Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 93
https://doi.org/10.69639/arandu.v11i2.253
Relación de la genómica nutricional y Diabetes tipo I
Relactionship nutritional genomics and type I Diabetes
Mayra Alexandra Logroño Veloz
mlogrono@espoch.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-4792-6065
Carrera de Nutrición y Dietética - Escuela Superior Politécnica de Chimborazo
Ecuador Riobamba
Sarita Lucila Betancourt Ortiz
lbetancourt@espoch.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-2070-6372
Carrera de Nutrición y Dietética - Escuela Superior Politécnica de Chimborazo
Ecuador Riobamba
Viviana Alexandra Cargua Logroño
vivianacargua1990@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-4719-6292
Investigador Independiente
Ecuador- Riobamba
Mónica Bajaña Rosales
mbajarosal@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-8028-9305
Unidad Educativa Pedro Vicente Maldonado
Ecuador- Riobamba
Artículo recibido: 20 junio 2024 - Aceptado para publicación: 26 julio 2024
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
Introducción: La genómica nutricional es un campo emergente que ofrece un enfoque prometedor
para personalizar las intervenciones dietéticas en la diabetes tipo 1 (DT1). La comprensión de
cómo los nutrientes interactúan con los genes y cómo las variaciones genéticas influyen en la
respuesta a la dieta, es posible optimizar el manejo de la DT1 y mejorar la calidad de vida de los
pacientes. Objetivo: Analizar la relación de la DT1 y la genómica nutricional abordando su
etiopatogenia que implica la interacción de factores genéticos, inmunológicos y ambientales,
explorando enfoques de nutrición personalizada. Metodología: Revisión no sistemática de
artículos científicos en las bases de datos como PudMed, ScienceDirect, Elsevier, Google
académico, con estudios elegibles del tema. Resultados y discusión: La relación entre los factores
que afectan la diabetes tipo 1 (DM1) y la genómica nutricional es compleja y multifacética. La
DM1 es una enfermedad autoinmunitaria que resulta de la destrucción de las células beta del
páncreas, y su desarrollo implica una interacción entre factores genéticos, inmunológicos y
ambientales. La predisposición genética, particularmente asociada a ciertos haplotipos del
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complejo mayor de histocompatibilidad (HLA), establece un marco en el que los factores
ambientales, incluidos los nutrientes, pueden actuar como desencadenantes. La genómica
nutricional se centra en cómo los nutrientes y los patrones dietéticos influyen en la expresión
genética y la respuesta inmunitaria, lo que puede ser crucial en la modulación del riesgo de
desarrollar DM1 en individuos predispuestos.
Palabras clave: diabetes tipo 1, genómica nutricional, polimorfismo
ABSTRACT
Introduction: Nutritional genomics is an emerging field that offers a promising approach to
personalize dietary interventions in type 1 diabetes (T1D). Understanding how nutrients interact
with genes and how genetic variations influence dietary responses can optimize T1D management
and improve patients' quality of life. Objective: To analyze the relationship between T1D and
nutritional genomics by addressing its etiopathogenesis, which involves the interaction of genetic,
immunological, and environmental factors, exploring personalized nutrition approaches.
Methodology: A non-systematic review of scientific articles from databases such as PubMed,
ScienceDirect, Elsevier, and Google Scholar, focusing on eligible studies on the topic. Results
and Discussion: The relationship between factors affecting type 1 diabetes (T1D) and nutritional
genomics is complex and multifaceted. T1D is an autoimmune disease resulting from the
destruction of pancreatic beta cells, and its development involves an interaction between genetic,
immunological, and environmental factors. Genetic predisposition, particularly associated with
certain haplotypes of the major histocompatibility complex (MHC), establishes a framework in
which environmental factors, including nutrients, can act as triggers. Nutritional genomics
focuses on how nutrients and dietary patterns influence gene expression and immune response,
which can be crucial in modulating the risk of developing T1D in predisposed individuals.
Keywords: type 1 diabetes, nutritional genomics, polymorphism
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INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus tipo 1 (DMT1), también conocida como diabetes autoinmune, es una
enfermedad crónica caracterizada por deficiencia de insulina debido a la pérdida de células β
pancreáticas y conduce a hiperglucemia. Es una de las enfermedades más comunes en la infancia
y se diagnostica a un ritmo cada vez mayor en los adultos. La edad de aparición de los síntomas
suele ser durante la infancia o la adolescencia(Yip et al., 2022).
En la mayoría de los países, la tasa de diagnóstico de DMT1 presenta un aumento
significativo en los infantes menores de 5 años y anualmente está aumentando a nivel mundial
en un 2,3% por año y se estima que aumentará entre un 2,7% y un 2,8% en los jóvenes en los
Estados Unidos; la misma varía significativamente según la región geográfica (Simmons, 2016).
En Europa, países como Suecia, Finlandia, Noruega, Reino Unido y Cerdeña tienen la mayor
incidencia de diabetes Tipo 1 con una tasa ajustada por edad de > 20/100000 pacientes-año.
Estados Unidos tiene una tasa de incidencia de 17,8/100.000 pacientes-año en una población
predominantemente caucásica. China y América del Sur tienen la incidencia más baja de diabetes
Tipo 1, notificada como < 1/100000 pacientes-año (Barrera et al., 2022)
Las personas con diabetes Tipo 1 requieren reemplazo de insulina de por vida con
múltiples inyecciones diarias de insulina, terapia con bomba de insulina o el uso de un sistema
automatizado de administración de insulina (Ehrmann et al., 2020). Sin insulina, se desarrolla
cetoacidosis diabética (CAD) y pone en peligro la vida. Además de la terapia con insulina, se
recomienda la monitorización de la glucosa con (preferiblemente) un monitor continuo de glucosa
(MCG) y un monitor de glucosa en sangre si no se dispone de MCG (Lucier & Ruth S, 2020).
No obstante, la genética juega un papel crucial en la predisposición a la DMT1, la
interacción entre genes y ambiente, incluyendo la dieta, es fundamental para entender la
patogénesis y el manejo de la enfermedad.(Ferguson, 2014)
La genómica nutricional comprende dos componentes clave: nutrigenómica y
nutrigenética (Meiliana & Wijaya, 2020). Este campo, a menudo llamado "nutrigenómica", une
la investigación del genoma, la biotecnología y la nutrición molecular para mejorar nuestra
comprensión de cómo la nutrición afecta la salud. Proporciona información sobre cómo los
alimentos afectan el equilibrio del cuerpo, ofreciendo información sobre posibles beneficios y
efectos adversos incluso antes de la aparición de la enfermedad (Bin et al., 2023).
