
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 570
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i4.1691
El ecoturismo como herramienta pedagógica en la formación
académica del estudiante de biología: práctica de campo
Ecotourism as a pedagogical tool in the academic training of biology students: field
practice
Ariadna Lotzacil de los Ángeles Cruz Rendón
aldla.cruzrendon@ugto.mx
https://orcid.org/0000-0001-9619-2497
Universidad de Guanajuato
Guanajuato - México
Guadalupe Olivia Ortega Ramírez
11114@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0001-7087-182X
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco - México
Miguel Angel Cruz Vicente
11007@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0001-8401-0406
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco - México
Artículo recibido: 18 septiembre 2025 -Aceptado para publicación: 28 octubre 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
El estudio analiza el ecoturismo como herramienta pedagógica para la formación de estudiantes
de Biología Experimental en la Universidad de Guanajuato. El objetivo fue evidenciar cómo las
actividades de campo fortalecen el aprendizaje significativo y empírico, promoviendo la
conservación ambiental y el compromiso comunitario. Se empleó una metodología cualitativa
basada en dos salidas de campo en la Sierra de Santa Rosa, Guanajuato, donde se realizaron
estudios poblacionales de ranas y clasificación de hongos. Los resultados demostraron que el
contacto directo con la naturaleza potencia la observación científica, el análisis crítico y la
integración transdisciplinaria entre biología, ecoturismo y diálogo de saberes. Además, se
fortaleció la co-creación de conocimiento y el empoderamiento comunitario mediante prácticas
responsables. Se concluye que el ecoturismo educativo es un modelo efectivo para la formación
de biólogos comprometidos con la sostenibilidad, integrando teoría y práctica con responsabilidad
científica, ética y social.
Palabras clave: ecoturismo, biología experimental, trabajo de campo, transdisciplina

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ABSTRACT
The study analyzes ecoturism as a pedagogical tool for the education of Experimental Biology
students at the Universidad de Guanajuato. The objective was to demonstrate how field activities
strengthen meaningful and empirical learning, promoting environmental conservation and
community engagement. A qualitative methodology was employed, based on two fields trips to
the Sierra de Santa Rosa, Guanajuato, where population studies of frogs and fungal classification
were conducted. The results demonstrated that direct contact with nature enhances scientific
observation, critical analysis, and transdisciplinary integration between biology, ecotourism, and
knowledge dialogue. In addition, the co-creation of knowledge and community empowerment
were reinforced through responsible practices. It is concluded that educational ecotourism is an
effective model for training biologists committed to sustainability, integrating theory and practice
with scientific, ethical, and social responsibility.
Keywords: ecotourism, experimental biology, field work, transdisciplinary
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INTRODUCCIÓN
En México la Secretaría de Turismo Federal (SECTUR, 2004) define el ecoturismo como
“los viajes que tienen como fin el realizar actividades recreativas de apreciación y conocimiento
de la naturaleza a través del contacto con la misma” (p. 23). Para la Organización Mundial del
Turismo (OMT, 2019), “la motivación esencial del visitante es observar, aprender, descubrir,
experimentar y apreciar la diversidad biológica y cultural, con una actitud responsable, para
proteger la integridad del ecosistema y fomentar el bienestar de la comunidad local” (p. 33).
La definición se plantea desde el espectro del producto turístico (SECTUR, 2004), el cual
está dirigido a las personas que disfrutan del entorno natural y que participan activamente en su
conservación. De acuerdo con Ibáñez y Rodríguez (2012), el ecoturismo forma parte de un
movimiento conservacionista de la naturaleza, el cual es acompañado por códigos éticos para la
comunidad y hacia los visitantes, promovente de la educación formal y no formal, y del
esparcimiento mediante la observación y el estudio de los valores naturales y sociales del lugar,
donde el visitante es el actor principal de las diversas actividades que se realizan de contacto
directo con la naturaleza. Para Báez y Acuña (2003), “el ecoturismo es la palabra que
comercialmente ha tenido más éxito en el desarrollo y mercadeo de una actividad turística no
convencional, asociada al aprovechamiento de los recursos naturales de una región; también ha
sido utilizada de manera indiscriminada” (p. 10).
De la definición de ecoturismo (SECTUR; 2004), se extraen dos elementos claves y
esenciales: 1) los viajes y 2) apreciación y conocimiento de la naturaleza. Estos dos elementos
sirven de base para generar el andamiaje que soporta la importancia del viaje en el proceso de
enseñan-aprendizaje de los estudiantes (aprendientes según el modelo educativo basado en
competencias) de biología.
