Vol. 11/ Núm. 1 2024 pág. 23
https://doi.org/10.69639/arandu.v11i2.243
La inserción de mujeres empresarias en Puebla: ante la
desigualdad en el mercado de trabajo
The insertion of women entrepreneurs in Puebla: in the face of inequality in the labor
market
Rocio González Pereyra
rocio.pereyra@outlook.com
https://orcid.org/0000-0003-2450-1451
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Puebla México
Artículo recibido: 20 junio 2024 - Aceptado para publicación: 26 julio 2024
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
En este trabajo me propuse reconstruir la historia de vida de las mujeres emprendedoras, tomando
como contexto específico la ciudad de Puebla. La intención es ampliar otras dimensiones
ocupacionales de mujeres, entendiendo que ese concepto puede ser un eje de referencia válido
para el estudio de las mujeres de negocios. El recorte metodológico de este trabajo propone la
entrevista a profundidad, que es una de las aliadas más eficaces cuando se carecen de datos
empíricos, ya que a través de ella se logran niveles de entendimiento de gran perspicacia, los
cuales se incrementan notablemente conforme avanza la investigación, se multiplican las sesiones
de diálogo y se logra una mayor intimidad y confianza con los entrevistados. De la misma manera
en que hay casos de mujeres trabajadoras que se desempeñan en el mercado laboral, sin abandonar
su rol de responsables del hogar; se encuentran mujeres que se convierten de trabajadoras o amas
de casa a empresarias. Dentro del conjunto de aspectos asociados al desempeño de la actividad
empresarial femenina, me ocupo concretamente de la forma en que estas mujeres desarrollan la
idea de crear una empresa, lo que implica conocer y analizar las razones por las cuales estas
mujeres incursionan en esta actividad. El análisis de esta forma de participación laboral tiene
implicaciones profundas para la comprensión de las actividades que desempeñan las mujeres, de
sus experiencias particulares en el mercado de trabajo y de las demandas que el propio mercado
de trabajo les impone. Es dentro de este grupo de preocupaciones donde se inscribe esta propuesta.
Palabras clave: empresarias, trabajo, empoderamiento
ABSTRACT
In this work I set out to reconstruct the life history of entrepreneurial women, taking the city of
Puebla as a specific context. The intention is to expand other occupational dimensions of women,
understanding that this concept can be a valid reference axis for the study of business women.
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The methodological outline of this work proposes the in-depth interview, which is one of the most
effective allies when empirical data is lacking, since through it levels of understanding of great
insight are achieved, which increase significantly as the study progresses. research, dialogue
sessions multiply and greater intimacy and trust is achieved with the interviewees. In the same
way that there are cases of working women who work in the labor market, without abandoning
their role as those responsible for the home; There are women who convert from workers or
housewives to businesswomen. Within the set of aspects associated with the performance of
female business activity, I specifically deal with the way in which these women develop the idea
of creating a company, which implies knowing and analyzing the reasons why these women
venture into this activity. The analysis of this form of labor participation has profound
implications for the understanding of the activities carried out by women, their particular
experiences in the labor market and the demands that the labor market itself imposes on them. It
is within this group of concerns where this proposal falls.
.
Keywords: businesswomen, work, empowerment
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INTRODUCCIÓN
Frente a la historia compleja del concepto trabajo, es necesario reivindicar su contenido
multidimensional, reconociendo también sus determinantes históricas y sociales, así que por
trabajo no sólo se debe considerar el que se realiza en la industria, o el asalariado, que se ve
mezclado con la etnia y el género, sino en todos los niveles organizacionales.
El análisis de la oferta laboral y la dinámica de los mercados de trabajo han hecho la tarea
de construir las herramientas conceptuales (técnicas y metodológicas) necesarias para medir con
objetividad el grado de desigualdad en este ámbito. Las nociones segregación ocupacional,
discriminación salarial, precarización y feminización-masculinización (de las ocupaciones, los
sectores y subsectores económicos) han servido para someter a un análisis exhaustivo la estructura
diferencial de oportunidades que el mercado de trabajo presenta para hombres y mujeres.
