Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 545
https://doi.org/
10.69639/arandu.v12i1.625
Micorrización en la rizosfera y aclimatización de vitroplantas
de banano: Estrategias biotecnológicas, impacto en el
crecimiento y sostenibilidad

Mycorrhization in the rhizosphere and acclimatization of banana vitroplants:

B
iotechnological strategies, impact on growth, and sustainability
Juan Carlos Escaleras Medina

jescaleras@utmachala.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-5384-0829

Universidad Técnica de Machala

Machala Ecuador

Leonor Margarita Rivera Intriago

lrivera@utmachala.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-9407
-1525
Universidad Técnica de Machala

Machala Ecuador

Álvaro Francisco Narváez Orellana

narvaezalv@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0003-3724-8141

Universidad Técnica de Machala

Machala Ecuador

Jovanny Alexander Godoy

jgodoy@utmachala.edu.ec

Universidad Técnica de Machala

Machala Ecuador

Artículo recibido: 10 enero 2024 - Aceptado para publicación: 20 febrero 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar

RESUMEN

El cultivo de banano (Musa spp.) es de gran importancia económica a nivel mundial, pero su
producción intensiva ha generado impactos negativos en la fertilidad del suelo y en la eficiencia
en la absorción de nutrientes. En este contexto, las micorrizas arbusculares (MA) han surgido
como una estrategia biotecnológica clave para mejorar la sostenibilidad agroproductiva. Estas
asociaciones simbióticas entre hongos del suelo y raíces de las plantas favorecen la captación de
nutrientes esenciales, como fósforo y nitrógeno, optimizando el crecimiento vegetal y
fortaleciendo la resistencia a factores de estrés abiótico y biótico. Este estudio analiza el impacto
de las micorrizas en la rizosfera del banano, con énfasis en su contribución al crecimiento de las
plantas, la absorción de nutrientes y la regeneración del suelo. Se revisaron investigaciones
recientes que destacan el uso de bioinoculantes micorrícicos en la aclimatización de vitroplantas
y en sistemas agroecológicos. Los resultados muestran que la micorrización mejora la
productividad del banano, reduce la dependencia de agroquímicos y promueve un mejor
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desarrollo radicular. Sin embargo, su implementación a gran escala enfrenta desafíos como la
selección de especies micorrícicas eficientes y su adecuada aplicación en campo. Se concluye que
las micorrizas representan una herramienta esencial para la sostenibilidad del cultivo y la
restauración de suelos degradados.

Palabras clave: micorrizas arbusculares, rizosfera del banano, absorción de nutrientes,
crecimiento vegetal, sostenibilidad agroproductiva

ABSTRACT

Banana (Musa spp.) cultivation is of great economic importance worldwide, but its intensive
production has negatively impacted soil fertility and nutrient absorption efficiency. In this
context, arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) have emerged as a key biotechnological strategy to
enhance agroproductive sustainability. These symbiotic associations between soil fungi and plant
roots facilitate the uptake of essential nutrients, such as phosphorus and nitrogen, optimizing plant
growth and strengthening resistance to abiotic and biotic stress factors. This study analyzes the
impact of mycorrhizae in the banana rhizosphere, emphasizing their contribution to plant growth,
nutrient absorption, and soil regeneration. Recent research highlighting the use of mycorrhizal
bioinoculants in the acclimatization of vitroplants and agroecological systems was reviewed. The
results show that mycorrhization improves banana productivity, reduces dependence on
agrochemicals, and promotes better root development. However, large-scale implementation
faces challenges such as selecting efficient mycorrhizal species and their proper field application.
It is concluded that mycorrhizae represent an essential tool for crop sustainability and the
restoration of degraded soils.