De acuerdo con Urry (2018), “el turismo, la producción de vacaciones y los viajes son
fenómenos sociales” (p. 52); los cuales pueden (y deben) ser apreciados, explicados y analizados
de manera separada o en su conjunto. Desde la década de los noventa del siglo pasado Urry
(1990), estableció las distinciones entre el turismo y el viaje. Al turismo lo definió como una
actividad masiva y estructurada, que implica una forma específica de observar el destino a través
de las imágenes (imaginarios), sus expectativas y prácticas comerciales. En contraste, el viaje es
una práctica más individual, auténtica y abierta, donde se mezcla la curiosidad y la experiencia
personal semejante al flâneur de Taleb (2012), el cual se apoya en la expresión de turistización
para explicar e ilustrar la diferencia entre turista y flâneur (paseante). Esquivel, Martínez y
Villaseñor (2022), exponen las diferencias que existen entre turistizacion y turistificación.
El flâneur (paseante) es un símil del viajero de la experiencia, de la percepción, del arte
cotidiano de observar y dejarse llevar por el momento. Para Ruiz de la Prada (2020), el alma del
flâneur no es de un turista, sino de un explorador nato; equivalente al comportamiento del

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visitante de la primera fase del modelo del ciclo turístico de Butler (2008). Pero Taleb (2012),
expone la figura del turista como un ente que sigue un guion e ilustra, de manera crítica, la pérdida
de aleatoriedad y la no adaptación al riesgo, donde el turista representa una forma de vida
planificada y predecible en contraste con el paseante (flâneur) que se adapta a la incertidumbre,
cambia su rumbo en función del azar, obteniendo beneficios (mejores experiencias) personales.
Por lo tanto, el turista es alguien cuya rutina ha sido privada de la incertidumbre; mientras tanto,
el viajero (flâneur) es aquella persona que se sumerge en lo desconocido, cambia el plan y se
fortalece ante lo inesperado.
En resumen, se puede afirmar que el turista "visita" un lugar, mientras que el viajero
"experimenta" y "vive" el destino; este contraste debe ser el punto de partida para el estudio del
turismo desde una visión crítica y transdiciplinaria.
El segundo elemento se refiere a las actividades, que de acuerdo con la SECTUR (2004),
se realizan dentro del segmento del ecoturismo. Entre las actividades más reconocidas y
practicadas son: 1) senderismo interpretativo, 2) observación de ecosistemas, 3) observación de
fenómenos y atractivos especiales de la naturaleza, 4) observación de fósiles, 5) observación
sideral, 6) participación en proyectos de investigación biológica, 7) observación de flora y fauna,
8) observación geológica, 9) safari fotográfico, 10) participación en programas de rescate de flora
y/o fauna, y 11) talleres de actividad ambiental.
De manera conjunta, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por
sus siglas en inglés de United States Agency for International Development), publicaron el
Manual de Buenas Prácticas del Ecoturismo (2006), con la finalidad de promover un modelo de
desarrollo turístico sustentable en áreas naturales a través de lineamientos sencillos, claros,
precisos y prácticos. En el “Manual” se orienta a prestadores de servicios turísticos, comunidades
locales, autoridades y visitantes, en la realización de prácticas responsables, el respeto a la cultura
local, la conservación del medio ambiente natural y el apoyo que se ofrece a la economía regional.
Donde las mejores prácticas del ecoturismo se centran en el comportamiento consciente,
respetuoso y responsable del paseante durante su estancia y experiencia en entornos naturales y
comunidades locales. Un visitante ecológicamente responsable no es solo un observador, sino un
actor consciente que contribuye activamente en el cuidado del entorno natural, el respeto por la
cultura local y al bienestar comunitario.
La experiencia ecoturística se convierte en una oportunidad de aprendizaje,
transformación y acción ética. Para la realización de un buen ecoturismo se deben considerar
aspectos relevantes como: 1) respetar las normas locales, 2) minimizar el impacto ambiental, 3)
la protección de flora y fauna, 4) participar en educación ambiental formal y no formal, 5) apoyar
a la comunidad, 6) mantener un comportamiento responsable y 7) realizar consumo local.