Para Castells (2001: 182), la entrada masiva de las mujeres al trabajo remunerado se debe,
por una parte, a la informalidad, la interconexión y la globalización de la economía y, por otra, a
la segmentación por géneros del mercado laboral, que aprovecha las condiciones sociales
específicas de las mujeres para incrementar la productividad, el control de gestión y, en definitiva,
los beneficios de una abundante mano de obra flexible.
En la mayoría de los países desarrollados el grueso del empleo femenino se encuentra en
los servicios sociales y personales. Un vasto segmento del empleo urbano para las mujeres, en los
países en vías de desarrollo, sigue estando en el sector informal, sobre todo, en las subramas
relacionadas con el suministro de comida y servicios para los habitantes de las metrópolis. Desde
la visión feminista del mundo, el trabajo es otro de los ejes que forman parte de las cualidades
genéricas históricamente determinadas de los individuos y los grupos sociales, y un elemento
central para entender la dinámica social.
En el caso de Puebla, en el empleo formal también han aflorado nuevas modalidades de
trabajo: teletrabajo, trabajo a domicilio y a tiempo parcial, y también se multiplican las actividades
por cuenta propia, como por ejemplo, los servicios originales pero unipersonales cuyo espacio de
realización es sustancialmente la casa. Todo esto se traduce en una modificación del espacio
privado y del público, que está cambiando profundamente las relaciones dentro de la familia. Las
nuevas economías del saber estimulan el surgimiento de pequeños negocios que crecen y se
desarrollan alrededor de los negocios formales; así, algunos trabajos que las personas hacen por
cuenta propia se convierten, en el transcurso del tiempo, en actividades económicas formales.
Este sector está formado por personas que trabajan por cuenta propia, por sociedades y negocios
muy pequeños. Es un sector diligente, personalizado, moderadamente cualificado, que no hace
uso de tecnología de alto nivel, y que no requiere inversiones intensivas.
Vol. 11/ Núm. 1 2024 pág. 26
En este contexto, la generación de nuevas empresas, con diferentes formatos y tamaños,
pero enfatizando la micro, pequeña y mediana empresa,
1
ha sido vista como un factor que podría
dinamizar la transformación productiva, proporcionando nuevas vías y orientaciones para el
desarrollo y el crecimiento económico. Los gobiernos, siguiendo la doctrina de organismos
internacionales, han depositado sus esperanzas en las pequeñas empresas como generadoras de
trabajos de calidad. Conforme con el panorama descrito, se han diseñado diferentes programas
para incentivar los nuevos emprendimientos dirigidos a diferentes grupos sociales, entre ellos las
mujeres.
Se han provisto distintos enfoques que intentan explicar la razón por la cual surgió el
emprendimiento. Uno de esos enfoques se centra en la personalidad que caracteriza a los
emprendedores; algunos más, en la legitimidad social de la actividad empresarial, así como en la
movilidad social o en el proceso de creación de las organizaciones. Por otra parte, están los que
se interesan en los aspectos contextuales (mezcla de factores culturales, económicos, sociológicos
y psicológicos), en la existencia de redes, y en la tasa de beneficios percibidos o en la opción de
autoempleo, entre otros.
2
La falta de atención hacia el estudio de las empleadoras que forman parte de la población
femenina económicamente activa se explica, a su vez, por la escasa visibilidad de la mujer
empresaria en la región. Una de las características de este tipo de ocupaciones es que también en
los cargos de representaciones gremiales hay poca participación de éstas tanto en el ámbito
nacional como en el del estado de Puebla. Esta situación contrasta con lo que ocurre en otras
esferas donde, aunque sea de forma minoritaria, las mujeres han ocupado puestos públicos o de
representación política y ejercen liderazgo como gobernadoras, diputadas, senadoras, secretarias
y subsecretarias de Estado.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente apartado tiene como finalidad abordar la metodología y el proceso del trabajo
de campo realizado, así como describir el análisis de los resultados que en este trabajo se aborda.
Primeramente, es fundamental describir, explicar y comprender el objeto de estudio, esto dará la
oportunidad de reflexionar sobre los significados y las situaciones observadas; y por otra parte,
1
En general, se considera microempresa a aquella que emplea a menos de diez trabajadores; pequeña empresa, a la que
emplea entre diez a cincuenta, mientras que son medianas empresas las que dan empleo a entre cincuenta y doscientas
cincuenta personas.