La nutrigenética ayuda a identificar genes que pueden predisponer a los individuos a la
DMT1 cuando interactúan con ciertos componentes dietéticos (Das & Gilhooly, 2021). Por
ejemplo, algunas variantes genéticas pueden hacer que ciertos individuos sean más susceptibles
a desencadenantes dietéticos que pueden influir en la respuesta inmunitaria. La comprensión de
estas interacciones puede llevar a la identificación de factores dietéticos modificables que pueden
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 96
reducir el riesgo de desarrollar DMT1 en individuos genéticamente predispuestos.(Ramos-Lopez
et al., 2017).
La genómica nutricional permite la personalización de las intervenciones dietéticas
basadas en el perfil genético de cada individuo. Esto es particularmente es importante en la
DMT1, donde el control de la glucosa en sangre es crítico. El conocimiento de los factores
genéticos y ambientales que contribuyen a su prevención y diagnóstico es decisivo para el área
de la genómica nutricional (de Toro-Martín et al., 2017)
Al mapear el genoma humano, se han realizado un número acumulado de estudios de
asociación para identificar los factores genéticos que pueden explicar la variabilidad
interindividual de la respuesta metabólica a dietas específicas. En este sentido, si bien ya se han
identificado numerosos genes y polimorfismos como factores relevantes en esta respuesta
heterogénea a la ingesta de nutrientes (Meiliana & Wijaya, 2020), la evidencia clínica que
respalda estas relaciones estadísticas es actualmente demasiado débil para establecer un marco
integral para intervenciones nutricionales personalizadas en la mayoría de los casos(Ahmadi &
Andrew, 2014). Por lo tanto, aunque la mayoría de los hallazgos sobre este tema todavía están
relativamente lejos de ofrecer todo el potencial esperado en términos de traducción y aplicación
de este conocimiento a la nutrición de precisión, algunos de ellos se han desarrollado con éxito
tanto en el sector público como en el privado (de Toro-Martín et al., 2017)
Un aspecto promisorio del campo de la nutrición de precisión es el diseño de
recomendaciones nutricionales personalizadas para tratar o prevenir trastornos metabólicos
(Betts, J.A.; Gonzalez, 2016). Más específicamente, la nutrición de precisión busca desarrollar
recomendaciones nutricionales más integrales y dinámicas basadas en parámetros cambiantes e
interactivos en el entorno interno y externo de una persona a lo largo de la vida. Para ello, los
enfoques de nutrición de precisión incluyen, además de la genética, otros factores como los
hábitos alimentarios, el comportamiento alimentario, la actividad física, la microbiota y el
metaboloma.(Dib et al., 2019).
El objetivo de la revisión fue analizar la relación de la diabetes tipo 1 (DMT1) y la
genómica nutricional abordando su etiopatogenia que implica la interacción de factores genéticos,
inmunológicos y ambientales, explorando enfoques de nutrición personalizada.
METODOLOGÍA
Revisión no sistemática de artículos publicados en inglés o español de los últimos 5 años
con los criterios de búsqueda mediante palabras clave como: Diabetes tipo 1, genómica
nutricional, nutrigenómica, nutrigenética, nutrientes, intervención dietética, fenotipo, estilo de
vida, nutrición de precisión. Se utilizaron estrategias de búsqueda con combinaciones de palabras
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 97
clave y términos MeSH (Medical Subject Headings) para asegurar una exploración amplia en las
siguientes bases de datos: PubMed, Scopus, Web of Science, Elsevier, Google académico.
Criterios de Inclusión
- Artículos originales (ensayos clínicos, estudios observacionales, estudios de cohortes) y
revisiones sistemáticas/metaanálisis de pacientes con diabetes tipo 1.
- Estudios que investiguen la relación entre genes y nutrientes en el contexto de diabetes
tipo 1 y reporten sobre la respuesta individual a intervenciones dietéticas, incluyendo fenotipos
como estilo de vida.
Criterios de Exclusión
- Artículos de opinión, editoriales, resúmenes de conferencias y estudios con diseño
metodológico débil.
- Documentos que no incluyan pacientes con diabetes tipo 1 o que se centren en otras
formas de diabetes.
- Estudios que no investiguen la interacción entre genes y nutrientes y no reporten
resultados específicos relacionados con la respuesta individual a las intervenciones dietéticas.
Se realizó una revisión completa de los artículos seleccionados para una evaluación
detallada, asegurando la inclusión final de aquellos estudios que cumplieran con los criterios
establecidos. Para la información con heterogeneidad significativa, se llevó a cabo una síntesis
narrativa, presentando los resultados en tablas que resumieron las características de las
investigaciones incluidas y sus principales hallazgos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Etiopatogenia de la diabetes tipo 1
La etiopatogenia de la diabetes tipo 1 (DT1) es un complejo proceso que involucra la
interacción de factores genéticos, inmunológicos y ambientales. La identificación de estos
factores y su interrelación es crucial para entender el desarrollo de la enfermedad y potenciales
estrategias de prevención y tratamiento. En este contexto, la nutrición personalizada emerge como
una herramienta clave para el manejo de la DT1, ya que permite adaptar las recomendaciones
dietéticas a las necesidades específicas de cada paciente, tomando en cuenta el perfil genético y
su respuesta inmunológica. La investigación continua en este campo y busca desentrañar los
mecanismos subyacentes y mejorar la detección temprana y el manejo de la DT1 (American
Diabetes Association, 2017). El Diagrama 1 presenta de manera resumida la clasificación de los
factores implicados en la etiopatogenia de la DT1.
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Diagrama 1
Factores de clasificación de la etiopatogenia de la Diabetes tipo 1
Factores genéticos de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad autoinmune poligénica en la que el sistema
inmunitario ataca y destruye las células beta del páncreas que producen insulina. La genética
juega un papel significativo en la susceptibilidad a esta enfermedad, y uno de los principales loci
genéticos implicados es el complejo principal de histocompatibilidad (MHC), especialmente los
genes de la región HLA (Antígeno Leucocitario Humano, por sus siglas en inglés) Clase II y se
reportan que representan aproximadamente el 40%-50% de la agregación familiar de
DMT1.(Redondo et al., 2018)
Complejo principal de histocompatibilidad (MHC)
Los principales determinantes genéticos están asociados al complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC), especialmente a los alelos DR y DQ. Sin embargo, también
contribuyen otros genes fuera del MHC, como el gen de la insulina, PTPN22 y CTLA-4, los
cuales muestran diferencias genéticas significativas entre las poblaciones. Estas diferencias se
reflejan en las frecuencias de alelos y haplotipos que pueden ser causantes o protectores de la
diabetes. Por lo tanto, la influencia genética vinculada a la región MHC es considerable y no se
limita únicamente a los alelos DR y DQ. Sin embargo, estos alelos lo contribuyen en menos
del 50 % a la susceptibilidad genética. Ello da una idea de la complejidad de la herencia en esta
enfermedad. (Jahromi & Eisenbarth, 2016).
