Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 557
INTRODUCCIÓN
La Enfermedad Renal Diabética (ERD) es una complicación microvascular que afecta tanto
en la diabetes tipo 1 como al tipo 2, incrementando la morbimortalidad en comparación con
aquellos que no la padecen (1). Su desarrollo está asociado con un control deficiente de la
glucemia y es considerada la principal causa de la enfermedad renal crónica (ERC) en etapa
terminal (2).
La Nefropatía Diabética (ND) ha sido tradicionalmente vista como una serie de etapas
secuenciales que comienzan con la hiperfiltración e hipertrofia glomerular, seguidas de
albuminuria, y finalmente resultan en un deterioro de la función renal (1). Las alteraciones
glomerulares y vasculares son las principales causas de daño renal en esta enfermedad a nivel
mundial (3).
La Nefropatía Diabética se manifiesta en aproximadamente en el 30% de los pacientes con
diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y en el 40% de aquellos con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) (4).
Se estima que la nefropatía diabética surge, en promedio, entre 15 y 20 años después del
diagnóstico de diabetes tipo 1, y que los pacientes con diabetes tipo 2 desarrollarán esta
complicación entre 10 y 15 años después del inicio de la diabetes (5).
Entre los factores de riesgo asociados con la ND se incluyen: edad >45 años, bajo nivel
educativo, antecedentes familiares de ND, hemoglobina glicosilada (HbA1c) alta, incremento en
la excreción urinaria de la inmunoglobulina G (IgG), productos finales de glicación avanzada
(AGE) y productos de oxidación proteica avanzada (AOPP) relacionadas con la progresión de la
enfermedad, hipertensión arterial, dislipidemia, tabaquismo, duración prolongada de la diabetes,
obesidad y resistencia a la insulina, inflamación crónica, deficiencia de vitamina D, y como
predictores de progresión de la ND: niveles elevados de ácido úrico, anemia y retinopatía
diabética (RD) (6).
En el contexto de las manifestaciones clínicas, una persona con enfermedad renal crónica
(ERC) puede experimentar síntomas específicos como anuria, edema y cambios en el
comportamiento (7). Por otro lado, las personas con diabetes mellitus (DM) presentan una
variedad de síntomas característicos, incluyendo poliuria, polidipsia, polifagia y una pérdida de
peso inexplicable. Otros síntomas comunes en la DM son el entumecimiento de las extremidades,
disestesias en los pies, fatiga, visión borrosa, infecciones recurrentes o graves, pérdida de la
conciencia y episodios intensos de náuseas y vómitos (8).
La enfermedad renal crónica (ERC) es una condición no transmisible que se ha convertido
en un importante problema de salud pública a nivel global. Actualmente, aproximadamente 850
millones de personas en el mundo están diagnosticadas con ERC, y se estima que para el año 2030
esta cifra alcanzará los 14,5 millones (7). En 2021, la prevalencia media de ERC en América
Latina fue del 9.9%. Además, según la Federación Internacional de Diabetes, en ese mismo año