Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1202
https://doi.org/10.69639/arandu.v11i2.334
Estudio de caso sobre el impacto del Síndrome Visual
Informático en trabajadores del Servicio Integrado de
Seguridad ECU 911 de Esmeraldas
Case study on the impact of Computer Vision Syndrome in workers of the Integrated
Security Service ECU 911 of Esmeraldas
Cristian Smit Solórzano Medranda
cristian.solorzanomedranda5491@upse.edu.ec
https://orcid.org/0009-0003-6636-1618
Universidad Estatal Península de Santa Elena
Santa Elena Ecuador
José Abelardo Paucar Camacho
apaucar@ueb.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-2722-1850
Universidad Estatal de Bolívar
Guaranda Ecuador
Artículo recibido: 20 agosto 2024 - Aceptado para publicación: 26 septiembre 2024
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
El Síndrome Visual Informático (SVI) se define como el conjunto de problemas que están
relacionados con la parte visual como producto del uso prolongado de dispositivos electrónicos.
El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia y factores de riesgos asociados al SVI
en trabajadores del ECU 911, en relación a las características de los sujetos de estudio. El estudio
se aplicó a 82 trabajadores del ECU 911 en la sede de Esmeraldas y se aplicó el cuestionario CVS-
Q para determinar la gravedad de los síntomas en los trabajadores. El 69.51% fueron
diagnosticados con SVI y quienes pasan más de 10 horas al día en dispositivos electrónicos
mostraron una prevalencia de 85,71%. El estudio estableció una alta prevalencia del SVI en los
trabajadores del ECU 911, resaltando la importancia de abordar dicha condición en los entornos
laborales en los que las personas están expuestos prolongadamente a dispositivos electrónicos.
Palabras clave: síndrome visual informático, ecu-911, prevalencia, factores de riesgo
asociados
ABSTRACT
Computer Vision Syndrome (CVS) is defined as the set of problems related to the visual part as
a result of prolonged use of electronic devices. The objective of this study was to determine the
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prevalence and risk factors associated with CVS in ECU 911 workers, in relation to the
characteristics of the study subjects. The study was applied to 82 ECU 911 workers at the
Esmeraldas headquarters and the CVS-Q questionnaire was applied to determine the severity of
the symptoms in the workers. 69.51% were diagnosed with SVI and those who spend more than
10 hours a day on electronic devices showed a prevalence of 85.71%. The study established a
high prevalence of SVI in ECU 911 workers, highlighting the importance of addressing such
condition in work environments where people are prolongedly exposed to electronic devices.
Keywords: computer vision syndrome, ecu-911, prevalence, associated risk factors
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INTRODUCCIÓN
Hoy en día la mayor parte de las labores obligan a los usuarios a depender de los
dispositivos electrónicos, sin embargo el desconocimiento de los posibles impactos que pueden
generarse les ha conllevado a padecer de afecciones visuales y una de ellas es el Síndrome Visual
Informático (SVI) (León-Vásquez et al., 2022).
El Síndrome Visual Informático (SVI) es un conjunto de problemas visuales que se ha
definido por la Asociación Americana de Optometría (American Optometric Association, AOA)
como resultado del uso prolongado de dispositivos electrónicos, tales como teléfonos móviles,
computadoras, laptops y tabletas. En la actualidad, estos dispositivos se han convertido en
herramientas indispensables en la ejecución de diversas tareas y actividades, adaptándose a las
necesidades específicas de cada institución. La creciente dependencia de la tecnología en entornos
laborales y personales ha propiciado un aumento significativo en la prevalencia del SVI,
convirtiéndose en un tema de preocupación relevante. Este contexto resalta la urgencia de
investigar los efectos del SVI y de implementar estrategias efectivas para su prevención y manejo,
a fin de preservar la salud visual de los usuarios y garantizar un rendimiento óptimo en sus
actividades diarias (Meneses-Castañeda et al., 2023).
En el mundo, se estima que 50 millones de personas fueron diagnosticadas con SVI y que
año a año se van sumando un millón más. Alrededor del 79,3% de la población europea está en
contacto con el internet, siendo Francia el país ubicado en el tercer puesto con un 83,8%, seguido
de Alemania cuyo porcentaje es de 88,4% y Reino Unido con un 91,6%. Mientras que, en el
continente africano, el porcentaje fue de 28,6% debido a la baja accesibilidad a internet (Fano-
Machín, 2016).
El estudio de Rodríguez-Carvajal y Romero-Ramírez 2016 planteó un escenario parecido
en Ecuador en el año 2019 2020, donde se reportó que un 50,6% de la población posee un
ordenador en sus hogares, los cuales han presentado problemas visuales y astenopia.
Por medio de una revisión de literatura se ha podido constatar que el SVI ha afectado a
un sinnúmero de trabajadores de distintas áreas de ocupación. Tal es el caso de una investigación
que se realizó en Boyacá Colombia en el año 2023, que tuvo como objetivo determinar la
prevalencia de SVI en estudiantes de medicina en tiempos de pandemia. Se aplicó un estudio
observacional, descriptivo y transversal en un total de 300 estudiantes aplicando el CVS-Q como
instrumento de medición de datos. Tras analizar los resultados, se obtuvo que el 78% de los
participantes tenían SVI, de los cuales el 67,09% eran mujeres. En este estudio se llegó a la
conclusión de que la presencia del SVI estaba asociado a factores exposicionales como los
horarios prolongados en el ordenador y el uso excesivo del celular, aumentando la prevalencia
del síndrome (Vargas-Rodríguez et al., 2023).