Alelos HLA-DR y HLA-DQ.
Las diferencias estructurales entre estas moléculas influyen significativamente en su
capacidad para presentar antígenos, lo que a su vez afecta su papel en la predisposición a
enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1. HLA-DR se caracteriza por una cadena alfa
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menos polimórfica y una cadena beta altamente variable, lo que resulta en una estructura de unión
al antígeno más rígida. Por otro lado, HLA-DQ presenta polimorfismo en ambas cadenas, lo que
permite una mayor diversidad en la presentación de péptidos y una estructura de unión más
flexible. Estas variaciones estructurales son clave para entender cómo estas moléculas
contribuyen a la susceptibilidad a la autoinmunidad (Noble & Valdes, 2021).
Es importante comprender la función de los alelos HLA-DR y HLA-DQ, ya que forman
parte del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase II y desempeñan un papel
fundamental en la presentación de antígenos como la insulina y otros péptidos derivados de la
proinsulina, facilitando la activación facilitando la activación de las células T CD4+ (células T
colaboradoras) que atacan las células beta en el páncreas (Kozhakhmetova et al., 2018).
Alelo HLA-DR
- Presenta antígenos derivados de proteínas extrañas o propias a las células T CD4+. Esta
presentación es fundamental para iniciar y regular la respuesta inmune.
- En individuos susceptibles, ciertas variantes de HLA-DR: HLA-DR3 y HLA-DR4 son
considerados de alto riesgo y pueden presentar antígenos propios (autoantígenos) que se
encuentran en las células beta pancreáticas, desencadenando una respuesta autoinmune.
Alelo HLA-DQ
- Similar a HLA-DR, HLA-DQ también presenta antígenos a las células T CD4+.
- Variantes específicas de HLA-DQ; HLA-DQ2 y HLA-DQ8, están asociados con un
mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 1. Estos haplotipos tienden a presentar antígenos
derivados de las células beta de una manera que induce una fuerte respuesta autoinmune
(Andersen & Hansen, 2019),
Mecanismo de Desarrollo de la Diabetes Tipo 1
Lo más probable es que la enfermedad se desencadene a una edad temprana por
autoanticuerpos dirigidos principalmente contra la insulina o la descarboxilasa del ácido
glutámico, o ambos, pero rara vez contra el antígeno 2 de los islotes. El principal factor de riesgo
para la autoinmunidad de células β es genético y ocurre principalmente en individuos con
haplotipos HLA-DR3-DQ2 o HLA-DR4-DQ8, o ambos(Andersen, 2020), pero generalmente se
necesita un desencadenante del medio ambiente. La patogénesis se puede dividir en tres etapas:
1, aparición de autoinmunidad de células β, normoglucemia y ausencia de síntomas; 2,
autoinmunidad de células β, disglucemia y ningún síntoma; y 3, autoinmunidad de células β,
disglucemia y ntomas de diabetes. La asociación genética con cada una de las tres etapas puede
diferir. La diabetes tipo 1 podría servir como modelo de enfermedad para trastornos autoinmunes
específicos de órganos (Pociot & Lernmark, 2016).
Otros Genes: Genes PTPN22 y CTLA-4 con relación a la Diabetes Tipo 1
La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad autoinmune en la que el sistema
inmunológico ataca y destruye las células beta productoras de insulina en el páncreas. Además de
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los genes del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), en la tabla 1 se describe una visión
clara de cómo los genes PTPN22 y CTLA-4 están involucrados en la patogénesis de la diabetes
tipo 1 y resaltan su importancia como factores de riesgo en la autoinmunidad para el desarrollo
de esta enfermedad (Onengut-Gumuscu, S., Chen, W. M., Burren, O., Concannon, P., & Rich,
2021).
Tab1a 1
Características de otros genes PTPN22 y CTLA-4 asociados a la Diabetes tipo 1
Genes
Característica
Mecanismo de acción
Implicación con
DT1
PTPN22
Codifica para una fosfatasa
tirosina no receptora,
conocida como Lyp, que
juega un papel crucial en la
regulación de la activación
de las células T. Variantes
específicas en este gen,
como el polimorfismo
R620W, han sido
fuertemente asociadas con
un mayor riesgo de
desarrollar enfermedades
autoinmunes, incluyendo la
diabetes tipo 1.(Lee, J. C.,
Eyre, S., & Worthington,
2019)
La variante R620W de
PTPN22 resulta en una
proteína que es menos
efectiva en su función
reguladora, lo que lleva a
una disminución en la
eliminación de las células
T autorreactivas. Esta
acumulación de células T
autorreactivas aumenta la
probabilidad de que el
sistema inmunológico
ataque las células beta del
páncreas, promoviendo el
desarrollo de la diabetes
tipo 1 (Hansson et al.,
2020)
Estudios han
demostrado que
individuos portadores
de la variante R620W
tienen un riesgo
significativamente
mayor de desarrollar
diabetes tipo 1. La
presencia de esta
variante puede influir
en la severidad y en la
edad de inicio de la
enfermedad. (Hjort et
al., 2017)
CTLA-4
El gen codifica una
proteína de característica
regulador negativo en la
activación de células T.
CTLA-4 compite con el
receptor CD28 para unirse
a las moléculas B7 en las
células presentadoras de
antígenos, inhibiendo la
activación de células T y
moderando la respuesta
inmune (Marron et al.,
2018).
Polimorfismos en el gen
CTLA-4, como +49A/G,
han sido asociados con una
función alterada de la
proteína, lo que puede
llevar a una regulación
inadecuada de la respuesta
inmune. Esto puede
resultar en una activación
excesiva de las células T,
aumentando el riesgo de
una respuesta autoinmune
contra las células beta del
páncreas (Ding et al.,
2020).
Variantes de CTLA-4
han sido relacionadas
con un mayor riesgo
de desarrollar
diabetes tipo 1, así
como con otras
enfermedades
autoinmunes. La
disfunción en la
regulación de las
células T debido a
alteraciones en
CTLA-4 puede
facilitar la destrucción
de las células beta
pancreáticas.(Hansson
et al., 2020)
La combinación de múltiples variantes genéticas puede aumentar significativamente la
susceptibilidad a la DT1, pero la presencia de estos genes no garantiza el desarrollo de la
enfermedad, lo que sugiere la influencia crucial de otros factores.