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Otro componente, no menos importante, es la forma en que los estudiantes de biología
obtienen conocimiento por medio del ecoturismo (viajes a entornos naturales) y sus diversas
actividades que se desarrollan a través del trabajo de campo. Francis Bacon en su ensayo “Of
travel” decía que, “viajar, en los jóvenes, es parte de la educación; en los mayores, parte de la
experiencia. Quien viaja a un país, antes de tener alguna familiaridad con el idioma, va a la
escuela, no a viajar” (Lenssen, 2003, p. 22).
De acuerdo con Cisa (2017), el empirismo promovió la idea de que el conocimiento se
origina a través de la experiencia, lo cual, concibe al viaje como un instrumento primordial para
el aprendizaje. John Locke (2005), sustentaba que las ideas llegan al hombre a través de sus
sentidos y de los estímulos físicos a los que se expone. El empirismo es la antítesis del
racionalismo (Hessen, 2017). De acuerdo con Sánchez (2001) y Sellés y Gallardo (2019), en el
empirismo el conocimiento se obtiene exclusivamente a través de la experiencia y la observación.
Además, en el aprendizaje basado en la experiencia, la educación empírica resalta la práctica en
lugar de la teoría. Desde esta visión, el viaje se convertía en un elemento indispensable para quien
deseaba desarrollar su mente, mejorar y ampliar su conocimiento.
Un ejemplo sencillo de la obtención de conocimiento por medio del viaje fue el “Grand
Tour”. Richard Lassels (1670), construyó el término y lo registró en el diario de viaje “The
Voyage of Italy, or a Compleat Journey Through Italy, in Two Parts” (conocido como “Voyage
of Italy”). El “Grand Tour” consistía en un recorrido que realizaban los hijos de los aristócratas
ingleses por Europa, los cuales se hacían acompañar por un tutor con la finalidad de conocer
nuevas culturas, lugares importantes y entrar en contacto directo con la aristocracia europea. Se
nombró “Voyage of Italy” porque la cuna del Renacimiento (Florencia en Italia) fue uno de los
principales destinos durante el recorrido que duraba varios meses. El objetivo del “Voyage of
Italy” fue educar a jóvenes aristócratas ingleses a través del contacto directo con el arte, la historia,
la arquitectura, la lengua, las costumbres de la sociedad europea y renacentista italiana. Suarez
(2011) señala que, “en el siglo XVI se inauguró una nueva forma de viajar en Gran Bretaña. El
viajero dejó de ser mercader, diplomático, peregrino, y comenzó una etapa en la cual el viaje llegó
a ser considerado el camino hacia el conocimiento” (p. 253).
Por medio del “Grand Tour” los jóvenes ingleses adquirían conocimiento de cultura
clásica a través del estudio in situ del arte. Se les fomentaba el gusto por lo artístico y la
honestidad, aprendían idiomas, diplomacia y etiqueta (buenos modales), como preparación para
la vida pública o política. Además de la vinculación con la aristocracia de la elite social europea,
visitando cortes, universidades y círculos intelectuales, con la finalidad para desarrollar una visión
universal, más allá de las fronteras nacionales; es decir, y como señala Burker (2017), pasaban de
una estrechez a una amplitud en sus conocimientos.
El aprendizaje logrado por los jóvenes ingleses en el “Voyage of Italy” lo obtuvieron por
medio del método empírico con una visión humanista y formativa. Este tipo de experiencia se vio

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influenciada por la tradición renacentista del aprendizaje observacional y vivencial (observación
directa del arte, arquitectura, ruinas clásicas, paisajes y costumbres), además realizaban un
análisis comparativo (cotejo entre obras maestras de la Antigüedad y del Renacimiento),
asimismo, el aprendizaje por la experiencia fue generado mediante la visita a museos, iglesias,
academias, palacios y por la convivencia con la gente local; también por medio del registro en
diarios o cartas de viaje, donde anotaban su experiencia. Además, el dialogo reflexivo con nobles,
diplomáticos, artistas y otros viajeros era parte de su formación académica. Es decir, para obtener
conocimiento se apoyaba en diferentes herramientas (técnicas); las cuales en la actualidad han
servido para el estudio del turismo.
