Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 670
existen problemas metabólicos como la resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares.
En cuanto al estilo de vida, el desarrollo de esta enfermedad se ve facilitado tanto por la mala
alimentación como por el sedentarismo, así como por el consumo de alcohol y el tabaquismo,
aunque este último en menor medida. (46).
Salas, Denisse en Perú en el año 2024 (47) en su estudio indica que los factores de riesgo
que contribuyen al desarrollo de la esteatosis hepática incluyen desórdenes metabólicos además
de estar ligado a comorbilidades. Los pacientes que presentan diabetes tipo 2 tienen una alta
prevalencia a desarrollar la enfermedad, pero si además presentan obesidad el riesgo aumenta
llegando a ser del 90%. En cuanto a enfermedades cardiovasculares y la presencia de neoplasias
malignas extrahepáticas aumentan el riesgo de mortalidad en pacientes que desarrollan esteatosis
hepática. Todos estos factores resaltan lo importante de tener un enfoque dirigido a la prevención
y el adecuado manejo de la enfermedad, como un diagnóstico oportuno al igual que el tratamiento
adecuado.
Hay una serie de factores de riesgo asociados con la enfermedad del hígado graso, que
pueden variar mucho y no sólo interactuar entre sí. Una de las afecciones más notorias es la
obesidad, ya que el exceso de peso corporal está directamente relacionado con la acumulación de
grasa en el hígado. Otra causa es la diabetes, que se caracteriza por una alteración de la regulación
de la glucosa y resistencia a la insulina. Todas estas afecciones están directamente relacionadas
con la enfermedad, además de las enfermedades cardiovasculares y la dislipidemia, que se
caracterizan por cambios en los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre que aumentan el
riesgo de acumulación de grasa en el hígado. Todas estas condiciones están relacionadas con el
estilo de vida del paciente, el sedentarismo y la dieta poco saludable, que contribuyen al desarrollo
de la enfermedad (48).
La esteatosis hepática puede progresar a complicaciones graves, como cirrosis y carcinoma
hepatocelular, ambos asociados con insuficiencia hepática. La progresión de esteatosis hepática a
insuficiencia hepática a menudo ocurre en una etapa intermedia llamada esteatohepatitis no
alcohólica (NASH). En NASH, además de la acumulación de grasa en el hígado, también se
produce inflamación y daño hepático. La inflamación crónica del hígado puede provocar fibrosis,
que forma tejido cicatricial. Con el tiempo, la fibrosis puede convertirse en cirrosis, una
enfermedad en la que el hígado queda gravemente dañado y pierde su función. (49).
En el estudio de Parrales, Jhon y col (50), durante el año 2023 en Ecuador, indica que el
desarrollo de la esteatosis hepática a insuficiencia hepática se asocia con varias complicaciones
que se relacionan entre sí. La acumulación de grasa en el hígado puede provocar inflamación
crónica y daño hepático, este daño se manifiesta en el aumento de enzimas hepáticas como ALT
y AST, las cuales son indicadores de lesión hepática. Con el tiempo, estos factores pueden
conducir a fibrosis hepática, lo que de forma eventual puede llegar a desarrollar cirrosis, donde el