Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1939
este trabajo se encontró que el 36,7% de los neonatos con policitemia fueron prematuros y el
63,3% a término, no existiendo casos que fueran postérmino. Estos hallazgos difieren de los
reportados por Enríquez D, et. al. (21), quienes encontraron una menor frecuencia de policitemia
en neonatos prematuros (4,6%) y de término (9,9%), y mayor frecuencia en postérmino (4,3%).
También difiere con lo hallado por (10,22,23) quienes encontraron mayor incidencia de
policitemia en recién nacidos a término, siendo muy significativo en el estudio de (23) (p=0,001).
Por el contrario, en nuestro estudio se encontró que el ser, recién nacido prematuro tiene un efecto
protector contra la policitemia (OR=0,474, IC 95%: 0,228-0,984, p=0,044), lo cual no coincide
con lo encontrado por (15) quienes reportaron una asociación negativa entre la edad gestacional
y la policitemia (OR=0,3, IC 95%: 0,7-1,2, p<0,099).
Encontramos que el bajo peso al nacer, implica un riesgo 2,735 veces mayor de padecer
esta patología, en comparación con los neonatos de normopeso (OR=2,735, IC 95%: 1,280-5,841,
p. =0,009). Estos resultados son similares a los reportados por (13-15,23,24) quienes también
encontraron una asociación significativa entre el bajo peso al nacer y la policitemia neonatal, con
valores de OR que oscilaron entre 3,6 y 3,8. Sin embargo, difieren de lo encontrado por (22)
quienes no observaron una relación estadísticamente significativa entre estas variables
(OR=0,499, IC 95%=0,449-3,605, p=0,649).
Otro factor analizado en este estudio fue el pinzamiento tardío del cordón umbilical, técnica
que consiste en retrasar el corte del cordón umbilical hasta que deje de latir o hasta unos minutos
después del nacimiento. Se encontró que el 29,2% de los neonatos con policitemia habían recibido
esta técnica, lo que representa un riesgo 2,252 veces mayor de desarrollar esta patología, en
comparación con los neonatos que no la recibieron (OR=2,252, IC 95%: 1,084-4,678; p=0,028).
Estos hallazgos son consistentes con los de (7,8,25-27), quienes también informaron una
asociación significativa entre el pinzamiento retardado del cordón umbilical y la policitemia
neonatal, con valores de OR que oscilaron entre 2,252 y 5,118. Por el contrario, (26) no
encontraron relación estadística significativa entre estas variables (OR=1,38, IC=0,16-12,6%).
Se evaluó el lugar de procedencia de la gestante como un factor que podría influir en la
incidencia de policitemia neonatal. Se observó que el 35% de los casos provinieron de la región
Costa, el 15% de la región Sierra y ninguno de la región Selva, pero esta discrepancia no fue
estadísticamente significativa (p=0,084). Esto contrasta con lo reportado por (10,14,15) quienes
encontraron que la mayoría de los casos provenían de la región de la Sierra, con frecuencias
superiores al 90%.
La preeclampsia materna fue el factor más asociado a policitemia neonatal en este estudio,
con una frecuencia de 22,5% y un OR=4,091 (IC 95%=1,751-9,555). Este resultado coincide con
estudios previos que también encontraron una relación significativa entre ambas condiciones,
como los de (10,14,21). Sin embargo, otros estudios no encontraron tal asociación, como los de
(15,22,28). (15,22,28).