2
La persona que se autoemplea crea su propio puesto de trabajo utilizando su ingenio, capital y esfuerzo para generar
oferta de trabajo, y a medida que pasa de ser un emprendedor a ser un empresario, con el tiempo puede convertirse en
un generador de empleo. En este sentido, el autoempleo puede entenderse de dos maneras: como trabajador
independiente, que es contratado por honorarios por la naturaleza de su labor o por su nivel de especialización (un
ejemplo serían los profesionistas libres, comisionistas, etc.), y la segunda forma sería como empresa, mediante la
asociación.
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será importante darle la importancia debida a lo que significa para los investigadores todo el
trabajo antes de llegar a los resultados.
El principal problema de investigación, es exponer cómo se fue construyendo la
metodología, cuáles fueron los logros alcanzados, los sujetos encontrados, las limitaciones y
estancamientos, las frustraciones y los hallazgos.
En términos generales, muchos de los trabajos de metodología, se conforman de un marco
teórico ampliamente discutido, de datos, contexto, metodología, los resultados y las conclusiones
en un orden apropiado del método científico. Sin embargo, lo que interesa conocer son las
estrategias y/o juicios de ética que durante el trabajo de campo se encuentran. Para este trabajo,
se otorga un peso importante al acercamiento de los sujetos de estudio, así como el rol del
investigador en un proceso de observador-participante-observador, en el que confluyen
comunicación, observación y, generando (de manera inevitable) una constante reflexividad en
torno a las trayectorias familiares y laborales que las mujeres empresarias han enfrentado.
La apuesta metodológica para este trabajo, es la entrevista a profundidad, que es una de
las aliadas más eficaces cuando se carecen de datos empíricos, ya que a través de ella se logran
niveles de entendimiento de gran perspicacia, los cuales se incrementan notablemente conforme
avanza la investigación, se multiplican las sesiones de diálogo y se logra una mayor intimidad y
confianza con las entrevistadas.
A partir de julio de 2009, a la fecha se ha realizado trabajo de campo y seguimiento de
base de datos de INEGI, y me dediqué a buscar la aproximación de mujeres empresarias. A pesar
de contar con dos grandes ventajas para ello, como son el hecho de vivir en Puebla y conocer por
tanto el contexto, la realización del trabajo de investigación.
Una de las desventajas que quiero señalar antes de presentar resultados, es una línea
divisoria, muy sensible y flexible, cuya información dependían de la clase y del origen de las
mujeres que se entrevistaron. Es cierto que factores como la inseguridad, que existe en nuestro
país han permeado un grado de desconfianza, de tal manera que es difícil al principio que mujeres
emprendedoras puedan dar información precisa de sus negocios. Por tal motivo, el universo de
mujeres entrevistadas es reducido.
RESULTADOS
Abordar el tema de mujeres empresarias y la forma en que se insertan a esta actividad es
poco explorado. Se pondrá énfasis en los factores y conflictos que estas mujeres enfrentan al
iniciar y desarrollar una empresa.
La mayoría de las mujeres entrevistadas, como Isabel, María Eugenia, Fabiola, Cory, Jeny,
Carmina y Maribel, vivían en un núcleo familiar tradicional con arraigadas prácticas de género y
patriarcado. Las entrevistadas manifestaron que habían vivido con la idea de que ellas algún día
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trabajarían, ya que crecieron en un ambiente familiar en el que su madre trabajaba, lo cual influyó,
sin duda, en su decisión de insertarse al mercado laboral.
Aunque la aparición de las mujeres en los cargos públicos concita un proceso de
apropiación y conquista de espacios resguardados socialmente para los hombres, del mismo modo
implica una desigual competencia para la mujer, quien se ve forzada a luchar contra los
imaginarios colectivos que aún insisten en que el espacio “natural” de la mujer es el privado
(Martínez, 2014).