Keywords: arbuscular mycorrhizae, banana rhizosphere, nutrient absorption, plant
growth, agroproductive sustainability

Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
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INTRODUCCIÓN

El cultivo del banano (Musa spp.) es de gran importancia económica a nivel mundial,
siendo una de las frutas más consumidas en diversas regiones tropicales y subtropicales (Montilla
et al., 2020). Sin embargo, su propagación convencional enfrenta desafíos significativos,
incluyendo la propagación vegetativa limitada y la susceptibilidad a enfermedades del suelo,
como el marchitamiento por Fusarium oxysporum f. sp. cubense (Ploetz, 2015). En este contexto,
la micropropagación in vitro se ha convertido en una herramienta clave para la obtención de
plantas sanas y de alta calidad. No obstante, la transición de vitroplantas al campo representa un
obstáculo crítico debido a las bajas tasas de supervivencia y al estrés fisiológico que enfrentan las
plántulas durante la aclimatización (Perez Salas et al., 2013).

En este sentido, la micorrización arbuscular ha surgido como una estrategia biotecnológica
prometedora para mejorar la aclimatización de las vitroplantas de banano. Los hongos
micorrízicos arbusculares (HMA) forman asociaciones simbióticas con las raíces de las plantas,
facilitando la absorción de nutrientes esenciales, mejorando la resistencia al estrés hídrico y
potenciando la defensa contra patógenos del suelo (Silvana et al., 2020). Además, se ha
demostrado que la micorrización promueve el crecimiento y desarrollo de las vitroplantas,
optimizando su establecimiento en condiciones de campo y mejorando la eficiencia en el uso de
nutrientes (McGonigle et al., 1990; Pellegrino et al., 2011).

El impacto de los HMA en el crecimiento, la absorción de nutrientes y la adaptación de las
plantas ha sido ampliamente documentado en diversos estudios. Se ha observado que la simbiosis
micorrícica mejora significativamente la captación de fósforo, nitrógeno y otros elementos
esenciales, fortaleciendo la biomasa radicular y aérea de las plantas y facilitando su
establecimiento en ambientes ex vitro (Aguirre-Medina et al., 2011). En estudios recientes, se ha
evidenciado que la inoculación con HMA en banano no solo incrementa la eficiencia en la
absorción de nutrientes, sino que también induce respuestas hormonales en las plantas,
modulando su crecimiento y aumentando su resistencia a condiciones adversas (Martínez-
Campos et al., 2023; Ramírez-Villalba et al., 2024).

Los mecanismos a través de los cuales los HMA benefician a las plantas son diversos. Entre
ellos se incluyen la mejora en la captación de fósforo, nitrógeno y otros elementos esenciales, la
modulación de respuestas hormonales y la inducción de resistencia sistémica adquirida
(Pellegrino et al., 2011). Además, se ha observado que la diversidad de especies de HMA en el
suelo puede influir en la eficiencia de la simbiosis, sugiriendo la importancia de estrategias de
manejo que promuevan su establecimiento y proliferación en sistemas agrícolas sostenibles
(Barea y Azcón-Aguilar, 1983).

Uno de los principales desafíos en la aplicación de micorrizas en la aclimatización de
vitroplantas de banano es la selección de especies de HMA adecuadas y su inoculación efectiva
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en el sustrato. Investigaciones han evidenciado que la combinación de HMA con otras estrategias,
como la aplicación de biofertilizantes y el uso de sustratos enriquecidos, puede potenciar los
efectos benéficos de la micorrización (Gianinazzi et al., 2010).

Desde un enfoque agroecológico, la micorrización de vitroplantas de banano se perfila
como una alternativa viable para reducir el uso de fertilizantes químicos y mejorar la salud del
suelo. Su implementación en la agricultura moderna no solo tiene implicaciones en la
productividad del cultivo, sino también en la sostenibilidad de los agroecosistemas y la mitigación
del impacto ambiental derivado del uso excesivo de insumos agroquímicos (Escobar et al., 1996).