Como señalan Jafari y Brent (1981), el turismo no puede ni debe reducirse a una sola
disciplina, se necesita construir un marco estructural, con una base teórica sólida, con la finalidad
de fomentar un debate sobre cómo integrar estas múltiples perspectivas en una visión más
coherente, inter, multi o transdisciplinaria para consolidar el turismo como un campo de estudio
académico; ante esto, el mismo Jafari (2005), propuso un marco teórico de análisis a través de
diferente plataformas del conocimiento: a) Apologética (los beneficios del turismo), c)
Precautoria (los costos del turismo), c) Adaptativa (el cómo del turismo), y d) Cientificocéntrica
(el porqué del turismo). Marcano (2020) plantea que el abordaje transdisciplinario es el más
adecuado para abordar, de manera más integral, los diversos aspectos y enfoques que abarcan el
conocimiento turístico; porque de acuerdo con Saldívar (2007), al adoptar el enfoque
transdiciplinario las ciencias y las disciplinas se amalgaman, son incluyentes y con este enfoque
holístico se abre una gran posibilidad para la no fragmentación del conocimiento.
“La transdisciplina implica la integración de conocimientos de diferentes disciplinas
científicas y de diferentes colectivos (actores sociales no académicos), necesarios para el abordaje
de los complejos desafíos sociales” (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos [OCDE], 2020, p. 4). Para Moore, Newsome, Rodger & Smith (2009), la
investigación transdisciplinaria combina un enfoque interdisciplinario con la participación de la
sociedad. Dicha participación está diseñada para subsanar la brecha entre la ciencia y la sociedad.
La participación puede (y debe) incluir el desarrollo colaborativo de los objetivos y métodos de
investigación, su ejecución y la implementación de sus hallazgos. El elemento esencial para que
dicha investigación se considere transdisciplinaria es la creación colectiva (co-creación) de
nuevos conocimientos.
La transdisciplina es un esfuerzo teórico y práctico para abordar las limitaciones de las
disciplinas. Nicolescu (1998 y 2010), identifica tres pilares de la transdisciplina: 1) los niveles de
la realidad, 2) el axioma del medio incluido y 3) la complejidad. Estos pilares sirvieron de base
para que Max-Neef (2005) propusiera la reorientación de la educación superior, dado que muchos
de los problemas no pueden ser abordados adecuadamente desde el ámbito de las disciplinas
individuales, ya que representan desafíos transdisciplinarios. Nicolescu (2013) plantea la

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necesidad de la implementación de la transdisciplina en la educación superior basada en tres
postulados: 1) oncológico, 2) lógico y 3) epistemológico. A su vez, Zamora-Araya (2019), adecua
y enlaza la transdisciplina con el pensamiento complejo de Edgar Morin para su aplicación en el
ámbito educativo.
En este estudio se plantea la importancia del trabajo de campo y de las actividades
ecoturísticas como herramientas formativas para el estudiante de la Licenciatura en Biología
Experimental de la Universidad de Guanajuato (UG), desde una cosmovisión holística e
integradora, para la co-creación de inventarios de flora y fauna endémica para la identificación de
zonas prioritaria de conservación y la generación de proyectos de turismo sustentable desde una
perspectiva crítica y social para el empoderamiento de las comunidades sierreñas de Santa Rosa
en el estado de Guanajuato.
MATERIALES Y MÉTODOS
La traza del recorrido se definió en función de dos elementos fundamentales: i) la
experiencia previa del docente y ii) los objetivos del estudio. Aunque existen guías turísticos
locales que ofrecen sus servicios especializados, solamente se les requirió información sobre la
ruta más segura para descender y transitar en la Sierra de Santa Rosa; aunado a lo anterior y para
trazar el recorrido se utilizó la aplicación móvil gratuita Kommot disponible en la web (World
Wide Web, WWW), la cual permite planificar, descubrir y seguir rutas de senderismo, ciclismo
u otras actividades similares. Se realizaron dos recorridos, en dos temporadas diferentes en el año
(2024), cada una con un propósito específico:1) Estudio poblacional de ranas, y 2) Identificación
taxonómica de hongos.
La Sierra de Santa Rosa, ubicada en la región centro-norte del estado de Guanajuato, se
localiza aproximadamente 5 kilómetros (km) al norte de la capital, entre las coordenadas 20°45’–
21°25’ de latitud norte y 100°53’–101°25’ de longitud oeste, abarcando parte de los municipios
de Dolores Hidalgo, San Felipe y la ciudad de Guanajuato (Martínez-Cruz et al., 2009). Según
Saldaña (2015), abarca unas 113 mil hectáreas (has), y un intervalo altitudinal que va de 1 800 a
2 750 metros sobre el nivel del mar (msnm). Geológicamente se caracteriza por la presencia de
montañas disectadas, barrancas, cañadas y rocas ígnedas del periodo Cretácico, entre las que
destacan andesitas, basaltos, ignimbritas, riolitas y tobas, así como por rocas sedimentarias
formadas por materiales detríticos (INEGI, 1980; Martínez y Téllez, 2004).
