Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 688
graso no alcohólico (NAFLD) se presenta en un rango del 25% al 46%, y dentro de esta, la
esteatohepatitis no alcohólica (NASH) afecta al 37.7%. Las hepatitis virales, en particular la
hepatitis C, tienen una alta prevalencia, con la hepatitis C afectando al 41.5% de los adultos
mayores. La cirrosis hepática muestra una prevalencia que varía entre el 2.6% y el 20%, mientras
que el carcinoma hepatocelular se observa en el 20% de los casos. Estos datos reflejan una
significativa presencia de enfermedades hepáticas en los adultos mayores, destacando
especialmente la alta prevalencia de NAFLD y hepatitis C.
En el estudio de Reyes, Javier et al (52), realizado en Ecuador en el año 2021, se afirma
que la prevalencia de las hepatopatías en adultos mayores muestra una considerable variabilidad.
En relación con las hepatitis virales, los virus de hepatitis A (VHA), hepatitis B (VHB), hepatitis
C (VHC), hepatitis D (VHD) y hepatitis E (VHE) son los principales responsables de las hepatitis
crónicas. Las medidas sanitarias y las vacunas han reducido notablemente la prevalencia de
hepatitis aguda A, B y C en los países desarrollados. La hepatopatía alcohólica es otra forma
significativa de enfermedad hepática en adultos mayores, con una prevalencia que aumenta
debido al consumo excesivo de alcohol. En Colombia, el 35% de la población consume más de
100 g de alcohol por día, y en Francia, el 33% de los casos de fibrosis hepática están relacionados
con el consumo elevado de alcohol. En Estados Unidos, la hepatopatía alcohólica es la segunda
causa de trasplante hepático y está asociada con el 44% de las muertes por enfermedad hepática
avanzada.
En cuanto a otras enfermedades hepáticas como las autoinmunes, Molera, Cristina y Arcos,
José (53), en su estudio realizado en el 2023 en España, difieren al decir que la prevalencia de las
hepatopatías autoinmunes en adultos mayores es relativamente baja. La hepatitis autoinmune
(HAI) tiene una prevalencia general que varía entre 4 y 25 casos por cada 100,000 habitantes.
Dentro de la HAI, el tipo 1 representa aproximadamente dos tercios de los casos. La colangitis
esclerosante autoinmune (CEA) no tiene una prevalencia específica mencionada, pero se sabe que
es menos común y su respuesta al tratamiento es menos favorable, con hasta un 50% de los casos
progresando a pesar del tratamiento.
La biopsia hepática es el estándar de oro para diagnosticar enfermedades hepáticas porque
permite una evaluación directa y detallada del tejido, confirmando el diagnóstico y evaluando la
fibrosis e inflamación con precisión. Aunque invasiva, ofrece la información más confiable para
el diagnóstico y la planificación del tratamiento. Los métodos no invasivos y las pruebas de
laboratorio, como biomarcadores plasmáticos y herramientas de imagen (ecografía, TAC, RM),
son útiles para el cribado y seguimiento, pero no alcanzan la precisión diagnóstica de la biopsia
hepática.
En un estudio realizado por Moreno, Alexa (54) en Ecuador en el año 2023, señala que las
pruebas diagnósticas realizadas en adultos mayores para detectar hepatopatías incluyen la
medición de enzimas hepáticas tales como la alanina transaminasa y aspartato transaminasa por