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 101
Factores inmunológicos de la DT1
En conjunto, los factores inmunológicos interactúan en un ciclo que conduce a la
destrucción progresiva de las células beta, resultando en la aparición de hiperglucemia y la
necesidad de insulina exógena para el control metabólico de DT1, a continuación se analiza tres
tipos de respuesta inmunológica
Respuesta inmunitaria humural
La autoinmunidad es el proceso central en la etiopatogenia de la DT1, donde el sistema
inmunológico del cuerpo ataca y destruye las células beta del páncreas, responsables de la
producción de insulina. Este ataque es mediado principalmente por linfocitos T autorreactivos
que reconocen y atacan antígenos específicos de las células beta, como la insulina misma, el ácido
glutámico descarboxilasa (GAD65), IA-2, y ZnT8. En la tabla 2 se representan los cinco
autoanticuerpos clave describiendo su función, su relevancia en la enfermedad DT1.
Tab1a 2
Autoanticuerpos en la DT1
Autoanticuerpos
Descripción
Papel en la Diabetes Tipo 1
Anticuerpos contra
las células
productoras de
insulina (ICA)
ICA (Islet Cell Antibodies)
son anticuerpos dirigidos
contra los islotes
pancreáticos que contienen
células productoras de
insulina.
La presencia de ICA es un marcador
temprano de autoinmunidad en DT1 y suele
aparecer antes de los síntomas clínicos. La
detección de ICA puede predecir el
desarrollo de la enfermedad en individuos de
alto riesgo(Rewers & Ludvigsson, 2020).
Anticuerpos
antiinsulina (IAA)
IAA (Insulin Autoantibodies)
son anticuerpos dirigidos
contra la insulina endógena o
exógena.
IAA suele ser uno de los primeros
autoanticuerpos en aparecer en niños
predispuestos a DT1. Su presencia indica una
respuesta autoinmune contra la insulina y se
asocia con un mayor riesgo de progresión a
DT1(Ziegler & Danne, 2020).
Anticuerpos contra
la isoforma 65 kDa
de la glutámico-
acido-decarboxilasa
(GADA)
GADA (Glutamic Acid
Decarboxylase Antibodies)
son anticuerpos dirigidos
contra la enzima GAD65,
que es crucial en la síntesis
de GABA, un
neurotransmisor inhibidor.
GADA es uno de los autoanticuerpos más
comunes en DT1, su presencia es un fuerte
indicador de autoinmunidad. Es útil en el
diagnóstico y puede persistir por años
después del inicio de la enfermedad
(Wherrett & Daneman, 2018).
Anticuerpos contra
la molécula IA-2
relacionada con la
protein-tyrosina
(IA-2A)
IA-2A (Islet Antigen-2
Antibodies) son dirigidos
contra una proteína tirosina
fosfatasa que se encuentra en
las células beta pancreáticas.
IA-2A es un marcador autoinmune que
aparece generalmente después de ICA y IAA,
y su presencia se correlaciona con la
destrucción avanzada de células beta y la
proximidad al desarrollo clínico de DT1
(Willcox & Richardson, 2019).
Anticuerpos contra
el transportador de
Zn 8 (ZnT8A)
ZnT8A (Zinc Transporter 8
Antibodies) son dirigidos
contra un transportador de
zinc específico de las células
beta, crucial para la función
insulínica.
ZnT8A es uno de los autoanticuerpos más
recientes identificados y su presencia, junto
con otros autoanticuerpos, aumenta la
precisión en la predicción y diagnóstico de
DT1(Wenzlau & Hutton, 2018),
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 102
La presencia de autoanticuerpos se encuentra en el 85% de los casos de diabetes tipo 1,
tanto en etapas clínicas como preclínicas. La falta de estos anticuerpos no ayuda a diferenciar la
enfermedad en términos de descompensación metabólica complicaciones o complicaciones, pero
su presencia se asocia con una más rápida de la dosis beta del páncreas. Se divide la DT1 en dos
tipos: DT1 autoinmunitaria (DT-1A), que presenta autoanticuerpos, y DT1 idiopática (DT-1B),
que no tienen. La duración de la fase preclínica es variable y más corta en niños. Según el estudio
DIPP, la media duración de esta fase en la fase de niños menores de 10 años es de 30 a 36 meses,
desde que aparecen los autoanticuerpos hasta que se presentan los síntomas.(N. González Pérez
de Villar, 2022).
Respuesta inmunitaria celular
Involucra la acción de las células T en la respuesta inmunitaria contra los autoantígenos
de los islotes pancreáticos. Aunque los linfocitos B y las inmunoglobulinas juegan un papel en la
patogénesis de la enfermedad, su presencia no es absolutamente necesaria, como lo demuestra un
caso documentado de un adolescente de 14 años con agammaglobulinemia ligada al cromosoma
X que desarrolló diabetes tipo 1 sin inmunoglobulinas.(Ilonen et al., 2019)
Los linfocitos T-CD4 reconocen epítopos de moléculas HLA-II, como IA2, y son
activados por células dendríticas que presentan estos antígenos. Se ha observado un aumento de
células dendríticas en pacientes cercanos al diagnóstico de diabetes tipo 1, lo que sugiere una
interacción sinérgica entre los autoanticuerpos IA2A y las células dendríticas. Esta interacción
podría potenciar la activación de las células T-CD4+, las cuales son responsables de la respuesta
citotóxica que daña las células de los islotes. (N. González Pérez de Villar, 2022)
Respuesta inmunitaria innata
Los neutrófilos son las primeras células que se activan ante un foco inflamatorio. Además
de la acción macrofágica conocida, los neutrófilos interactúan con otras células (macrófagos,
células dendríticas, natural killer, etc.) liberando citocinas, productos de desgranulación,
radicales libres de oxígeno y factores solubles de reconocimiento (PRMs), que estimulan la
fagocitosis y activan al complemento, estimulando la respuesta inmunitaria innata para combatir
al agente patógeno. Los neutrófilos también están involucrados en la iniciación de la respuesta T
específica y de la inmunidad mediada por linfocitos B, a través de mediadores solubles o por
interacción directa célula a célula. Sin embargo, la activación y liberación de sustancias por
neutrófilos aberrantes o una activación excesiva de éstos pueden dañar al huésped, agravando e
incluso iniciando enfermedades autoinmunitarias como el lupus, la esclerosis múltiple y otras
vasculitis. Se ha descrito daño a las células b pancreáticas mediado por neutrófilos, tanto a
citocinas y productos solubles como por interacción directa célula-célula, favoreciendo la
activación de la respuesta inmunitaria celular (Huang et al., 2017).
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 103
Factores ambientales
Se han propuesto varios candidatos desencadenantes en la progresión de la enfermedad
con desarrollo de insulitis e insulinopenia como los virus, toxinas, factores dietéticos, cambios en
el microbioma, tanto en la época prenatal como posnatal y en la infancia. A continuación, se
resumen los más importantes y recordar que no tiene por qué ser sólo uno, y que probablemente
uno se asocie a otros para desencadenar la respuesta inflamatoria y la destrucción final de los
islotes b.