Una de las características en la actividad empresarial de las mujeres, se identifica en que
ellas laboran desde su domicilio. Esta forma de trabajar a veces les impide relacionarse en el
mundo empresarial para el desarrollo de las capacidades empresariales. A partir de estas
circunstancias, se vuelve imperioso desarrollar redes con otras empresarias.
García (2007) señala que la responsabilidad de la familia, que recae principalmente en las
mujeres, es la causa que les impide obtener mayores logros laborales y acceder a puestos más
altos, al menos así sucede en las sociedades occidentalizadas. Es decir, los puestos directivos no
sólo se alcanzan por medio de méritos y diplomas, sino mediante una lucha de poder que rodea a
la jerarquía masculina.
En este sentido, los motivos por los cuales las mujeres que ocupan puestos ejecutivos de
alto nivel deciden permanecer o abandonar su trabajo, se deben a la complejidad que prevalece
en el mundo corporativo, en donde las tensiones entre trabajo y familia se provocan, en gran
medida, por la intolerancia y falta de flexibilidad en los horarios a los que se ven sometidas.
3
Con
frecuencia, las mujeres que se encuentran en esta situación, recurren a estrategias en las que la
familia extensa juega un papel fundamental (Serna, 2012: 21).
Las circunstancias que provocan que las mujeres participen en actividades empresariales
enmarcadas en una estructura económica y social de dominación en la que ellas reciben un trato
diferencial generalmente discriminatorio en razón de género. Las entrevistadas apuntaron cinco
razones que las habían llevado a integrarse al mundo empresarial, que admiten ser agrupadas
como sigue:
1. Por necesidad o deseo de aumentar sus ingresos
2. Por una experiencia poco favorable en el ámbito laboral
3. Por considerar que administrar su tiempo para atender el hogar y la actividad económica a
la vez era una buena opción.
4. Por trabajos del cuidado durante la pandemia
5. Su pareja perdió el trabajo durante la pandemia
3
En el año 2000, Pérez Lizaur llevó a cabo en México uno de los trabajos pioneros sobre este tema; se trata de un
estudio de corte antropológico. La autora tuvo como propósito elucidar las razones por las cuales las mujeres ejecutivas
permanecían o renunciaban a su trabajo. Estas aportaciones coinciden con las de Arango, Viveros y Bernal para el caso
de países del Cono Sur respecto a la fricción en cuanto al desempeño laboral en actividades ejecutivas y el papel que
ejerce la cuestión familiar en la condición de madre trabajadora. Esto también ha sido señalado por Serna (2003).
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De esta lista se desprende que en Puebla la presencia de las empresarias corresponde a una
composición y perfil con clara orientación hacia sectores medios. Sin lugar a dudas, esto
constituye un desafío importante y de largo alcance para el diseño y ejecución de las políticas
públicas. Pero es necesario precisar que al clasificar las razones que motivaron a las mujeres que
formaron parte de la muestra de este estudio, no se pretende hacer generalizaciones que cubran
todas las posibles respuestas; sin embargo, hay coincidencias que considero pertinente señalar.
Al mismo tiempo, la trayectoria personal de estas mujeres prevalece como un papel clave en las
decisiones que tomaron en lo concerniente a su futuro.
Es importante conocer el perfil de las entrevistadas, que son en su mayoría mujeres
educadas, principalmente de clase media, siendo empresarias en los últimos 10 años, con hijos en
origen, con edades entre 40 y 55 años (Ver cuadro 1). Se pueden observar también que cuentan
con carrera universitaria, quienes ya tenían experiencia laboral antes de ser emprensarías y que
las actividades de sus giros empresarias se relacionan con las actividades domésticas.