La Sierra de Santa Rosa junto con la Sierra Santa Barbara forman la Región Terrestre
Prioritaria 99 (RTP 99) (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
[CONABIO], 2023). Es una región donde predominan los bosques de encino y áreas de bosques
de pino y de bosques de pino con vegetación secundaria rodeada por pastizales y agricultura de
temporal en el resto de la región. Es las partes altas de la sierra se practica la minería. En los
piedemontes se presenta bosque de encino con vegetación secundaria. La delimitación de esta

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RTP incluye la vegetación del bosque de encino y una pequeña porción de bosque de pino del
norte de la Sierra de Santa Rosa (CONABIO, 2000).
Figura 1
Ubicación de las áreas de sierra en el estado de Guanajuato
Nota: las diferentes tonalidades del color café representan las áreas de sierra del estado de Guanajuato. Tomado del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2017).
El clima de la región sierra de Santa Rosa en Guanajuato corresponde al tipo templado
subhúmedo, con rangos térmicos menores de 16°C y una precipitación anual promedio de
aproximadamente 800 milímetros (mm). Las lluvias se concentran en verano, la máxima
incidencia se presenta en agosto con un valor que fluctúa entre 170 y 180 mm, mientras que en
invierno la precipitación es inferior a los 10 mm (INEGI, 1980).
Además, forma el parteaguas de seis Subcuencas Hidrológicas de gran importancia para la
captación de agua en el estado de Guanajuato: 1) subcuenca Hernández Álvarez, 2) subcuenca La
Laja, 3) subcuenca Laja-Peñuelitas, 4) subcuenca San Damián, 5) subcuenca Guanajuato y 6)
subcuenca Arperos (Cuerpos de Conservación en Guanajuato A.C., 2025); y por la gran
diversidad de flora y fauna endémica, la Sierra de Santa Rosa está catalogada como prioritaria por
diversos organismos nacionales e internacionales.

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Tabla 1
Áreas prioritarias en la Sierra de Santa Rosa
Área prioritaria Organismo otorgante
• Humedal Prioritario NAWMP 16 • North American Waterfowl Management
Plan
• Área de Importancia para la
Conservación de las Aves AICA C-32
• Comisión Nacional para el
Conocimiento y uso de la Biodiversidad
• Región NABCI 46 Sur del Altiplano
Mexicano
• North American Bird Conservation
Initiative FWS
• Región terrestre prioritaria RTP-99
Sierra de Santa Rosa
• Comisión Nacional para el Conocimiento
y uso de la Biodiversidad
• Región hidrológica prioritaria RHP-
57 Cabecera del Río de la Laja
• Comisión Nacional para el Conocimiento
y uso de la Biodiversidad
• Microcuencas prioritarias para su
Conservación
• IEE, SEMARNAT, ANEI, SDAyR,
FIRCO, CCG
Tomado de https://ccgac.wordpress.com/sierra-de-santa-rosa/
La idoneidad de la ruta para realizar la primera visita se determinó a partir de las
condiciones de humedad que constituyen el hábitat predominante del objeto de estudio. Se
consideró un cuerpo de agua cercano a la cortina de la presa de Peralillo como el sitio más
adecuado para la primera actividad: estudio poblacional de la rana Leopardo de Moctezuma
(Lithobates montezumae), dado que el lugar ofrecía condiciones adecuadas para acampar, lo cual
era indispensable para realizar actividades nocturnas porque la rana Leopardo de Moctezuma es
de hábitos nocturnos. El recorrido fue de aproximadamente cinco kilómetros (km) desde el origen
(entrada a la Sierra de Santa Rosa) al destino (cortina de la presa de Peralillo).
