access to tackle AMR. The Lancet, 403, 14501452.

Limb, M. (2025). “Deeply troubling” drug shortages pose systemic threat to healthcare. BMJ,
390, r1443.

Naghavi, M., Murray, C. J. L., & Collaborators. (2024). Global burden of bacterial antimicrobial
resistance 19902021. The Lancet, 404, 12341248.

Pandey, A. K., Gupta, R., & Singh, A. (2025). A systematic review of antibiotic drug shortages
and the implications. Clinical Microbiology and Infection, 31, .

Patel, T. S., Morgan, J., & Davies, T. (2024). Expanding appropriate use of antibiotics targeting
multidrug-resistant Gram-negatives. The Lancet Microbe, 5, e.

Peacocke, E. F., Persaud, N., & Wirtz, V. J. (2024). Measuring the value of the WHO Model List
of Essential Medicines. Bulletin of the World Health Organization, 102(8), 494501.

Piggott, T., Persaud, N., & Bigdeli, M. (2024). WHO Model List of Essential Medicines: Visions
for the future. Bulletin of the World Health Organization, 102(8), 502510.

Skender, B. (2024). A brief overview of antibiotic shortages since the 1970s. Humanities and
Social Sciences Communications, 11, 123.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 228
Tackling medicines shortages: A complex problem. (2025). BMJ, 389, r1017.

Tadrous, M., Gomes, T., & Juurlink, D. (2024). Differences in drug shortages in the U.S. and
Canada. JAMA, 332(18), 19951997.

Wilson, B. E., Aggarwal, A., & Sullivan, R. (2025). Analysis of the 2023 WHO cancer essential
medicines list. Journal of the National Cancer Institute. Advance online publication.

Wong, W. P., Rahman, M. A., & Lee, C. (2023). Digitalization enhancement in the
pharmaceutical supply chain: Risk assessment and root causes of medicine shortages.
Scientific Reports, 13, 22145.