Tabla 1
Perfil de las entrevistadas
Nombre/Edad
Grado
académico
Motivos para elegir
ser empresarias
Trabajos
anteriores
Actividad
Isabel
(40 años)
Ninguno
Su pareja se quedó
sin empleo
Ninguno
Restaurante
Fabiola
(40 años)
Administradora
La liquidaron de su
anterior trabajo y
con ese dinero puso
su tienda de
abarrotes
Administradora
y contadora en
una tienda de
telas
Abarrotes
Maru
(45 años)
Abogada
Quería pasar más
tiempo con su
familia
Escribiente en
un despacho de
abogados
Restaurante
Cory
(49 años)
Odontóloga
Se fue a Estados
Unidos y el ingreso
de su esposo era
insuficiente
Ninguna
Comercio
Ropa
Jeny
(49 años)
Contadora
Tenía problemas con
su esposo, ya que
pasaba mucho
tiempo en el trabajo
Gerente de
banco
Venta de
blancos
Carmina
(55 años)
Secundaria
Quería aportar más
ingresos a su familia
Secretaria en
empresa de
autopartes
Restaurante
Maribel
(55 años)
Ninguna
No podía ver a sus
hijos, ya que
trabajaba todo el día,
y decidió dedicarse
a la repostería
Secretaria en
gobierno
Pastelería
Fuente: elaboración propia, basada en entrevistas con empresarias en Puebla, en 2023..
Para analizar el perfil de empresarias, es importante tomar en cuenta la noción de la
conducta individual que debe ser considerada como una elección en el contexto de las relaciones
sociales. Las estructuras de opciones siempre son específicas para las condiciones históricas e
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individuales, pero también de las familiares; ya que la familia es uno de los factores más
importantes en la socialización de las personas, la toma de decisiones tales como; la profesión, el
trabajo, la pareja o la maternidad está vinculada a las referencias generacionales que las personas
han tenido y que contribuyen a explicar la actual inserción de la mujer en el trabajo empresarial.
Los antecedentes referidos resultaron útiles, además, para comprender cómo estas mujeres,
en su vida cotidiana, viven y definen la articulación de esas relaciones y cómo, en su calidad de
bien intencionada (aunque restringida por el contexto), idea su trabajo y otras estrategias para
renegociar aspectos de las relaciones de género en el seno de la unidad doméstica.
DISCUSIÓN
Las investigaciones realizadas acerca de la flexibilidad del trabajo se han orientado al
análisis de los impactos en el sector empresarial y sobre aspectos tales como la calificación, la
formación profesional, el uso de nuevas tecnologías, la reorganización del trabajo y, más
recientemente, sobre los distritos industriales y los encadenamientos productivos, entre otros
(Rendón, 1993).
Sobre esta discusión es difícil encontrar una relación entre la participación masculina y la
femenina, a excepción de algunos estudios en los que se ha rescatado la importancia de la
presencia de las mujeres en procesos de flexibilidad, aunque en la mayoría de los estudios se
reconoce la figura del trabajador encarnado en la figura del hombre como sujeto universal (De la
O, 2004).
Los estudios de género abordan desde una perspectiva crítica la utilización de las
dicotomías producción/reproducción, público/privado. Se cuestiona la visión del ámbito
doméstico y reproductivo como femenino, privado y opuesto a la esfera de lo público-productivo,
entendido como lo masculino, y la aceptación de la división sexual del trabajo (hombres-
proveedores, mujeres-amas de casa) como algo natural e inherente al papel de las mujeres en
nuestras sociedades.
4
No obstante, se entiende que esta división sexual es una construcción
sociohistórica susceptible de transformación (Yanagisako, 1999). En este sentido, sabemos que
en la actualidad, principalmente en los países desarrollados, se ha perfilado una clara tendencia
hacia una mayor participación de las mujeres en distintas esferas de lo social.
De manera particular, la segunda mitad del siglo XX fue testigo de importantes cambios en
la familia que removieron las estructuras patriarcales. Uno de esos drásticos cambios se relaciona
con el hecho de que una vez establecida la unión conyugal, se supone que hombres y mujeres
cumplirán de manera cabal sus respectivos papeles de género que tan comúnmente se han
4
Las labores socialmente asignadas a las mujeres pueden influir en su incorporación al mercado laboral, inhibiéndola
o fomentándola, de tal forma que, como lo constata la bibliografía existente en México, se considera que las mujeres
no unidas y las unidas, con hijos mayores, enfrentan menos obstáculos para incorporarse al mercado de trabajo (García
y Oliveira, 2006).