Para esta actividad se requirió de linternas de manos libres (tipo minero) y con baterías
de repuesto, una red de pesca manual de aproximadamente 1.8 metros (m), equipo para descansar
(casa de campaña, bolsa de dormir “sleeping bag”), calzado y ropa para trabajo de campo que
permitieran camuflarse con el entorno natural, artículos de higiene personal, cámara fotográfica,
provisiones, bolsas para basura y de cierre a presión (tipo Ziploc), así como material escolar
básico (libreta, regla de 30 centímetros (cm), lapicera y bitácora de campo) y bastones para
senderismo (no obligatorio).
La segunda visita de campo fue planificada con base a la ruta previamente utilizada,
ajustando el recorrido al nuevo objetivo de estudio (identificación taxonómica de hongos). El
equipo requerido incluyó el calzado y ropa de campo con camuflaje, artículos de higiene personal,
bastones para senderismo (no obligatorio), provisiones y bolsas para basura y una guía de

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identificación de hongos de la región elaborada por estudiantes dedicados al área de micología.
Las actividades se llevaron a cabo durante el día en zonas con alta humedad y cobertura vegetal,
y se limitaron exclusivamente a la identificación y registro in situ sin realizar colecta.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En 2024 México contaba con 232 Áreas Naturales Protegidas (ANP) de carácter federal,
tanto terrestres como marinas, que en conjunto abarcan más de 98 millones de hectáreas (has); a
esta superficie se deben adicionar el número de has destinadas voluntariamente a la conservación
y las ANP de índole estatal y municipal. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(CONANP), organismo público descentralizado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT) es la encargada de administrar las ANP federales (Gobierno de México,
2025); y se encuentran reguladas por la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (LGEEPA), mientras que las ANP estatales y municipales se reglamentan de acuerdo
con su normatividad estatal y local.
La conservación de las ANP ha permitido que México sea catalogado como un país
megadiverso (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [CONABIO],
2023). La megadiversidad de México se debe a tres factores elementales: 1) su ubicación entre
dos zonas biogeográficas o ecozona (Udvardy, 1975), 2) el complejo relieve montañoso ubicado
dentro del territorio nacional y 3) la gran variedad de climas existentes en la República Mexicana.
La clasificación de megadiverso ha permitido que tenga (México) la primera posición en
el Pilar de Recursos Naturales en el Travel & Tourism Development Index 2024 (World
Economic Forum [WEF], 2024). Sin embargo, las ANP se han visto amenazadas por la expansión
de la urbanización, la degradación que realizan los pobladores de las comunidades cercanas y la
apropiación que realizan algunos particulares apoyados por autoridades locales; presentándose el
dilema señalado por Hardin (1968).
Las ANP son "laboratorios vivos", "escuelas vivas de biodiversidad" o “aulas
ecológicas”; son auténticas joyas ecológicas, su riqueza está determinada por su valor ecológico,
biológico, cultural, económico y social; y son fundamentales para la conservación de la
biodiversidad. Estos espacios forman parte del capital (natural) del país y sirven como lugares
para el aprendizaje y la investigación en entornos naturales directos de los estudiantes de biología.
Uno de estos laboratorios vivos donde los estudiantes de biología experimental realizan
trabajo de campo son en las Sierras Santa Barbara-Santa Rosa (RTP 99) en el estado de
Guanajuato; “es una de las zonas más húmedas del estado y estratégica para asegurar la captación
de agua en los acuíferos de la Cuenca Hidrológica Lerma-Chapala, manteniendo su función como
reguladora del ciclo del agua y la temperatura de la región” (Cuerpos de Conservación en
Guanajuato A.C., 2025).

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Figura 2
Regiones terrestres prioritarias ubicadas en la zona Centro-Sur
Nota. La RTP 99 corresponde a las Sierras Santa Barbara-Santa Rosa en el estado de Guanajuato. Tomado del Listado
de Regiones Terrestres Prioritarias de la CONABIO (2023).
Durante la primera visita que se realizó al área de estudio se efectuó un análisis
poblacional de ranas Leopardo de Moctezuma (Lithobates montezumae), evaluando la abundancia
por etapa de desarrollo (adulto y juvenil) y sexo (macho y hembra), con el objetivo de establecer
su función ecológica dentro del ecosistema que habita.
Antes, durante y después de realizar las tareas académicas existe una vinculación directa
con diversas actividades que se ubican dentro del catálogo del ecoturismo, como por ejemplo: 1)
participación en proyectos de investigación biológica, 2) observación de ecosistemas, 3)
participación en programas de rescate de flora y/o fauna, 4) observación de fauna y 5) talleres de
educación ambiental; entre otras actividades vinculadas con el trabajo de campo del biólogo
experimental.