En este artículo de revisión, se analizan los avances recientes en la aplicación de micorrizas
en la aclimatización de vitroplantas de banano, abordando aspectos relacionados con los
mecanismos de acción, estrategias de inoculación y su impacto en la productividad y
sostenibilidad del cultivo. Para ello, se recopila información de diversas investigaciones que han
explorado el potencial de la micorrización como herramienta biotecnológica en el mejoramiento
del establecimiento de vitroplantas de banano en condiciones de campo (Jackson, 2005; Montañez
Orozco et al., 2010; Ortega-Guzmán et al., 2024; Mendoza-Ruiz et al., 2024)cultivo del banano
(Musa spp.) es de gran importancia económica a nivel mundial, siendo una de las frutas más
consumidas en diversas regiones tropicales y subtropicales (Montilla et al., 2020). Sin embargo,
la propagación convencional de este cultivo enfrenta numerosos desafíos, incluyendo la
propagación vegetativa limitada y la susceptibilidad a enfermedades del suelo, como el
marchitamiento por Fusarium oxysporum f. sp. cubense (Ploetz, 2015). En este contexto, la
micropropagación in vitro se ha convertido en una herramienta clave para la obtención de plantas
sanas y de alta calidad. No obstante, la transición de vitroplantas al campo representa un obstáculo
crítico debido a las bajas tasas de supervivencia y al estrés fisiológico que enfrentan las plántulas
durante la aclimatización (Perez Salas et al., 2013).

En este sentido, la micorrización arbuscular ha surgido como una estrategia biotecnológica
prometedora para mejorar la aclimatización de las vitroplantas de banano. Los hongos
micorrízicos arbusculares (HMA) forman asociaciones simbióticas con las raíces de las plantas,
facilitando la absorción de nutrientes esenciales, mejorando la resistencia al estrés hídrico y
potenciando la defensa contra patógenos del suelo (Silvana et al., 2020). Además, se ha
demostrado que la micorrización promueve el crecimiento y desarrollo de las vitroplantas,
optimizando su establecimiento en condiciones de campo y mejorando la eficiencia en el uso de
nutrientes (McGonigle et al., 1990; Pellegrino et al., 2011).

El impacto de los HMA en el crecimiento, la absorción de nutrientes y la adaptación de las
plantas ha sido ampliamente documentado en diversos estudios. Se ha observado que la simbiosis
micorrízica mejora significativamente la captación de fósforo, nitrógeno y otros elementos
esenciales, fortaleciendo la biomasa radicular y aérea de las plantas y facilitando su
establecimiento en ambientes ex vitro (Aguirre-Medina et al., 2011). En estudios recientes, se ha
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evidenciado que la inoculación con HMA en banano no solo incrementa la eficiencia en la
absorción de nutrientes, sino que también induce respuestas hormonales en las plantas,
modulando su crecimiento y aumentando su resistencia a condiciones adversas (Martínez-
Campos et al., 2023; Ramírez-Villalba et al., 2024).

En este artículo de revisión, se analizan los avances recientes en la aplicación de micorrizas
en la aclimatización de vitroplantas de banano, abordando aspectos relacionados con los
mecanismos de acción, estrategias de inoculación y su impacto en la productividad y
sostenibilidad del cultivo. Para ello, se recopila información de diversas investigaciones que han
explorado el potencial de la micorrización como herramienta biotecnológica en el mejoramiento
del establecimiento de vitroplantas de banano en condiciones de campo (Jackson, 2005; Montañez
Orozco et al., 2010; Ortega-Guzmán et al., 2024; Mendoza-Ruiz et al., 2024).

MATERIALES Y MÉTODOS

La investigación fue de tipo documental, basada en una amplia exploración bibliográfica
sobre el proceso de micorrización en la aclimatización de vitroplantas de banano. Se utilizó el
modelo PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses) para
la selección y evaluación de los estudios incluidos en la revisión (Moher et al., 2009).

Para garantizar la rigurosidad del estudio, se analizaron inicialmente 70 artículos científicos
publicados en revistas indexadas. La búsqueda de literatura se llevó a cabo en bases de datos
especializadas como Taylor & Francis, EBSCO, ScienceDirect, Gale, Google Scholar, BioOne y
ProQuest, así como en repositorios institucionales de universidades y centros de investigación
(Higgins et al., 2011).

