Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 1996
perspectiva resalta la importancia de la espiritualidad en la dinámica organizacional y su impacto
potencial en la productividad y el bienestar.
Truscott, S. (2024), desde un enfoque filosófico, señala que la espiritualidad ha sido
tradicionalmente vista como aplicable a la vida interior, enfocándose en la purificación de
motivaciones y la auto-reflexión. Según él, la espiritualidad es un proceso relacional entre el
Espíritu divino y el espíritu humano que implica una experiencia de integración auto-trascendente.
La espiritualidad es un concepto complejo y multifacético que abarca una variedad de
interpretaciones históricas, religiosas, seculares, místicas, éticas y neurocientíficas. Estas diversas
perspectivas enriquecen nuestra comprensión del concepto y su impacto en diferentes aspectos de
la vida humana.
Este contexto permite situar brevemente el interés en el estudio de la religión y
espiritualidad en la sociología, mostrando cómo las dos principales posturas metodológicas han
contribuido a esclarecer su unidad y diversidad. En las últimas décadas, la espiritualidad ha
resurgido en áreas como la salud, la psicología, la psiquiatría y, por supuesto, la sociología.
Aplicando el sentido común, la espiritualidad se asocia mayoritariamente con la religión,
el mundo inmaterial, el contacto con lo sagrado y la búsqueda de sentido en la vida. Como
fenómeno subjetivo e inherente al ser humano, abarca tanto las religiones institucionalizadas
como las creencias y ritos de cultos ancestrales y modernos. La experiencia espiritual puede ser
individual o colectiva, reflejando una amplia gama de prácticas y creencias.
En la sociedad moderna secular, el humanismo del siglo XX se incorporó en la educación
pública a través de corrientes pedagógicas de figuras como Carl Rogers, Abraham Maslow, John
Dewey, Lev Vygotsky, N. Makárenko y María Montessori, así como en Latinoamérica con Pablo
Freire. Estas corrientes promovieron valores como la paciencia, la tolerancia y la compasión. En
psiquiatría, la espiritualidad se ha integrado en programas de consulta y tratamiento, siendo
también un elemento clave en el programa de Alcohólicos Anónimos, a pesar de las críticas de
algunos detractores que la consideran una seudo-ciencia.
Sin embargo, los estudios sobre espiritualidad en el ámbito profesional siguen siendo
limitados. En la comunidad académica, a menudo hay una falta de oportunidades para discutir la
espiritualidad y la religión debido al respeto a la diversidad secular y religiosa en el aula. Aunque
los contenidos deontológicos en la formación profesional tocan temas como la honestidad, la ética
y el respeto, que coinciden con valores espirituales, el diálogo sobre espiritualidad suele ser
escaso.
Por lo cual queda por explorar más a fondo las aplicaciones educativas de la espiritualidad
y áreas afines, como las competencias y habilidades blandas, la ética y el desempeño profesional.
La búsqueda del equilibrio personal y la conquista del autoconocimiento continúan siendo retos
relevantes en la modernidad, y la espiritualidad juega un papel importante en este proceso