Figura 3
Actividad académica: registro de ranas Lithobates montezumae
Fotografía tomada por Juan Pablo Huchin.

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Figura 4
Campamento de los estudiantes de biología experimental
Fotografía tomada por Ariadna Lotzacil de los Ángeles Cruz Rendón.
En la segunda visita, el enfoque se centró en promover el aprendizaje sobre la importancia
ecológica de los hongos como una herramienta didáctica para fortalecer los conocimientos
teóricos y prácticos relacionados con la micología, la cual es una de las diversas ramas de la
biología y estudia el reino Fungi (hongos) en todos sus aspectos. Su campo de aplicación es muy
amplio, y es clave para resolver desafíos globales, tales como la seguridad alimentaria (cultivo de
hongos comestibles), la búsqueda de nuevos medicamentos, la conservación del medio ambiente
natural (biorremediación) y la biotecnología.
Figura 5
Identificación y registro del mundo Fugi, sin realizar colecta
Fotografía tomada por Paulina Camila Castro López.
Las actividades ecoturísticas vinculadas con las actividades académicas se circunscriben
a: 1) senderismo, 2) observación de ecosistemas, 3) Observación de la naturaleza, 4) safari
fotográfico, 5) proyectos de investigación biológica, entre otras actividades.

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Figura 6
Transitando por la ruta trazada
Fotografía tomada por Paulina Camila Castro López.
CONCLUSIONES
El ecoturismo, más allá de su dimensión recreativa, se consolida como una herramienta
pedagógica transformadora en la formación de los estudiantes de la Licenciatura en Biología
Experimental de la Universidad de Guanajuato. A través de prácticas de campo en entornos como
la Sierra de Santa Rosa (Guanajuato), se evidencia de cómo esta estrategia:
1. Supera el aula tradicional al fusionar empirismo (aprendizaje sensorial in situ) con
competencias científicas (estudios poblacionales de ranas e identificación taxonómica de
hongos).
2. Fomenta una visión transdisciplinaria al integrar ecología, conservación, sociología y
ética ambiental; respondiendo a la complejidad de los sistemas naturales y sociales.
3. Se facilita un aprendizaje significativo y experiencial que permite la observación directa,
el análisis crítico y la co-creación de conocimiento en entornos reales.
4. Genera compromiso socioambiental mediante códigos de conducta responsable (respeto
a normas locales, minimización de impactos ambientales) y la vinculación con las
comunidades, como en el caso del empoderamiento de pobladores sierreños.
5. Recupera la esencia del viaje formativo (similar al Grand Tour), donde el estudiante,
como flâneur, vive una experiencia auténtica de observación, adaptación a lo imprevisto
y reflexión crítica.
El estudio en la Sierra de Santa Rosa -- laboratorio vivo de biodiversidad y Región
Terrestre Prioritaria -- demuestra que el estudio del ecoturismo académico trasciende al estudio
del turismo masivo (tradicional). Al co-crear inventarios de flora y fauna, y proyectos de
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conservación; dado que los estudiantes no solo aplican conocimiento biológico, sino que
construyen soluciones sustentables desde lo local.
Así, esta práctica se erige como un andamiaje pedagógico indispensable para formar
biólogos capaces de enfrentar crisis ambientales con rigor científico, ética y sensibilidad social.
Se facilita un aprendizaje significativo y experiencial que permite la observación directa, el
análisis crítico y la co-creación de conocimiento en entornos reales.
Figura 7
Articulación entre ecoturismo, biología, saberes comunitarios y sostenibilidad educativa
Elaborado por Miguel Ángel Cruz Vicente.

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REFERENCIAS
Báez, A. L. y Acuña, A. (2003). Guía para las mejores prácticas de ecoturismo en áreas
protegidas. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
https://bit.ly/40Pmidg
Burke, P. (2017). ¿Qué es la historia del conocimiento?: Cómo la información dispersa se ha
convertido en saber consolidado a lo largo de la historia. Editorial Siglo XXI.
http://bit.ly/3UNKGIy
Butler, R. W. (1980). The concept of a tourist area cycle of evolution: implications for
management of resources. Canadian Geographer. Vol. 24 (1), 5-12.
https://doi.org/10.1111/j.1541-0064.1980.tb00970.x
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