Se emplearon palabras clave como "aclimatización de vitroplantas de banano",
"micorrizas" y "factores ambientales en el crecimiento de vitroplantas", utilizando operadores
booleanos (AND, OR) para optimizar la recuperación de información relevante (Page et al.,
2021). No se estableció una restricción en la fecha de publicación, pero se priorizaron artículos
de los últimos diez años para asegurar la actualidad del contenido, complementándolos con
documentos clave para un análisis retrospectivo del tema (Liberati et al., 2009).

Los criterios de inclusión considerados fueron: (i) estudios publicados en revistas
indexadas con revisión por pares, (ii) investigaciones relacionadas con la micorrización y la
aclimatización de vitroplantas de banano, (iii) estudios en inglés y español, y (iv) artículos que
aportaran datos experimentales sobre la interacción planta-hongo (Gough et al., 2012). Se
excluyeron estudios de revisiones sin evidencia empírica, trabajos duplicados y aquellos que no
abordaban directamente la temática.

Siguiendo el diagrama de flujo PRISMA, se realizó una primera fase de identificación,
donde se recopilaron 70 estudios. Posteriormente, se eliminaron los duplicados y aquellos que no
cumplían con los criterios de inclusión, resultando en 30 artículos elegibles para la evaluación a
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texto completo. Finalmente, tras un análisis crítico, se seleccionaron 28 artículos que aportaron
información sustancial para la revisión (Page et al., 2021).

La calidad metodológica de los estudios incluidos se evaluó mediante la herramienta de
evaluación de riesgo de sesgo de Cochrane (Higgins et al., 2011). Se organizó la información en
categorías temáticas, considerando aspectos como la influencia de los HMA en la absorción de
nutrientes, el impacto en la fisiología de la planta, y su aplicación en la sostenibilidad agrícola.

Dado que se trata de un estudio de revisión documental, no se requirió aprobación de un
comité ético. Sin embargo, se respetaron los principios de integridad y transparencia en la
selección y análisis de la información (Moher et al., 2009).

DESARROLLO

H
ongos formadores de micorrizas
Los hongos micorrícicos desempeñan un papel fundamental en la simbiosis con las raíces
de las plantas, facilitando la absorción de agua y nutrientes esenciales. La micorrización
contribuye significativamente a la mejora de la tolerancia al estrés abiótico y biótico en diversas
especies vegetales, incluyendo las vitroplantas de banano (Pérez-Hidalgo et al., 2022).

Según Pérez-Hidalgo et al. (2022), las micorrizas constituyen órganos de doble absorción
que se desarrollan cuando los hongos simbiontes colonizan los órganos de absorción sanos de las
plantas, tales como raíces, cormos y rizomas. Esta asociación mutualista se ha observado tanto en
plantas terrestres como en acuáticas y epifíticas, proporcionando una ventaja adaptativa
significativa en diferentes condiciones ambientales.

Martínez-Campos et al. (2023) señalaron que la simbiosis micorrícica se basa en un
intercambio de beneficios: la planta suministra carbohidratos derivados de la fotosíntesis,
mientras que el hongo facilita la absorción de agua y nutrientes esenciales, como el fósforo,
además de conferir resistencia contra patógenos del suelo.

Las micorrizas están compuestas por una red de hifas fúngicas que rodean y penetran las
raíces de las plantas, estableciendo conexiones subterráneas que permiten el flujo de nutrientes
entre individuos de la misma o diferentes especies. Esta red fúngica mejora la disponibilidad de
recursos en el ecosistema y fortalece la supervivencia de las plantas hospederas (Sánchez-Morales
et al., 2024; López-García et al., 2024).

Estudios recientes han demostrado que las micorrizas mejoran significativamente la
eficiencia del uso del agua en plantas sometidas a estrés hídrico. Ramírez-Villalba et al. (2024)
indicaron que la inoculación con micorrizas en cultivos agrícolas incrementa la tolerancia a la
sequía y optimiza la captación de nutrientes en suelos degradados. Además, Fernández-Rodríguez
et al. (2023) documentaron la reducción de la incidencia de patógenos radiculares en plantas
micorrizadas.
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Tabla 1

Comparación de los tipos de hongos micorrícicos utilizados en los estudios analizados

Autor
Hongo Micorrícico Utilizado Efecto Reportado
Mora-González et al.
(2021)

Trichoderma ghanense, Consorcio
de HMA

Mayor desarrollo radicular y tasa
de micorrización elevada.