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En España se llevó a cabo un estudio, en el cual se estimó la prevalencia del SVI en
trabajadores de la salud y su relación con la exposición a visualizaciones de video, características
sociodemográficas, corrección óptica y laborales y determinar las diferencias entre los grupos
ocupacionales. Para este estudio participó un total de 1179 médicos, cirujanos, enfermeras y
auxiliares de enfermería de dos hospitales de España utilizando como instrumento al CVS-Q
aplicando una regresión estadística para identificar factores asociados. En cuanto a los resultados,
la prevalencia de SVC fue de 56,75%, de lo cual las enfermeras fueron las más afectadas
(61,75%). Los factores asociados en este caso fueron el sexo, los turnos de trabajo, la antigüedad
en el puesto de trabajo, la exposición a pantallas de ordenadores y las horas de trabajo (Artime-
Ríos et al., 2022).
Del mismo modo, otro estudio se realizó en Perú en el año 2021 con la finalidad de
determinar la relación del SVI con el estrés académico en estudiantes de enfermería durante el
confinamiento por el COVID-19. Se aplicó un estudio descriptivo, transversal en una muestra de
119 estudiantes de enfermería de Amazonas en Perú aplicando el CVS-Q. En los resultados se
estableció que tanto hombres como mujeres presentaron SVI, siendo las mujeres las que
obtuvieran el porcentaje más alto de prevalencia con un valor de 89%. La edad más frecuente
para la aparición del síndrome fue de 18 a 24 años, llegando a la conclusión de que se deben
buscar estrategias para que los estudiantes no pasen tanto tiempo con dispositivos electrónicos y
de esta manera brindar un mejor cuidado a la salud (Huyhua et al., 2021).
En el contexto nacional también se han realizado estudios que han determinado la
prevalencia del SVI. Un ejemplo de ello es el estudio planteado por Salinas-González (2023)
realizado en la provincia de Loja, que tuvo como propósito analizar la literatura existente sobre
SVI y las afecciones que tiene en las personas que tienen exposición a los equipos tecnológicos.
Para ello se realizó un análisis bibliográfico para conocer los factores de riesgo del SVI, de los
cuales se pudieron identificar las condiciones ergonómicas, presencia o no de aire acondicionado,
una adecuada altura del escritorio para una buena observación de la pantalla del computador,
presencia de enfermedades oculares, exposición de la superficie ocular. Por medio del estudio se
pudo concluir que este es un problema de salud muy poco investigado y es necesario generar un
consenso internacional y adoptar medidas políticas en salud pública para minimizar el impacto.
De igual manera, el estudio de Nieto-Paredes y rdova-Suárez, (2021) que planteó como
objetivo, establecer un plan de prevención ergonómico, para disminuir la prevalencia del SVI en
docentes que realizaban teletrabajo en la una unidad educativa de Ambato. Se realizó un estudio
correlacional con enfoque prospectivo y de tipo cuali cuantitativo a una muestra de 75 docentes
que estuvieron seis meses en teletrabajo, utilizando el CVS-Q como instrumento de medición.
Como principales resultados se obtuvo que un 76% de docentes tenía SVI porque pasaban más
de cuatro horas, afectando principales a los que tenían edades de 20 -35 años. Dentro de los
factores de riesgo se pudo identificar: tiempo de exposición, altura del asiento, posición de la
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pantalla, brillo y reflejo de la pantalla para lo cual se concluyó que es conveniente realizar pausas
activas, gimnasia ocular y usar correctamente los periféricos.
Adicional a lo anterior, el uso de pantallas que utilizan luz azul, genera síndrome visual
informático, razón por la que esta patología es reconocida por la Organización Mundial del
Trabajo como una enfermedad profesional (Morales et al., 2017). Algunos de los factores
asociados al síndrome son: fatiga visual, la cual está relacionada de forma directa con el tiempo
en el que los trabajadores están expuestos a las pantallas, los años de la actividad, iluminación,
ángulo visual, varias horas de trabajo y exposición a las pantallas de visualización (Cedeño-
Mendoza y Real-Pérez, 2020).
Los trabajadores también pueden experimentar malestares como visión borrosa de cerca
y de lejos, sensación de ojo seco, cansancio, fatiga y dolor de cabeza y advierte además que
factores como la temperatura, el lugar de trabajo, la humedad, posturas inadecuadas y la distancia
entre el trabajador con la pantalla, la edad, el sexo y el consumo de ciertos medicamentos pueden
empeorar la enfermedad (Silva-Sánchez et al., 2022).
Efectivamente, si estos dispositivos electrónicos no tienen una buena calidad, pueden
convertirse en un factor de riesgo para los trabajadores, tomando en cuenta características como
baja resolución, contraste deficiente, sistema operativo de baja frecuencia, actualización pésima,
entre otros, hacen que los trabajadores tengan un mayor esfuerzo visual (Fernández-Villacorta et
al., 2021).
En el contexto actual, el papel desempeñado por los trabajadores del ECU 911 es
fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. Dada la naturaleza crítica
de sus responsabilidades, se hace necesario realizar un estudio exhaustivo sobre la salud visual de
este grupo. Según Morales et al., (2017), se estima que 7 de cada 10 trabajadores que utilizan
computadoras de manera constante han experimentado afecciones oftalmológicas tras cuatro
horas continuas de uso. Esta estadística subraya la urgencia de investigar los efectos del trabajo
prolongado frente a pantallas en la salud ocular de los empleados del ECU 911, lo que permitirá
implementar estrategias efectivas para mitigar estos riesgos y mejorar su calidad de vida laboral.
