Vol. 11/ Núm. 1 2024 pág. 606
seguridad y la implementación de sistemas de monitorización avanzados que puedan detectar
cambios en las condiciones y comportamientos de los objetos en tiempo real.
Teoría del Actor-Red (TAR) para la gestión de la seguridad
La Teoría del Actor-Red (TAR), propuesta por Bruno Latour, es un marco conceptual
heterodoxo que desafía la dualidad ontológica sujeto/objeto del que parte la construcción del
conocimiento en las ciencias sociales. Esta teoría se caracteriza por descentralizar la capacidad
de agencia de los humanos y extenderla a otros actores, como objetos técnicos o “no-humanos”,
planteando una simetría entre ambos en términos de su capacidad de influir en el curso de las
acciones y decisiones de otros agentes.
En su texto “Reensamblar lo social” (2008), Latour crítica las definiciones
convencionales de lo social utilizadas en las ciencias sociales, argumentando que estas limitan la
acción a los humanos con intenciones y significado. En contrapartida, este autor sostiene que
cualquier entidad que modifique un estado de cosas es un actor o actante, independientemente
de si es humano o no humano (Latour, 2008, p. 106). Esta perspectiva permite incluir a objetos
como martillos, canastos, gatos, bacterias, un reporte, la oxidación y otros elementos en la red de
agentes con capacidad de acción.
El concepto de agencia en la TAR es fundamental, toda vez que para Latour, “la acción
es dislocada (…) es tomada prestada, distribuida, sugerida, influida, dominada, traicionada,
traducida” (Latour, 2008, p. 70). Esto significa que la acción no es inherente a un solo actor, sino
que está distribuida y es el resultado de interacciones complejas entre múltiples agentes, humanos
y no-humanos. Esta distribución de la acción genera incertidumbre sobre el origen de esta, lo que
lleva a considerar a un actor como un "actor-red" (Latour, 2008, p. 74), lo que implica que las
acciones de un actor están condicionadas por su pertenencia a una red compuesta por una gran
cantidad de otros actores.
En este sentido, uno de los aspectos centrales de la TAR es el reconocimiento de la
agencia de los objetos. Latour argumenta que los objetos no son simplemente telones de fondo
de la acción humana, sino que pueden autorizar, permitir, dar recursos, alentar, sugerir, influir,
bloquear, hacer posible y prohibir (Latour, 2008, p. 107). Esta idea se ilustra con ejemplos como
el transbordador Columbia, que, al fallar, mostró cómo los objetos pueden transformar su modo
de existencia de manera drástica e influir significativamente en las acciones humanas (2008, p.
118). Latour argumenta que los objetos existen y desempeñan roles cruciales, a pesar de que no
se les reconozca en los marcos conceptuales de la teoría social (Latour, 2008, p. 109). La TAR,
por tanto, no establece una simetría absurda entre humanos y no-humanos, sino que busca evitar
una asimetría espuria y apuesta por reconocer la influencia mutua entre ambos (2008, p. 112).
Otro concepto fundamental para entender cómo se configuran las acciones y las agencias
es la noción de red. Una red para Latour no es otra cosa sino el conglomerado de actores que
interactúan entre sí y componen un sistema sociotécnico. Este autor explica que las acciones no