Virus
En la Tabla 3 se resume la información presentada sobre la relación entre la diabetes tipo
1, las enfermedades autoinmunitarias, y la posible implicación de infecciones virales, como las
causadas por enterovirus.
Tab1a 3
Factores virales relacionados con la DT1
Aspecto
Detalle
Aumento de la
Incidencia de
DT1
En Finlandia, la incidencia
de DT1 es 5 veces mayor
que hace 60 años, incluso en
niños con bajo riesgo
genético.
Influencia de
Virus en la
DT1
Genes como MDA-5,
PTPN22 y TYK2 están
involucrados en la respuesta
inmunitaria a infecciones
virales.
Virus de las
Paperas
Esto sugiere que otros
factores además del virus de
las paperas están
involucrados en el desarrollo
de la DT1.
Enterovirus y
DT1
Se ha encontrado enterovirus
en biopsias de islotes
pancreáticos en recién
diagnosticados de DT1.
Mecanismo de
Acción de
Enterovirus
El enterovirus Coxsackie B1
es el más asociado con el
daño a las células beta
pancreáticas.
Estudio DIPP
La detección de ARN de
enterovirus precede a la
autoinmunidad pancreática,
sugiriendo una relación
causal.
Hipótesis de la
Polio
Comparación con la
reducción de la incidencia de
polio en el siglo XIX, que
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 104
resultó en infecciones más
graves en niños mayores.
Prevención y
Tratamiento
Estas estrategias podrían
servir como prevención
secundaria o terciaria para
retrasar o evitar el daño
pancreático.
Fuente: (N. González Pérez de Villar, 2022)
La teoría de la infección por virus como factor de riesgo de desarrollar diabetes tipo 1
parece estar fundada. La asociación epidemiologica, el hallazgo en biopsias de islotes de
enterovirus, su trofismo por el páncreas y la capacidad de infección crónica apoyarían esta teoría,
sobre todo, la infección por Coxsackie B. No es bien conocido si son un factor que inicia el
proceso de la autoinmunidad (a favor de ello se ha visto que la aparición de anticuerpos
antienterovirus precede a la de autoanticuerpos del islote) o un factor acelerador de un proceso
ya iniciado de autoinmunidad.
Microbioma
La flora intestinal de cada individuo se establece desde el nacimiento y es influenciada
por la dieta, especialmente durante los primeros años de vida, juega un papel crucial en la
modulación de la microbiota, donde la lactancia materna promueve bacterias productoras de ácido
láctico, y la alimentación con biberón puede favorecer la colonización por especies como
Staphylococcus aureus y Clostridium difficile. La composición de la microbiota se estabiliza
alrededor de los siete años, asemejándose a la de los adultos, con predominancia de Firmicutes y
Bacteroidetes. A lo largo de la vida, la microbiota no solo influye en la digestión, sino que también
modula la respuesta inmunitaria.
Desde el desarrollo fetal, el sistema inmunitario comienza a formarse en respuesta a las
bacterias comensales presentes en la placenta, lo que ayuda a establecer la tolerancia
inmunológica. Tras el nacimiento, la dieta y la microbiota son determinantes en la maduración
del sistema inmunitario, promoviendo la producción de inmunoglobulina A (IgA) y facilitando la
tolerancia a antígenos alimentarios. Una microbiota saludable es esencial para mantener la
integridad de la membrana intestinal y prevenir la disbiosis, que puede llevar a la autoinmunidad
en individuos predispuestos genéticamente. La disbiosis intestinal se ha relacionado con un mayor
riesgo de enfermedades autoinmunitarias, como la diabetes tipo 1 (DM1).
La exposición a proteínas como la caseína de la leche de vaca puede desencadenar
reacciones autoinmunitarias debido a la similitud estructural con proteínas en las células
pancreáticas. Del mismo modo, una dieta rica en gluten puede contribuir a la disbiosis,
aumentando la permeabilidad intestinal y favoreciendo la activación de células T autorreactivas.
Sin embargo, la introducción gradual y controlada de gluten en la dieta durante la infancia puede
reducir el riesgo de desarrollar DM1, lo que subraya la importancia de la dieta y la microbiota en
la prevención de enfermedades autoinmunitarias (Mejia-Leon & Barca, 2015).
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Dieta
Los avances en la investigación han permitido identificar cómo ciertas variantes genéticas
pueden influir en la respuesta a diferentes nutrientes, lo que es esencial para la personalización de
la dieta en pacientes con DT1. Por ejemplo, algunos genes están involucrados en el metabolismo
de carbohidratos, lípidos y vitaminas, y pueden afectar la manera en que un paciente maneja los
niveles de glucosa en sangre. Al comprender estas interacciones, es posible diseñar planes
alimentarios que optimicen el control glucémico y reduzcan el riesgo de complicaciones, la
complejidad del factor dietético va s allá del propio alimento; puede deberse a determinados
nutrientes de dicho alimento en concreto, a su forma de producción o a la interacción de estos con
la microbiota intestinal en cada individuo. No se puede llegar a afirmaciones definitivas de
causalidad. La relación entre ciertos nutrientes y el desencadenamiento de la respuesta inmunitaria
en individuos genéticamente predispuestos a la diabetes tipo 1 (DM1) es un área de investigación
activa, aunque no completamente esclarecida. A continuación, en la tabla 4 se presentan los
nutrientes específicos que podrían influir en esta respuesta.
Tab1a 4
Nutrientes y respuesta moduladora para DT1
Nutriente
Posible Efecto en la Respuesta Inmunitaria
Genes
Involucrados
Proteínas de la
leche de vaca
La exposición fetal a productos lácteos,
especialmente la caseína beta, se ha asociado con
un mayor riesgo de autoinmunidad en los islotes
pancreáticos. La similitud estructural entre la
caseína y ciertas proteínas en las células beta podría
inducir una reacción cruzada. (N. González Pérez
de Villar, 2022)
HLA-DR, HLA-DQ
Gluten
La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y la enfermedad
celíaca (EC) son uno de los trastornos autoinmunes
relacionados más reconocidos, ya que comparten un
trasfondo genético común que se ha encontrado en
el genotipo HLA, más específicamente en las
moléculas DQ2 y DQ8. La introducción temprana
de gluten en la dieta puede desencadenar una
respuesta inmunitaria en individuos predispuestos.
Sin embargo, la administración gradual y
controlada del gluten entre los 3 y 7 meses de edad
puede disminuir este riesgo.(Flores Monar et al.,
2022)
HLA-DQ2, HLA-
DQ8
Azúcares
El consumo sostenido de alto contenido de glucosa
agrava significativamente la inflamación de los
islotes y acelera la aparición de diabetes tipo 1
Mecánicamente, el tratamiento con niveles altos de
glucosa induce un estrés aberrante en el RE y regula
positivamente la expresión de autoantígenos en las
células beta de los islotes (Li et al., 2022).