Para medir el SVI existen diversos instrumentos, sin embargo, el cuestionario CVS-Q ha
sido utilizado ampliamente por diferentes autores a nivel mundial. Este es un cuestionario de fácil
acceso que ha sido validado por especialistas en los estudios de Vargas-Rodríguez et al (2023);
Artime-Ríos (2022); Nieto-Paredes y Córdova-Suárez (2021) incrementando con confiabilidad al
momento de obtener los resultados. Por tales motivos, el objetivo de este artículo fue determinar
la prevalencia y factores de riesgos asociados al SVI en trabajadores del ECU 911, en relación a
las características de los sujetos de estudio.
La importancia de este artículo radica en el hecho de que, actualmente hay un sinnúmero
de trabajadores con tendencia a padecer este síndrome. Actualmente no se han hecho estudios que
determinen la prevalencia en trabajadores del ECU 911 del cantón Esmeraldas y por ello la
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realización de este estudio es relevante. Cabe indicar que los hallazgos que se obtengan de esta
investigación servirán como precedente para futuros estudios en otras áreas laborales o para
generar comparaciones y estimaciones estadísticas conforme avanza el tiempo.
En este contexto, resulta crucial comprender la prevalencia y los factores de riesgo
vinculados a esta afección en poblaciones específicas. Por lo tanto, este estudio se propone
responder a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la prevalencia y los factores de riesgo asociados al
SVI en trabajadores del ECU 911 del cantón Esmeraldas? Al abordar esta cuestión, se espera
contribuir a la identificación de necesidades de intervención y promover la salud visual en el
entorno laboral.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio tuvo un enfoque explicativo y descriptivo, puesto que, se determinó
la prevalencia del SVI en los trabajadores del ECU 911, se evaluaron los factores asociados al
SVI y las dimensiones asociadas a la prevalencia. Este estudio aplicó un diseño no experimental,
dado que, no se manipularon variables.
Al mismo tiempo se aplicó un modelo Logit para relacionar los factores de riesgos
asociados con la variable de estudio dependiente que en este caso es la prevalencia del síndrome
en los trabajadores considerando los factores de riesgos más frecuentes en los trabajadores. Cabe
indicar que estos valores fueron obtenidos por medio de la evaluación de las dimensiones que
tiene el cuestionario CVS-Q.
El presente estudio, de carácter descriptivo y explicativo, se llevó a cabo en la sede de
Esmeraldas del Sistema Integrado de Seguridad y Emergencias ECU 911. La población objetivo
estuvo constituida por los trabajadores del departamento de operaciones, con un enfoque
particular en aquellos que desempeñan funciones en la sala de videovigilancia, quienes están
expuestos de manera continua a pantallas de visualización de datos (PVD). Para determinar el
tamaño de la muestra, se aplicó un criterio técnico basado en la población total de trabajadores en
este departamento, asegurando así una representación adecuada y significativa para el análisis de
los efectos del uso prolongado de las PVD en la salud visual.
Este estudio adoptó un diseño no experimental, caracterizado por la ausencia de
manipulación de variables, el cual ha sido empleado en investigaciones previas sobre el SVI. Este
enfoque ha demostrado su eficacia en entornos laborales expuestos a PVD (Silva-Sánchez et al.,
2022). La elección de este diseño permite observar y analizar las relaciones entre las variables en
su contexto natural, contribuyendo a una mejor comprensión de los factores asociados al SVI en
la población estudiada sin interferir en sus condiciones laborales.
El test fue aplicado en un total de 82 participantes buscando identificar diferencias
significativas en los hallazgos obtenidos. La muestra obtenida se hizo por medio de un muestreo
por conveniencia para una mejor sistematización de la información. Para establecer los síntomas
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a medir, así como los factores de riesgos asociados y las características de los sujetos se procedió
a hacer revisión de literatura, selección de los síntomas y evaluación de estos.
Para el presente estudio se consideró aplicar el cuestionario CVS-Q que ha sido validado
por diversos estudios y que evalúa los síntomas asociados al SVI, por medio de 16 ítems de
evaluación. Entre los síntomas evaluados en el presente estudio se tomaron en cuenta: picor, ardor,
sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, parpadeo excesivo, enrojecimiento ocular, dolor ocular,
pesadez de párpados, sequedad, visión borrosa, visión doble, dificultad al enfocar en visión de
cerca, aumento de sensibilidad a la luz, halos de colore alrededor de los objetos, sensación de ver
peor y dolor de cabeza (Artime-Ríos et al., 2022).
Cada ítem del CVS-Q utiliza una escala de Likert de cinco puntos, que va desde "nunca"
hasta "siempre", permitiendo medir la frecuencia con la que los participantes experimentan cada
síntoma relacionado con el SVI. Un puntaje más alto en el cuestionario indica una mayor gravedad
de los síntomas, lo que facilita la identificación de los trabajadores más afectados.
Los datos fueron recolectados mediante encuestas distribuidas digitalmente a los
participantes a través de Google Forms, lo que facilitó el acceso y la respuesta de los trabajadores,
Una vez obtenidos los datos, estos fueron organizados y procesados utilizando Microsoft Excel.
Para relacionar los factores asociados con la variable dependiente se aplicó un modelo estadístico
Logit, esto se estableció por medio de un área de regresión para predecir el resultado de la variable
de estudio, lo cual contribuyó a determinar la probabilidad de padecer el SVI n función de los
factores asociados de los participantes.