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estatuido, y que consisten básicamente en que el varón aporte el aprovisionamiento material de la
familia y la mujer brinde resguardo y fidelidad a su marido. Al entenderse el matrimonio como
una relación contractual de derechos y obligaciones, en la que cada una de las partes se
compromete a satisfacer la esfera de actividades que le corresponde, en el momento en que ese
equilibrio se rompe la parte afectada se encuentra en su derecho de resolver sus necesidades
económicas de la forma en que considere conveniente.
Otro factor que caracteriza las interpretaciones acerca de la inserción de las mujeres en la
actividad empresarial es la maternidad, que se ha definido como un espacio de anclaje genérico
para la construcción de las mujeres como sujetos, debido a la especialización procreativa
esencialmente del cuerpo femenino, el deseo de ser madre y el amor incondicional por los hijos.
Durante la última década, la creación de microemprendimientos ha sido una estrategia muy
difundida entre las mujeres poblanas para sobrellevar la crisis económica y afrontar los altos
niveles de desempleo propios y el de sus compañeros. Muchas de estas iniciativas se ubican en
el sector gastronómico, textil, artesanal y de la decoración. En muchos casos, surgen como una
manera de aumentar los ingresos familiares. También hay empresarias que llegan a serlo casi de
manera accidental, copor ejemplo, al heredar. Esto quiere decir que se incorporaron al trabajo
como empresarias a consecuencia de problemáticas familiares muy localizadas, pero tampoco son
arribistas o improvisadas.
El patriarcado es una estructura básica de todas las sociedades contemporáneas. Se
caracteriza por la autoridad, impuesta desde las instituciones, de los hombres sobre las mujeres y
sus hijos en la unidad familiar. Para que se ejerza esa autoridad el patriarcado debe dominar toda
la organización de la sociedad.
Una perspectiva interesante para el análisis y la comprensión de la transformación del
patriarcado, es la que propone Castells (2001), quien sostiene que el proceso que resume y
concentra este cambio es la crisis de la familia patriarcal. Si ésta se desmoronara de forma gradual
pero segura, todo el sistema del patriarcado, y el conjunto de nuestras vidas, serían transformadas.
Desde luego, ésta es una idea pavorosa, y no sólo para los hombres. Por eso, el desafío al
patriarcado es uno de los factores inductores más fuertes de los movimientos fundamentalistas
que aspiran a restaurar el orden patriarcal; su reacción violenta podría alterar los procesos actuales
de cambio cultural, ya que ninguna historia está escrita de antemano. En su análisis, este autor
trata de determinar las causas de las formas tradicionales de la familia patriarcal, y para ello se
detiene en examinar algunos indicadores. Concluye que las estadísticas, por solas, no pueden
contar la historia de la crisis del patriarcado, pero cuando los cambios son tan amplios como para
reflejarse en las estadísticas nacionales comparadas, cabe asumir con certeza su profundidad y
rapidez (Castells, 2001: 122).
Las funciones de liderazgo que hoy desempeñan las mujeres en empresas privadas, en la
administración pública, la ciencia, la política, las artes… aluden a un funcionamiento cultural y
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nos llevan a reconocer que ellas se han apropiado de símbolos que todavía aparecen en el campo
del predominio masculino. En este caso, la incorporación de estas mujeres en nuevos espacios de
poder se presenta dentro de transformaciones económicas, políticas y socioculturales de una
sociedad que paulatinamente se incorpora a la modernidad (Serna, 2008).
Una de las vertientes que da respuesta a la inclusión de las mujeres en la actividad
empresarial ha sido la inestabilidad laboral que afecta al cleo y existencia misma de la
construcción social trabajador/jefe/proveedor, la cual está muy enraizada en la sociedad
contemporánea.
La explicación que dan algunas mujeres acerca de por qué se convirtieron en empresarias
son distintas a las expuestas en los casos anteriores, en los que prevalece la necesidad de aumentar
los ingresos para la manutención del hogar. Cuando el salario del jefe proveedor económico de
familia es deficiente o tiene múltiples interrupciones, una de las principales alternativas que tiene
el grupo doméstico es enviar integrantes al mercado laboral.