TNF, IL6
Vitamina D
Aunque la deficiencia de vitamina D se ha asociado
con un mayor riesgo de DM1. El nivel de vitamina
D en el cuerpo puede cambiar la proporción de
VDR (Receptor de
Vitamina D)
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citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias, lo
que afectaría la acción de la insulina. (Argano et al.,
2023)
Ácidos grasos
omega-3
Se ha sugerido que una dieta rica en ácidos grasos
omega-3 puede tener efectos antiinflamatorios,
potencialmente modulando la respuesta inmunitaria
y reduciendo el riesgo de autoinmunidad (Poggioli
et al., 2023).
PPAR-γ, FADS1
La complejidad de la relación entre la dieta y la DM1 va más allá de la simple presencia
de ciertos alimentos; también incluye cómo estos nutrientes interactúan con la microbiota
intestinal y cómo influyen en la inflamación y la respuesta inmunitaria en individuos con
predisposición genética. Aunque se han identificado asociaciones, no se pueden hacer
afirmaciones definitivas sobre la causalidad, lo que subraya la necesidad de más investigaciones
en este campo.
Genómica nutricional
La nutrigenética en el contexto de la diabetes tipo 1 se centra en cómo las variaciones
genéticas individuales influyen en la respuesta del organismo a los nutrientes, lo que permite
formular recomendaciones de nutrición personalizada (NP) para mejorar el control glucémico,
reducir el riesgo de complicaciones y optimizar la salud general. A continuación, se presentan en
la tabla 5, ejemplos de cómo estas interacciones entre genes y nutrientes pueden aplicarse en
pacientes con diabetes tipo 1.
Tabla 5
Nutrigenética de Diabetes tipo 1: Respuesta de genes a la dieta
Relación gen -
nutrientes
Contexto genético
Aplicación
nutricional
Ejemplo Práctico
Gen HLA y
Respuesta
Inmunitaria a
Nutrientes
Los genes del
complejo HLA
(Antígeno Leucocitario
Humano) juegan un
papel crucial en la
predisposición a la
diabetes tipo 1, ya que
están involucrados en
la presentación de
antígenos al sistema
inmunológico.
Variantes específicas
en HLA pueden influir
en cómo el sistema
inmunológico responde
a ciertos alimentos, lo
que podría
desencadenar o
modular la
autoinmunidad.
Aunque la relación
directa entre HLA y
recomendaciones
dietéticas específicas
es compleja, algunos
estudios sugieren que
evitar la introducción
temprana de
alimentos con alto
potencial antigénico
(como la leche de
vaca) en individuos
con variantes HLA de
alto riesgo podría
retrasar la aparición
de la diabetes tipo 1
en poblaciones
predispuestas.
Para un niño con un
perfil HLA de alto
riesgo, los padres
podrán recibir
recomendaciones para
amamantar
exclusivamente durante
los primeros 6 meses y
retrasar la introducción
de alimentos
complementarios, en
particular la leche de
vaca, hasta después del
primer año de vida. Esta
estrategia puede ser
parte de un enfoque
preventivo en el
contexto familiar
(Mokry & Ross, 2020).
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Gen INS y
Consumo de
Carbohidratos
El gen INS, que
codifica la insulina,
presenta variantes que
pueden influir en la
función de las células
beta y la respuesta al
manejo de la glucosa.
Aunque en la diabetes
tipo 1 las células beta
están severamente
comprometidas, ciertas
variantes pueden
influir en la
residualidad de la
función de estas
células.
Pacientes con ciertas
variantes del gen INS
pueden beneficiarse
de un control más
riguroso de la ingesta
de carbohidratos para
evitar picos de
glucosa. La selección
de carbohidratos de
bajo índice glucémico
(IG) puede ayudar a
mejorar el control
glucémico.
Un paciente con
diabetes tipo 1 que tiene
una variante INS puede
recibir recomendaciones
para enfocar su dieta en
alimentos con bajo IG,
como: legumbres,
vegetales de hoja verde,
y cereales integrales,
almidones resistentes,
entre otros. Además, se
debería recomendar el
uso de la tecnología de
monitoreo continuo de
glucosa (CGM) para
ajustar la ingesta de
carbohidratos en tiempo
real (Morris & Voight,
2019).
Gen PPAR-γ y
Metabolismo
de Lípidos
El gen PPAR-γ es
clave en la regulación
del metabolismo de los
lípidos y la
sensibilidad a la
insulina. Aunque la
diabetes tipo 1 no se
caracteriza por la
resistencia a la
insulina, las variantes
en este gen pueden
influir en la manera en
que los pacientes
metabolizan las grasas
y, por ende, en el
manejo de la glucemia
y el riesgo
cardiovascular.
Los pacientes con
diabetes tipo 1 y
variantes en PPAR-γ
podrían beneficiarse
de una dieta rica en
grasas insaturadas y
baja en grasas
saturadas para
mejorar la
sensibilidad a la
insulina y prevenir
complicaciones
metabólicas
Un paciente con una
variante en PPAR-γ
podría recibir
recomendaciones para
adoptar una dieta tipo
mediterránea, rica en
grasas monoinsaturadas
(como aceite de oliva,
nueces, y aguacates) y
omega-3 (como
pescados grasos),
mientras se limita la
ingesta de grasas
saturadas provenientes
de carnes rojas y
productos lácteos
enteros (Franks et al.,
2021).
Genes
relacionados
con el
Metabolismo
de Vitaminas
D y C
La vitamina D es
crucial para la
modulación del sistema
inmune, y su
deficiencia se ha
relacionado con un
mayor riesgo de
desarrollo y progresión
de la diabetes tipo 1.
Los genes relacionados
con el metabolismo de
la vitamina D, como
VDR (receptor de
vitamina D), pueden
influir en cómo los
pacientes con diabetes
tipo 1 utilizan esta
vitamina
Los pacientes con
variantes en genes
relacionados con el
metabolismo de la
vitamina D pueden
necesitar una
suplementación
ajustada de esta
vitamina para
optimizar los niveles
en sangre y,
potencialmente,
reducir la inflamación
autoinmune
Un paciente con
diabetes tipo 1 y
variantes en el gen VDR
podría recibir
recomendaciones para
mantener niveles
óptimos de vitamina D
mediante una
combinación de
exposición solar
controlada, ingesta de
alimentos ricos en
vitamina D (como
pescados grasos, yema
de huevo, y productos
fortificados) y
suplementación,
especialmente en los
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meses de invierno o en
áreas con baja
exposición solar(Rui &
Yi, 2021).
En cuanto a la vitamina
C, la diabetes tipo 1
está asociada con un
mayor estrés oxidativo.