En este caso, la unidad de medida del modelo logit es el odd ratio. Cuando el odd ratio
tiene un valor de 1 indica que hay ausencia de asociación entre las variables que se están midiendo.
Pero si los valores son mayores 1 indican una asociación positiva y, por el contrario, si el valor
es menor a 1 indica una asociación negativa entre las variables. En resumen, cuanto más se aleje
el odd ratio del 1 mayor será la relación entre las variables de estudio.
Del mismo modo, se obtuvo una curva ROC del modelo Logit estimado para reflejar la
relación entre la sensibilidad y la especificidad, dos métricas claves en la evaluación del
rendimiento del modelo para clasificar correctamente la presencia del SVI. El área posee un valor
que es comprendido entre 0,5 y 1, en donde 1 representa un valor diagnóstico perfecto o
adecuado, mientras que de 0,5 para abajo indica que es una prueba que no es totalmente eficiente.
Por lo tanto, estos análisis estadísticos ayudaron a estimar la probabilidad de que un
trabajador pueda presentar o no el SVI tomando como punto de referencia las respuestas obtenidas
por medio del cuestionario CVS-Q.
El instrumento CVS-Q fue previamente validado y presenta buenas propiedades
psicométricas, pero de igual manera se aplicó el Alpha de Cronbach obteniendo un valor de 0,70
dando a entender que el instrumento de medición presente una alta fiabilidad. Los resultados
obtenidos fueron clasificados para determinar si los participantes presentaban síntomas de SVI,
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1209
agrupándolos en niveles de prevalencia según los puntajes obtenidos en el cuestionario tal y como
se ha hecho en varios estudios (Morales et al., 2017).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
De los 82 trabajadores del ECU-911 en Esmeraldas evaluados, el 69.51% (n=57) fue
diagnosticado con SVI, mientras que el 30.49% (n=25) no mostró síntomas suficientes para dicha
condición. Esto indica que una proporción significativa de los sujetos evaluados experimenta
molestias visuales relacionadas con el uso prolongado de dispositivos digitales. Los datos
muestran que más de dos tercios de los trabajadores analizados reportaron síntomas compatibles
con el SVI, lo que permite apreciar la frecuencia de esta afección en la población estudiada.
Tabla 1
Diagnóstico del Síndrome Visual Informativo (SVI)
Diagnóstico
N
%
No presentan CSV
25
30.49%
Presencia del CSV
57
69.51%
Total
82
100.00%
En cuanto a la frecuencia de los ntomas relacionados con la alta prevalencia del SVI
reportada, el ardor ocular fue reportado como "A menudo o siempre" por el 41.46% de los
trabajadores, siendo el síntoma más recurrente en esta categoría. Le sigue el enrojecimiento
ocular, con un 40.24%, y la visión borrosa, reportada por el 39.02% de los evaluados.
Estos tres síntomas representan las molestias visuales más persistentes en este grupo,
indicando un impacto constante relacionado con el uso prolongado de pantallas. En la categoría
"Ocasionalmente", el dolor ocular es el síntoma más común, con un 41.46%, seguido del
enrojecimiento ocular y el parpadeo excesivo, ambos con un 36.59%. Estos ntomas reflejan
molestias intermitentes que afectan a una parte importante de los trabajadores. En contraste, los
síntomas menos frecuentes incluyen el dolor de cabeza (39.05%) y la sensación de ver peor
(35.37%) en la categoría "Nunca", lo que indica que estos malestares son menos comunes en
comparación con otros síntomas visuales más significativos.
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1210
Figura 1
Frecuencia de los síntomas relacionados al SVI
En cuanto a la edad, el grupo de trabajadores mayores de 50 años (34.15%) presenta la
mayor prevalencia del SVI (78.57%), lo que sugiere que este grupo es el más afectado por los
síntomas visuales. Por otro lado, los trabajadores entre 30 y 50 años (41.46%) presentan una
prevalencia del 70.59%, mientras que los menores de 30 años (24.39%) tienen la prevalencia más
baja (55.00%). Estos resultados indican una tendencia en la cual los trabajadores de mayor edad
parecen estar más expuestos a los factores que desencadenan el SVI, probablemente debido a
cambios en la capacidad visual relacionados con la edad o la adaptación a las condiciones
laborales.
El análisis de la variable género muestra una prevalencia similar entre hombres (57.32%)
y mujeres (42.68%), con un 70.21% y un 68.57% de prevalencia del SVI, respectivamente. Esta
ligera diferencia sugiere que el sexo no es un factor determinante en el desarrollo del síndrome
en esta población. Tanto hombres como mujeres parecen estar expuestos de manera similar a los
factores que provocan el SVI, lo que refleja la homogeneidad en las condiciones laborales y el
impacto generalizado del uso prolongado de dispositivos digitales.
