Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 3327
INTRODUCCIÓN
La industria de los paneles fotovoltaicos ha experimentado un crecimiento exponencial en
las últimas décadas, consolidándose como una fuente clave de energía renovable para satisfacer
la creciente demanda energética global. En 2019, la capacidad instalada de generación solar había
aumentado más de siete veces en comparación con 2010, alcanzando los 121 GW anuales (Van,
Pham, Phang, & Cong, 2022). Este avance ha sido impulsado por mejoras en la tecnología de
conversión fotovoltaica, permitiendo una transición más rápida hacia energías limpias y
reduciendo la dependencia de fuentes no renovables, sin embargo, la sostenibilidad de esta
industria no solo radica en el uso de fuentes limpias de energía, sino también en optimizar la
producción y el ciclo de vida de los materiales, minimizando así el impacto ambiental (Cuevas,
González, Torres, & Valladares, 2020) (Bello, Murrieta, & Cortes, 2020). Este crecimiento de la
industria fotovoltaica ha impulsado la búsqueda de eficiencia en los procesos de producción,
aspecto clave para mantener la competitividad y sustentabilidad en el sector de energías
renovables.
En este contexto, herramientas como el establecimiento de tiempos estándar, SMED y
Kaizen, han ganado relevancia por su capacidad para mejorar tiempos, equilibrar cargas de trabajo
y, reducir desperdicios en diversos sectores productivos. En particular, el estudio de tiempos se
ha establecido como una técnica esencial para incrementar la eficiencia en la producción al
analizar sistemáticamente los tiempos y movimientos de cada actividad. Esta herramienta permite
establecer tiempos estándar, reducir movimientos innecesarios y equilibrar tareas entre estaciones
de trabajo, por ejemplo, varios estudios en fábricas revelan que la redistribución de tareas basada
en tiempos y movimientos incrementa la producción en un 5.49%, demostrando así su capacidad
para mejorar la eficiencia en líneas de producción (Andrade, Del Río, & Alvear, 2019). Asimismo,
en una empresa de energía limpia, permitió la estandarización de tareas y reducción de tiempos
muertos en su producción (Bello, Murrieta, & Cortes, 2020).
Por otro lado, Kaizen, que promueve mejoras continuas mediante pequeños ajustes en el
proceso, ha demostrado ser efectivo en industrias de manufactura, incrementando la eficiencia
operativa y reduciendo costos en más de un 10% (Rossini, y otros, 2019). En Vietnam, la
implementación de Kaizen, en departamentos de una empresa mejoró el tiempo total de
producción en 10 veces y redujo costos operativos (Tekin, Arslandere, Etlioğlu, & Tekin, 2019).
SMED, inicialmente desarrollado en Toyota, también ha mostrado resultados
significativos, logrando reducciones de hasta el 48% en tiempos de configuración al reducir el
tiempo de cambio en máquinas, y es aplicable en industrias con procesos de alta variabilidad
(Yazıcı, Gökler, & Boran, 2020) (Zasadzień, Wolniak, & Kwiecień, 2018).
La empresa de paneles fotovoltaicos, ubicada en Río Blanco, Veracruz, enfrenta desafíos
significativos en sus procesos de producción, particularmente en los procedimientos de laminado,