Genes como
SLC23A1, que están
implicados en el
transporte de vitamina
C, pueden influir en los
niveles plasmáticos de
esta vitamina,
afectando la capacidad
antioxidante del
organismo
Los pacientes con
variantes que
disminuyen la
eficiencia del
transporte de vitamina
C pueden necesitar
una mayor ingesta de
esta vitamina para
compensar y mitigar
el daño oxidativo
Se podría recomendar a
estos pacientes aumentar
la ingesta de frutas y
verduras ricas en
vitamina C, como
cítricos, fresas,
pimientos y brócoli, y
considerar la
suplementación si los
niveles plasmáticos de
vitamina C son sub
óptimos
Gen CYP1A2
y
Metabolismo
de la Cafeína
Similar al contexto
general, el gen
CYP1A2 influye en la
velocidad con que una
persona metaboliza la
cafeína. En pacientes
con diabetes tipo 1, el
control glucémico
puede verse afectado
por el consumo de
cafeína, especialmente
en aquellos que son
metabolizadores lentos.
Los pacientes con
diabetes tipo 1 que
son metabolizadores
lentos de la cafeína
podrían necesitar
reducir su consumo
de café y otras fuentes
de cafeína para evitar
efectos negativos en
la glucosa en sangre
Un paciente con
diabetes tipo 1 y una
variante que lo clasifica
como metabolizador
lento de cafeína podría
recibir la recomendación
de limitar su consumo a
una taza de café al día, o
cambiar a opciones
descafeinadas para
minimizar posibles
efectos adversos en su
control glucémico
(Oram & Patel, 2022).
Polimorfismos
en Genes
Relacionados
con el
Metabolismo
de Ácidos
Grasos
Omega-3
Los ácidos grasos
omega-3 tienen
propiedades
antiinflamatorias que
pueden ser
beneficiosas para
pacientes con diabetes
tipo 1. Polimorfismos
en genes como FADS1
y FADS2, que regulan
la desaturación de
ácidos grasos, pueden
afectar la eficiencia de
la conversión de ALA
(ácido alfa-linolénico)
en EPA y DHA, los
ácidos grasos omega-3
activos
Los pacientes con
diabetes tipo 1 y
variantes en estos
genes podrían
beneficiarse de una
ingesta directa de
EPA y DHA,
provenientes de
pescados grasos o
suplementos, en lugar
de depender de la
conversión endógena
a partir de fuentes
vegetales
Un paciente con
diabetes tipo 1 y
variantes que limitan la
conversión de omega-3
podría recibir la
recomendación de
consumir al menos dos
porciones de pescado
graso por semana o
considerar la
suplementación con
aceite de pescado rico
en EPA y DHA para
aprovechar los
beneficios
antiinflamatorios.(Wang
& Bennett, 2020)
Además, la relación entre factores inmunológicos y ambientales en la etiopatogenia de la
DT1 también puede ser modulada mediante la nutrición personalizada. Por ejemplo, se ha
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demostrado que ciertos nutrientes, como la vitamina D, pueden tener un efecto inmunomodulador,
ayudando a mitigar la respuesta autoinmune que destruye las células beta del ncreas. Así, la
suplementación adecuada o la inclusión de alimentos ricos en vitamina D pueden formar parte de
una estrategia personalizada para pacientes con riesgo de DT1 o en las primeras etapas de la
enfermedad
De acuerdo a la biología de sistemas ofrece una visión holística de las interacciones entre
genes y nutrientes (nutrigenética) que conlleva a recomendaciones de “nutrición personalizadas”
(NP) (Meiliana & Wijaya, 2020). En la tabla 6 se describe un enfoque nutricional con propuesta
de dieta preventiva y para pacientes con DMT1 Esta dieta se basa en los requerimientos
nutricional para una persona con diabetes tipo 1 utilizando los principios de la nutrigenómica que
buscan optimizar el control de glucosa, reducir la inflamación y mejorar su salud. Las dietas con
alto contenido en fibra y una proporción adecuada de hidratos de carbono, con alimentos de bajo
índice glucémico, son eficaces en el control de la glucemia. Algunos estudios observacionales
han demostrado que una ingesta baja de fibra se asocia con el desarrollo de muchas enfermedades
inflamatorias e inmunomediadas (Calabrese et al., 2021). En este contexto, la dieta mediterránea
(DM), que se basa en un alto consumo de cereales (preferiblemente integrales), legumbres, frutos
secos, verduras, frutas, aceite de oliva y pescado, podría desempeñar un papel protector Esta dieta
incluye una variedad de alimentos los cuales tienen efectos positivos ya que determina variaciones
genéticas que influyen en respuestas a los nutrientes y se ajusta en la dieta basado en el control
de la glucosa(Reyes, F.;Pérez, M.;Figueredo, A.;Estupiñan, M.;Jimenez, 2016).
Tabla 6
Dietas personalizada
TRATAMIENTOS DIETÉTICOS
Tiempo
de
comida
Dieta para
paciente con
diabetes tipo 1
Beneficio
Dieta con enfoque
preventivo de
diabetes tipo 1
Beneficio
Desayun
o
Avena
con
frutas y
té verde.
La avena tiene
un alto
contenido de
fibra soluble,
específicamente
β-glucanos que
son un tipo de
compuestos
fenólicos,
denominados
hidroxicinamato
s, estos
compuestos
presentan
efectos
complejos y
multifactoriales
Tostada de
pan
integral
con
aguacate
Batido de
manzana
verde.
.
El pan al ser rico en
fibra ayuda a
regular los niveles
de azúcar en sangre
y mantiene más
saciado a la persona
(Aparicio1 & , M.
a
Dolores Salas-
González, , Ana M.
a
Lorenzo-Mora,
2022)
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al actuar como
agentes
hipolipemiantes,
hipoglucemiante
s (ralentizar la
absorción de
glucosa en la
sangre),
antioxidantes,
prebióticos o
saciantes(Corder
o et al., 2020).
Colación
Yogur
griego
con
nueces.
.
Las proteínas
lácteas, tienen
propiedades
insulinotrópicas
con una carga
glucémica (GL)
relativamente
baja, lo que
puede mejorar la
tolerancia a la
glucosa, las
bacterias
probióticas,
presentes en el
yogurt, mejoran
el perfil lipídico
y el estado
antioxidante en
pacientes con
DM2(Duran
Agüero et al.,
2019)
Frutos
rojos
acompañad
o de un
puñado de
almendras.
Los frutos rojos
mejoran la
sensibilidad a la
insulina lo que
permite que el
cuerpo regule los
niveles de azúcar en
sangre.
El consumo de
polifenoles (frutos
rojos) está
estrechamente
relacionado con la
prevención de
enfermedades
crónicas no
transmisibles como
cáncer, psoriasis,
aterosclerosis,
diabetes mellitus,
hipertensión
arterial, obesidad,
etc.(Cruz Neyra,
2018).