La duración de la ocupación también muestra una relación interesante con la prevalencia
del SVI. Los trabajadores con menos de 5 años en su puesto (35.37%) presentan la prevalencia
más alta (75.86%), mientras que aquellos con entre 5 y 10 años en el cargo (36.59%) muestran
una prevalencia ligeramente inferior (66.67%). Por su parte, los empleados con más de 10 años
de antigüedad (28.05%) presentan la prevalencia más baja (65.22%). Estos datos indican que los
empleados más recientes parecen ser más susceptibles al SVI, posiblemente debido a una menor
29,27%
29,27%
34,15%
32,93%
35,37%
23,17%
24,39%
35,37%
34,15%
26,83%
29,27%
30,49%
32,93%
36,59%
35,37%
39,05%
29,27%
36,59%
28,05%
36,59%
36,59%
36,59%
41,46%
26,83%
0,00%
34,15%
36,59%
35,37%
28,05%
32,93%
28,05%
32,93%
41,46%
34,15%
37,80%
30,49%
28,05%
40,24%
34,15%
37,80%
30,49%
39,02%
34,15%
34,15%
39,02%
30,49%
36,59%
28,05%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Ardor
Picor
Sensación de cuerpo extraño
Lagrimeo
Parpadeo excesivo
Enrojecimiento ocular
Dolor ocular
Pesadez de párpados
Sequedad
Visión borrosa
Visión doble
Dificultad al enfocar en visión de cerca
Aumento de sensibilidad a la luz
Halos de colores alrededor de los objetos
Sensación de ver peor
Dolor de cabeza
FRECUENCIA
Nunca Ocasionalmente A menudo o siempre
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adaptación a las condiciones laborales, aunque sigue siendo significativo en todos los grupos de
antigüedad.
En cuanto a la preexistencia de enfermedades oculares, los sujetos con estas condiciones
(68.29%) muestran una prevalencia mayor del SVI (75.00%) en comparación con quienes no
tienen antecedentes oculares (31.71%), que presentan una prevalencia del 57.69%. Este patrón
sugiere que la preexistencia de problemas oculares puede aumentar la susceptibilidad al SVI,
agravando los síntomas experimentados en el entorno laboral. Por último, el uso de corrección
visual revela una diferencia en la prevalencia del SVI.
Los sujetos que no utilizan corrección visual (50.00%) muestran una prevalencia
ligeramente mayor (73.17%) en comparación con aquellos que la utilizan (50.00%), cuya
prevalencia es del 65.85%. Este contraste indica que, aunque ambos grupos están afectados de
manera significativa, el no uso de corrección visual podría estar relacionado con una mayor
propensión al síndrome.
Tabla 2
Características de los sujetos de estudio y su prevalencia de SVI
Características
Población total
Prevalencia de SVI
%
N
%
C1. Edad
Más de 50 años
34.15%
22
78.57%
Entre 30 y 50 años
41.46%
24
70.59%
Menos de 30 años
24.39%
11
55.00%
C2. Género
Hombre
57.32%
33
70.21%
Mujer
42.68%
24
68.57%
C3. Duración de ocupación
Menos de 5 años
35.37%
22
75.86%
Entre 5 y 10 años
36.59%
20
66.67%
Más de 10 años
28.05%
15
65.22%
C4. Preexistencia de enfermedades oculares
Si
68.29%
42
75.00%
No
31.71%
15
57.69%
C5. Uso de corrección visual
Si
50.00%
27
65.85%
No
50.00%
30
73.17%
Nota. La prevalencia de CVS se calculó dividiendo los casos de CVS por el total de individuos en cada subgrupo y
expresando el resultado en porcentaje.
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1212
Los factores de riesgo relacionados con el uso de dispositivos digitales muestran
diferencias importantes en la prevalencia del SVI. Los trabajadores que utilizan dispositivos
durante más de 10 horas al día (17.07%) presentan una prevalencia elevada del SVI (85.71%), lo
que sugiere una relación directa entre el tiempo de exposición y el desarrollo de los síntomas.
Aquellos que usan dispositivos entre 6 y 10 horas diarias (58.54%) registran una prevalencia
menor (66.67%), mientras que quienes los utilizan por menos de 6 horas (24.39%) presentan una
prevalencia del 65.00%. Estos datos revelan que, aunque el tiempo de uso es un factor relevante,
otras condiciones asociadas al entorno laboral también pueden influir en la aparición del SVI.
En cuanto a las condiciones de iluminación en el lugar de trabajo, se observa que una
iluminación adecuada (40.24%) está asociada con una prevalencia del SVI del 69.70%. Por su
parte, quienes reportan una iluminación demasiado tenue (35.37%) muestran una prevalencia del
65.52%, mientras que aquellos que describen la iluminación como demasiado brillante (24.39%)
registran la mayor prevalencia (75.00%). Estos resultados indican que tanto la iluminación
insuficiente como la excesiva están fuertemente asociadas a la aparición de los síntomas del SVI,
destacando la necesidad de optimizar las condiciones lumínicas en el entorno laboral.
El ambiente de trabajo, caracterizado por el uso de aire acondicionado y la humedad,
también tiene un impacto significativo. Los trabajadores que no perciben efectos negativos de
estas condiciones (29.27%) y quienes los perciben ocasionalmente (40.24%) presentan una
prevalencia del 66.67%. En contraste, aquellos que frecuentemente experimentan incomodidad
debido a estas condiciones (30.49%) muestran una mayor prevalencia del SVI (76.00%). Este
patrón sugiere que un ambiente laboral controlado es fundamental para reducir los efectos del
SVI.
La posición de la pantalla respecto al nivel de los ojos también influye en la prevalencia
del SVI. Aquellos trabajadores que colocan la pantalla por debajo del nivel de los ojos (29.27%)
tienen una prevalencia menor del SVI (58.33%). Los que colocan la pantalla al mismo nivel de
los ojos (42.68%) muestran una prevalencia más alta (77.14%), mientras que quienes posicionan
la pantalla por encima del nivel de los ojos (28.05%) presentan una prevalencia del 69.57%. Estos
resultados subrayan la importancia de una correcta alineación de la pantalla para mitigar los
síntomas del SVI.
