Vol. 11/ Núm. 2 2024 pág. 4024
pues la colaboración entre el hogar y la escuela asegura que los enfoques de resolución de
conflictos sean coherentes y refuercen los mismos valores y habilidades en ambos entornos.
En este sentido, la teoría de resolución de conflictos de Johan Galtung se enmarca en torno
a un enfoque integral, dado que distingue entre violencia directa, estructural y cultural, lo que
significa que los conflictos no solo son el resultado de los enfrentamientos visibles o que
observamos a simple vista, sino que también están arraigado a estructuras sociales y culturales
que perpetúan la injusticia y la desigualdad.
Al hablar de violencia directa, se hace referencia a los actos de agresión física y verbal,
mientras que la violencia estructural se manifiesta en las desigualdades y sistemas opresivos que
buscan limitar las oportunidades de las comunidades y sociedades. En cuanto a la violencia
cultural, abarca las ideologías y creencias que justifican la violencia. A todo esto, el mismo Johan
Galtung introduce el término de paz positiva, la cual busca no solo ausentar los conflictos, sino
incrementar la presencia de condiciones que promuevan el desarrollo humano y la justicia social
de las personas.
La Organización Mundial de la Salud (2003), define a la violencia como el uso intencional
de una persona al aplicar una fuerza o poder físico hacia otra, sin embargo, también es concebida
como una amenaza hacia otro individuo, grupo o comunidad. De hecho, Herrera et al., (2004)
indica que, dentro de la violencia, se encuentran los llamados abusos naturales que son cuatro:
psicológico, verbal, físico y en muchas ocasiones sexual, lo que significa, que la víctima está
expuesta a recibir no solo un maltrato físico, sino más bien cualquier tipo de abuso dentro de
cualquier ámbito sea académico, familiar o incluso público.
De acuerdo con el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos (2023) definen a la
violencia física como todo tipo de acto u omisión que produce un daño, sufrimiento físico, dolor
y en algunas ocasiones la muerte, por lo que este se manifiesta mediante golpes, quemaduras,
lanzamiento de objetos, intentos de estrangulamiento, entre otros. Por otra parte, Mendoza (2024)
manifiesta que la violencia verbal es aquella que pretende dañar a través de palabras a una
persona, afectando su bienestar emocional y psicológico. Esta forma de violencia se manifiesta
mediante insultos, humillaciones, amenazas, etc., mismas que tienen la intención de perjudicar la
autoestima y la salud mental de la persona que lo experimenta.
Haciendo una revisión exhaustiva, la violencia física que más se presentan entre estudiantes
que datan entre los 9 a 11 años, son los golpes, los empujones, el lanzamiento de objetos escolares
y los manotazos; mientras que la violencia verbal más utilizada son los insultos callejeros, las
amenazas y los apodos ofensivos hacia los demás compañeros.
Las escuelas actualmente se enfrentan a una variedad de desafíos desde los más pequeños
hasta los más significativos, por lo que el rol del docente es fundamental para promover espacios
áulicos que proyecten positividad y equidad, al mismo tiempo, puedan lograr que todos sus
estudiantes reciban una educación de calidad y calidez que les permita desarrollarse íntegramente.