Almuerz
o
Pechuga
de pollo
a la
parrilla
Ensalad
a de
quinua
Te de
hierbas.
La pechuga de
pollo es una
carne baja en
carbohidratos,
no afecta los
niveles de
azúcar. La
ensalada de
quinua contiene
proteínas y
todos los
aminoácidos
esenciales para
el cuerpo. La
ingesta de
proteínas
incrementa de
manera aguda la
Filete de
pavo a la
parrilla
marinado
con hierbas
Ensalada
de lentejas
cocidas
con
espinacas.
El filete de pavo al
ser rico en proteínas
ayuda a mantener la
masa muscular y los
niveles estables en
sangre.
Las lentejas tienen
bajo Índice
glicémico (menor a
49), su absorción se
produce lentamente
y es un alimento
recomendado en
trastornos del
metabolismo de
carbohidratos como
resistencia a la
insulina,
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 111
secreción de
insulina, son
potenciadores de
esta
secreción(Reyes,
F.;Pérez,
M.;Figueredo,
A.;Estupiñan,
M.;Jimenez,
2016).
intolerancia a la
glucosa y diabetes
tipo 2(Guerrero &
Durán, 2020).
Meriend
a
Salmón
al horno
Ensalad
a de
vegetale
s.
Los ácidos
grasos
poliinsaturados
omega 3, que se
encuentran en el
salmón, tienen
un efecto
importante en la
reducción de
Triglicéridos y
un efecto
positivo sobre el
cHDL. Las
grasas y
proteínas
tienden a
retardar el
vaciamiento
gástrico, lo cual
reduce el Índice
Glicémico(Cruz
et al., 2020).
Trucha al
horno con
limón
Col rizada
salteada
Puré de
coliflor.
.
La trucha aporta un
alto valor biológico
ayudando a
controlar el apetito
y evitar picos de
azúcar en sangre.
Además constituye
una fuente de
vitamina D que
reduce el riesgo de
diabetes al aumentar
la secreción
pancreática de
insulina y la
sensibilidad de los
receptores
periféricos a la
parathormona(Lópe
z-Sobaler et al.,
2022)
Aunque la diabetes tipo 1 (DT1) es principalmente una enfermedad autoinmunitaria con
una fuerte base genética, la dieta también puede jugar un papel importante en la prevención o en
la modulación del riesgo en individuos predispuestos. Si bien no existe una dieta que garantice la
prevención de la DT1, ciertos aspectos dietéticos han sido objeto de estudio por su posible
influencia en la aparición y progresión de la enfermedad. A continuación se indica indicaciones
generales para evitar la DT1
Evitar la exposición temprana de proteínas de leche de vaca en la dieta infantil
Introducción controlada y gradual de gluten entre los 3 y 8 meses de edad
Suplementación adecuada durante el embarazo y la infancia
Ingesta adecuada de ácidos grasos esenciales como el Omega 3
Evitar dietas proinflamatorias con el consumo de azúcares y alimentos procesados
En resumen, mientras que los factores genéticos son inmodificables, una dieta adecuada
puede influir en el riesgo de desarrollar DT1 en personas con predisposición genética. La
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 112
investigación continúa explorando cómo las elecciones dietéticas tempranas y específicas pueden
contribuir a la prevención y manejo de esta enfermedad.
Por otra parte un factor relevante son los genes receptores del gusto son responsables de
comprender el sabor e incluso la toxicidad de los alimentos al sentir el sabor amargo. Interactúan
con las moléculas de los alimentos y, de hecho, son responsables de probar los componentes
principales de los alimentos. La percepción del gusto es un rasgo genético con alta variabilidad
entre las poblaciones. Se sabe que las variantes genéticas en los receptores del gusto modulan las
diferencias interindividuales en la percepción del gusto, lo que también puede afectar las
preferencias dietéticas y el desarrollo de enfermedades crónicas (Zeinalian et al., 2022).
La prevención de la diabetes tipo 1 requerirá la capacidad de detectar y modular el
proceso autoinmune antes del inicio clínico de la enfermedad. El cribado genético es un primer
paso lógico en la identificación de futuros pacientes para probar estrategias de prevención. La
susceptibilidad a la diabetes tipo 1 incluye un fuerte componente genético, y el mayor riesgo se
atribuye a los genes que codifican los antígenos leucocitarios humanos (HLA) clásicos.
La Nutrición personalizada, en comparación con la dieta convencional, puede mejorar
mejor el estado metabólico en pacientes diabéticos. Se recomienda considerar las diferencias
genéticas y los patrones del microbioma junto con los factores ambientales y sus interacciones
para la prevención de la diabetes tipo 1. Este enfoque puede aumentar el éxito en la promoción
de la salud y la prevención de complicaciones relacionadas con la diabetes tipo 1
CONCLUSIONES
La relación entre los factores que afectan la diabetes tipo 1 (DT1) y la genómica
nutricional es compleja y multifacética. La DM1 es una enfermedad autoinmunitaria que resulta
de la destrucción de las células beta del páncreas, y su desarrollo implica una interacción entre
factores genéticos, inmunológicos y ambientales. La predisposición genética, particularmente
asociada a ciertos haplotipos del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA), establece un
marco en el que los factores ambientales, incluidos los nutrientes, pueden actuar como
desencadenantes.
La genómica nutricional se centra en cómo los nutrientes y los patrones dietéticos
influyen en la expresión genética y la respuesta inmunitaria, lo que puede ser crucial en la
modulación del riesgo de desarrollar DT1 en individuos predispuestos. Los alimentos específicos,
como las proteínas de la leche de vaca y el gluten, han sido objeto de estudio por su potencial para
inducir una respuesta inmunitaria en niños con predisposición genética. La introducción temprana
de estos alimentos puede alterar la tolerancia inmunológica y contribuir a la autoinmunidad.
Además, la interacción de estos nutrientes con la microbiota intestinal también juega un papel
importante en la regulación de la respuesta inmunitaria. La disbiosis, o alteración de la flora
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intestinal, puede facilitar la aparición de la enfermedad en individuos genéticamente
predispuestos, sugiriendo que la dieta no solo actúa como un factor aislado, sino que interactúa
con la genética y otros factores ambientales en el desarrollo de la DT1.
La comprensión de la relación entre los factores que afectan la diabetes tipo 1 y la
genómica nutricional es esencial para el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento más
efectivas. La identificación de nutrientes específicos que pueden desencadenar respuestas
inmunitarias en individuos predispuestos, junto con el estudio de su interacción con la genética y
la microbiota, ofrece un enfoque prometedor para personalizar las intervenciones dietéticas. Esto
no solo podría ayudar a reducir el riesgo de DT1, sino que también podría facilitar la
implementación de terapias dirigidas que aborden las necesidades individuales de cada paciente
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