Respecto a la frecuencia de descansos, los trabajadores que no toman descansos (35.37%)
registran la prevalencia más alta del SVI (79.31%), lo que refuerza la importancia de realizar
pausas para reducir los síntomas. Aquellos que descansan cada dos horas (43.90%) tienen una
prevalencia del 66.67%, mientras que quienes toman descansos cada hora (20.73%) muestran la
prevalencia más baja (58.82%). Estos datos sugieren que la frecuencia de descansos tiene un papel
importante en la reducción de los síntomas del SVI, aunque otros factores también deben
considerarse.
El conocimiento e implementación de ergonomía muestra que los trabajadores que no
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están familiarizados con estas prácticas (23.17%) tienen una prevalencia del SVI del 73.68%.
Aquellos que conocen las prácticas, pero no las aplican (63.41%) reportan una prevalencia del
71.15%. Por otro lado, los trabajadores que aplican correctamente las prácticas ergonómicas
(13.41%) muestran la prevalencia más baja (54.55%). Esto indica que la correcta implementación
de las prácticas ergonómicas tiene un efecto considerable en la reducción de los síntomas del SVI.
Tabla 3
Factores de riesgo y su prevalencia de SVI
Factores de riesgo
Frecuenci
a
Prevalencia de
SVI
N
%
N
%
F1. Horas de uso de dispositivos digitales
Mas de 10 horas
1
4
17.07
%
12
85.71%
Entre 6 y 10 horas
4
8
58.54
%
32
66.67%
Menos de 6 horas
2
0
24.39
%
13
65.00%
F2. Condiciones de iluminación en el lugar de trabajo
Adecuada
3
3
40.24
%
23
69.70%
Demasiada tenue
2
9
35.37
%
19
65.52%
Demasiado brillante
2
0
24.39
%
15
75.00%
F3. Ambiente de trabajo (uso de aire acondicionado y
humedad)
No, nunca
2
4
29.27
%
16
66.67%
A veces
3
3
40.24
%
22
66.67%
Frecuentemente
2
5
30.49
%
19
76.00%
F4. Posición de la pantalla
Por debajo del nivel de los ojos
2
4
29.27
%
14
58.33%
Al mismo nivel de los ojos
3
5
42.68
%
27
77.14%
Por encima del nivel de los ojos
2
3
28.05
%
16
69.57%
F5. Frecuencia de descansos
No tomo descanso
2
9
35.37
%
23
79.31%
Cada 2 horas
3
6
43.90
%
24
66.67%
Cada hora
1
7
20.73
%
10
58.82%
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1214
F6. Conocimiento e implementación de ergonomía
No, no estoy familiarizado
1
9
23.17
%
14
73.68%
Sí, pero no las aplico
5
2
63.41
%
37
71.15%
Sí, y las aplico
1
1
13.41
%
6
54.55%
Nota. La prevalencia de CVS se calculó dividiendo los casos de CVS por el total de individuos en cada subgrupo y
expresando el resultado en porcentaje.
Para identificar los factores de riesgo asociados con la presencia del SVI en los
trabajadores del ECU-911, se ha estimado un modelo Logit. En este modelo, se incluyen como
variables de control las características sociodemográficas, tales como edad, género, duración en
el puesto, preexistencia de enfermedades oculares y uso de corrección visual. Por otro lado, los
factores de riesgo específicos considerados son las horas de uso de dispositivos digitales, las
condiciones de iluminación, el ambiente de trabajo, la posición de la pantalla, la frecuencia de
descansos y el conocimiento e implementación de ergonomía.
Tabla 4
Estimación del modelo Logit
Presencia de SVI
Odds
Ratio
Rob. Err.
Est.
z
P>z
C1. Edad
Entre 30 y 50 años
0.4322462
0.31820
-1.14
0.255
Menos de 30 años
0.2147177
0.18800
-1.76
0.07***
C2. Género
Masculino
1.552041
1.09897
0.62
0.535
C3. Duración de ocupación
Entre 5 y 10 años
1.24633
1.14964
0.24
0.811
Más de 10 años
0.9189754
0.92308
-0.08
0.933
C4. Preexistencia de enfermedades oculares
Si
3.883927
2.42792
2.17
0.03**
C5. Uso de corrección visual
Si
0.7275039
0.38749
-0.6
0.55
F1. Horas de uso de dispositivos digitales
Entre 6 y 10 horas
0.4920064
0.36542
-0.95
0.34
Más de 10 horas
0.4689821
0.37399
-0.95
0.342
F2. Condiciones de iluminación en el lugar de
trabajo
Demasiado tenue
0.8235533
0.71523
-0.22
0.823
Demasiado brillante
2.765078
1.93817
1.45
0.147
F3. Ambiente de trabajo (uso de aire
acondicionado y humedad)
A veces
1.520656
1.13312
0.56
0.574
Frecuentemente
1.474892
1.06313
0.54
0.59
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1215
F4. Posición de la pantalla
Al mismo nivel de los ojos
4.615138
3.41799
2.06
0.039**
Por encima del nivel de los ojos
3.153529
2.99534
1.21
0.227
F5.Frecuencia de descansos
Cada 2 horas
0.4383474
0.30787
-1.17
0.24
Cada hora
0.2671115
0.24305
-1.45
0.147
F6.Conocimiento e implementación de
ergonomía
Sí, pero no las aplico
2.352101
1.77358
1.13
0.257
Sí, y las aplico
0.8851121
0.92833
-0.12
0.907
Wald chi2
27.45
Prob > chi2
0.0946***
Nota. *, **, *** Indica significancia estadística al 1%, 5% y 10%, respectivamente
El modelo fue evaluado mediante la prueba de significancia conjunta utilizando el
estadístico Wald chi2, obteniendo un valor de 27.45 con una probabilidad asociada de 0.0946, lo
que indica que el conjunto de variables del modelo es significativo al nivel del 10%, sugiriendo
que en su conjunto son relevantes para explicar la variabilidad en la probabilidad de desarrollar
SVI. Entre las variables individuales, las que resultaron estadísticamente significativas fueron la
edad (menores de 30 años), la preexistencia de enfermedades oculares, y la posición de la pantalla
al mismo nivel de los ojos. Estas variables muestran asociaciones clave con la presencia de SVI
en la población estudiada.