El impacto de la pandemia por la COVID-19 no fue igual entre hombres y mujeres. La
pandemia trajo consigo una disminución en las actividades económicas y provocó, en ambos
sexos, un decrecimiento del mercado laboral, pérdida de empleo y baja del ingreso laboral. La
recuperación, no obstante, ha ocurrido de manera diferenciada.
CONCLUSIONES
Debido a la heterogeneidad de problemas a los que las entrevistadas han debido enfrentarse,
así como a los diferentes niveles socioeconómicos a los que pertenecen, y a que sus motivaciones,
intereses y capacidades potenciales son distintas, las empresarias no constituyen un grupo
homogéneo.
Si bien, un número cada vez mayor de mujeres ha tenido acceso a la formación universitaria
o a la capacitación técnica, muchas desean utilizar sus competencias y su experiencia no sólo
como asalariadas en cuyo caso se reducen sus posibilidades de ascenso profesional y de
conciliar sus múltiples funciones, sino también como trabajadoras por cuenta propia y como
empresarias, aunque también es verdad que muchas de ellas emprenden actividades empresariales
aun sin disponer de una formación adecuada, alentadas solamente por su empeño. Por otra parte,
comprobé que, en efecto, la participación femenina en la actividad empresarial se concentra en el
sector comercio y servicios.
La emergencia de las nuevas identidades femeninas refleja un cambio cultural inobjetable.
La presencia femenina en todos los espacios sociales, desde las organizaciones públicas y
privadas hasta los cuadriláteros de box y lucha, denotan que la inteligencia y la propia fuerza
bruta han dejado de ser sinónimos monopolizados por la identidad masculina.
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Aunque la aparición de las mujeres en los cargos públicos concita un proceso de
apropiación y conquista de espacios resguardados socialmente para los hombres, del mismo modo
implica una desigual competencia para la mujer, quien se ve forzada a luchar contra los
imaginarios colectivos que aún insisten en que el espacio “natural” de la mujer es el privado
(Martínez, 2014).
La presencia femenina en las altas esferas del poder y en todos los ámbitos de la vida
pública, en las artes y el deporte, representan una de las primeras premisas que obligan a los
investigadores a derribar el convencionalismo analítico ligado a la interpretación del concepto
división sexual del trabajo. En efecto, dicho de esta manera, se trata de reconocer las expresiones
concretas del cambio cultural para combatir los principales tabúes que reducen las posibilidades
de esgrimir otro tipo de argumentaciones en los estudios de género y, principalmente, en los
estudios centrados en las mujeres. De tal suerte, que mi interés consiste en reflexionar en torno al
papel que juegan las mujeres que ejercen poder en las organizaciones privadas. Esta reflexión
estará guiada por las limitaciones que impone la cultura en el desarrollo de la actividad
empresarial.
Hay bastantes argumentos de peso que se proponen explicar por qué las mujeres participan
en actividades empresariales. Una de ella insiste en que hay una estructura económica que deriva
en la pérdida de puestos de trabajo, bajos salarios y debilitamiento de los sindicatos.
Las mujeres empresarias suelen proceder de la clase media y tienen expectativas acordes a
las exigencias de la modernidad, pero deben apropiarse de las normas y códigos tradicionalmente
establecidos para reproducirlos en el ámbito económico y social. Cabe mencionar que la principal
fuente de financiamiento de las empresarias consiste en la reinversión de las ganancias en cuatro
de cada cinco casos y para todos los tamaños de empresa, sin importar el monto de las ventas
anuales. Los ahorros personales fueron considerados una fuente confiable de financiamiento,
particularmente para las dueñas de micro y pequeñas empresas (INMUJERES 2010).
De esta argumentación se deriva un pensamiento peculiar, en que las funciones de liderazgo
que actualmente las mujeres desempeñan tanto en las empresas privadas, la administración
pública, la ciencia, la política, las artes y otros muchos ámbitos más aluden a un funcionamiento
cultural y nos llevan a reconocer que ellas se han apropiado de símbolos que todavía aparecen en
el campo del predominio masculino. Para el caso que nos ocupa, la incorporación de las mujeres
en nuevos espacios de poder se incluye en el paquete emergente de transformaciones económicas,
políticas y socioculturales de una sociedad que paulatinamente se incorpora a la modernidad.
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