La variable edad: menores de 30 años resultó significativa al 10% (OR = 0.2147, P =
0.07). El odds ratio de 0.2147 indica que, manteniendo constantes las demás variables, los
trabajadores menores de 30 años tienen un 78.53% menos de probabilidades de presentar SVI en
comparación con el grupo de referencia (mayores de 50 años). Este resultado señala que los
trabajadores jóvenes están menos expuestos a los factores de riesgo que desencadenan el SVI o
que poseen una mayor capacidad de recuperación frente a la fatiga visual, posiblemente debido a
una mayor plasticidad ocular o menor tiempo acumulado de exposición a condiciones laborales
adversas.
La preexistencia de enfermedades oculares es otra variable que resultó significativa al 5%
(OR = 3.8839, P = 0.03). Este odds ratio sugiere que los trabajadores con enfermedades oculares
preexistentes tienen aproximadamente 3.88 veces más probabilidades de desarrollar SVI en
comparación con aquellos sin antecedentes oculares, manteniendo constantes las demás variables.
Este resultado refleja cómo las afecciones oculares previas exacerban los efectos de los factores
laborales, tales como el uso prolongado de pantallas o la iluminación deficiente, aumentando la
susceptibilidad de estos trabajadores al SVI.
La posición de la pantalla al mismo nivel de los ojos también mostró una significancia
estadística al 5% (OR = 4.6151, P = 0.039). El odds ratio de 4.6151 indica que los trabajadores
que colocan la pantalla al mismo nivel de sus ojos tienen aproximadamente 4.62 veces más
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1216
probabilidades de presentar SVI en comparación con aquellos que la posicionan por debajo del
nivel de los ojos. El modelo Logit muestra que la edad, la preexistencia de enfermedades oculares,
y la posición de la pantalla son factores significativos en la probabilidad de desarrollar SVI. Los
trabajadores más jóvenes parecen estar más protegidos, mientras que aquellos con condiciones
oculares preexistentes y quienes colocan la pantalla al nivel de sus ojos enfrentan un riesgo
considerablemente mayor de sufrir SVI.
Figura 2
Curva ROC
El área bajo la curva (AUC) es de 0.7804, lo que indica un buen desempeño del modelo
en términos de su capacidad predictiva. Es te valor sugiere que, en el 78.04% de las ocasiones, el
modelo puede distinguir correctamente entre trabajadores que presentan y aquellos que no
presentan SVI. Cuanto más cerca esel área bajo la curva de 1, mayor es la capacidad del modelo
para hacer distinciones precisas. En este caso, la curva se aleja considerablemente de la línea
diagonal de referencia (la cual representa un modelo sin capacidad discriminativa, con un AUC
de 0.5), lo que evidencia un buen ajuste.
La curva muestra que el modelo presenta un equilibrio razonable entre la sensibilidad
(capacidad de identificar correctamente a los trabajadores con SVI) y la especificidad (capacidad
de identificar correctamente a aquellos que no lo tienen), con puntos de inflexión que permiten
ajustes en el umbral de clasificación para mejorar uno de estos dos indicadores dependiendo de
los objetivos del análisis.
La prevalencia del SVI observada en el estudio de los trabajadores del ECU-911 en
Esmeraldas, con un 69.51% (n=57) diagnosticados, resalta la magnitud de esta afección en
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1217
entornos laborales que requieren el uso prolongado de dispositivos digitales. Este patrón sugiere
que la edad es un factor determinante en la susceptibilidad al SVI, lo cual también se corroboró
en el análisis de León-Vásquez et al (2022) donde se determinó que el uso de dispositivos
electrónicos produjo astigmatismo miópico en niños de 10 a 14 años que pasaban más de 14 horas
con dichos aparatos, evidenciando que el SVI puede impactar diversas franjas etarias.
El análisis de los síntomas reveló que el ardor ocular fue reportado como "A menudo o
siempre" por el 41.46% de los trabajadores del ECU-911, seguido del enrojecimiento ocular
(40.24%) y la visión borrosa (39.02%). Estas manifestaciones son similares a las observaciones
de Criollo (2023), donde se identificaron síntomas como ver letras dobles y dolor ocular como
frecuentes. La alta incidencia de estos síntomas indica que el uso intensivo de dispositivos
digitales no solo genera molestias visuales, sino que también puede comprometer la funcionalidad
visual y el bienestar general de los trabajadores. Además, el hecho de que un 41.46% reportara
dolor ocular ocasionalmente refleja una carga significativa de síntomas intermitentes que pueden
afectar la concentración y el rendimiento.
La preexistencia de enfermedades oculares se destacó como un factor determinante en los
resultados del estudio, con una prevalencia del 75.00% entre aquellos que reportaron antecedentes
de patologías oculares. Este hallazgo subraya la importancia de considerar el historial médico
ocular al evaluar los factores de riesgo asociados y su impacto en la salud visual.
DISCUSIÓN
Esto se alinea con los hallazgos de León-Vásquez et al (2022) ; Fano-Machín (2016),
quienes también señalaron que las condiciones oculares preexistentes pueden agravar los
síntomas del SVI. Este fenómeno resalta la necesidad de un enfoque proactivo en la identificación
y manejo de trabajadores con antecedentes oculares, ya que son más propensos a desarrollar el
SVI en condiciones laborales que implican el uso intensivo de dispositivos digitales.
El uso de dispositivos digitales durante más de 10 horas al día se asoció con una
prevalencia del SVI del 85.71%. Este hallazgo se complementa con el análisis de Estrada-Araoz
et al (2022), que mostró que el 76% de las mujeres posee SVI, sugiriendo que el tiempo de
exposición y el sexo son factores interrelacionados en la manifestación de esta condición. La
promoción de un manejo adecuado del tiempo de uso y la implementación de pausas se identifican
como estrategias importantes para mitigar el impacto negativo de la exposición prolongada.
En términos de las condiciones ambientales, las variaciones en la iluminación del lugar
de trabajo también impactaron la prevalencia del SVI. La iluminación adecuada se asoció con una
prevalencia del 69.70%, mientras que la iluminación excesiva mostró una relación negativa con
un 75.00%. Este hallazgo refuerza la necesidad de optimizar el entorno laboral, tal como se señala
en el análisis de Silva et al. (2021); Sánchez-Brau y García González (2021), donde se destaca
que las condiciones ambientales son determinantes en la manifestación del SVI. La creación de
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1218
un ambiente laboral adecuado, con atención a la iluminación y la ventilación, es esencial para
prevenir síntomas visuales.
La ergonomía, particularmente la posición de la pantalla, se identifica como un factor
clave en la prevención del SVI. En el modelo Logit implementado en el presente estudio, se
encontró que la posición de la pantalla al mismo nivel de los ojos tiene un odds ratio de 4.6151
(p=0.039). Este resultado subraya la necesidad de una correcta alineación de las estaciones de
trabajo, respaldando los resultados de Vargas-Rodríguez et al (2023); Salinas-González (2023),
que enfatizaron la importancia de las prácticas ergonómicas en la mitigación de síntomas visuales.
Estos hallazgos son congruentes con las recomendaciones de Silva et al. (2021), que enfatizan la
necesidad de adaptar los espacios de trabajo para reducir el riesgo de SVI.
El análisis del modelo Logit también reveló que la edad, la preexistencia de enfermedades
oculares y la posición de la pantalla son factores significativos en la probabilidad de desarrollar
SVI. Los trabajadores menores de 30 años mostraron un odds ratio de 0.2147 (p=0.07), lo que
indica que tienen un 78.53% menos de probabilidades de presentar SVI en comparación con
aquellos mayores de 50 años. Este hallazgo sugiere que los trabajadores más jóvenes podrían
tener una mayor capacidad de adaptación frente a la fatiga visual. A su vez, la preexistencia de
enfermedades oculares mostró un odds ratio de 3.8839 (p=0.03), indicando que aquellos con
antecedentes son casi cuatro veces más propensos a desarrollar SVI.
La relación entre el conocimiento e implementación de prácticas ergonómicas también
resulta relevante. Los trabajadores que no están familiarizados con estas prácticas presentan una
prevalencia del 73.68%, mientras que aquellos que las aplican correctamente reportan una
prevalencia considerablemente menor (54.55%). Este hallazgo respalda la necesidad de
implementar programas de capacitación que informen a los trabajadores sobre la importancia de
las prácticas ergonómicas y su impacto en la salud ocular.
CONCLUSIONES
El estudio ha establecido una alta prevalencia del Síndrome Visual Informático (SVI)
entre los trabajadores del ECU-911, lo que resalta la importancia de abordar esta condición en
entornos laborales con un uso intensivo de dispositivos digitales. De todos los trabajadores que
se evaluaron el 69,51% presentó el SVI. En este caso, el ardor ocular (41.46%), enrojecimiento
ocular (40.24%) y visión borrosa (39.02%) fueron los ntomas que mostraron mayor prevalencia
en los participantes.
En cuanto a los factores de riesgo: el tiempo de exposición, la iluminación, el ambiente
de trabajo, la posición de la pantalla, la frecuencia de descansos y los conocimientos que los
trabajadores tienen en cuanto a la implementación de la ergonomía influyen significativamente
en el padecimiento del SVI, lo que resalta la necesidad de implementar estrategias específicas de
intervención.
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1219
La atención a la salud visual, especialmente para aquellos con antecedentes de problemas
oculares, debe ser una prioridad en la gestión de la salud laboral. La formación en prácticas
ergonómicas y la promoción de pausas regulares son intervenciones que pueden contribuir a la
reducción de síntomas y mejorar el bienestar general de los trabajadores.
Es fundamental que futuras investigaciones se enfoquen en la relación entre factores
psicosociales y el SVI, así como en la efectividad de las intervenciones propuestas. Este enfoque
permitirá una comprensión más amplia de los determinantes de esta condición y facilitará el
desarrollo de estrategias adaptadas a las necesidades de diferentes entornos laborales. La creación
de un ambiente de trabajo saludable y productivo debe ser un objetivo común para todas las
organizaciones.
Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1220
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