Simó-González et al.
(2017)

Rhizoglomus intraradices (INCAM-
11)

Mejora en absorción de fósforo y
crecimiento vigoroso.

Barrera-Violeth et al.
(2008)

Glomus mosseae, Acaulospora
laevis

Aumento en la retención de agua
y absorción de nutrientes.

Koffi y Declerck (2001)
HMA no especificado Establecimiento en sustratos
controlados.

Ortas et al. (1996)
Glomus caledonium, Glomus
macrocarpum

Incremento en absorción de
fósforo y biomasa radicular.

Investigadores INCA
(2024)

Funneliformis mosseae (INCAM-2),
Glomus cubense (INCAM-4),
Claroideoglomus claroideum
(INCAM-8), Rhizoglomus
intraradices (INCAM-11)

Colonización eficiente en
distintos tipos de suelo.

Fuente: Elaboración propia

El cuadro presentado detalla las contribuciones de diversos autores en relación con la
utilización de hongos micorrícicos arbusculares (HMA) y su impacto en el crecimiento, la
absorción de nutrientes y la adaptación de las plantas. Por ejemplo, Mora-González et al. (2021)
destacaron el uso de Trichoderma ghanense y un consorcio de HMA, lo que resultó en un
desarrollo radicular significativo y una alta tasa de micorrización. Por su parte, Simó-González et
al. (2017) enfocaron su estudio en Rhizoglomus intraradices (INCAM-11), evidenciando mejoras
en la absorción de fósforo y un crecimiento vigoroso de las plantas.

Barrera-Violeth et al. (2008) resaltaron los beneficios de Glomus mosseae y Acaulospora
laevis en la retención de agua y la absorción de nutrientes. En tanto, Koffi y Declerck (2001)
analizaron el establecimiento de plántulas en sustratos controlados, aunque sin especificar el
HMA utilizado. Ortas et al. (1996) encontraron que Glomus caledonium y Glomus macrocarpum
incrementaron la absorción de fósforo y la biomasa radicular.

Finalmente, los Investigadores INCA (2024) evaluaron un conjunto de cepas, como
Funneliformis mosseae (INCAM-2) y Rhizoglomus intraradices (INCAM-11), observando una
colonización eficiente en distintos tipos de suelo. Estos estudios subrayan la versatilidad y
efectividad de los HMA en diferentes contextos agrícolas, destacando su papel clave en la
sostenibilidad de los sistemas productivos.

El impacto de las micorrizas en la fertilidad del suelo ha sido ampliamente estudiado.
Contreras-López et al. (2024) afirmaron que los suelos con alta presencia de micorrizas presentan
mayores niveles de materia orgánica, mejor retención de humedad y una mayor diversidad
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microbiana. Esto sugiere que su aplicación en la agricultura podría ser clave para mejorar la
sostenibilidad productiva.

En los últimos cinco años, diversas investigaciones han profundizado en el uso de hongos
micorrízicos arbusculares (HMA) como herramienta biotecnológica en la producción de plantas
in vitro, especialmente en el cultivo de banano. Estas investigaciones han demostrado que la
inoculación con HMA mejora significativamente la aclimatación y el desarrollo de las plántulas
(Mora-González et al., 2021; Universidad de Cienfuegos, 2022; Rodríguez-Pérez et al., 2023).

Tabla 2

Porcentajes de colonización micorrízica en los estudios analizados

Estudio
Cepa de HMA
Porcentaje de
Colonización
Micorrízica (%)

Observaciones

Mora-González et
al. (2021)

Trichoderma ghanense,
consorcio de HMA

40-70% en
aclimatación; 55-90%
en vivero

Mayor porcentaje en
tratamiento B19

Simó-González et
al. (2017)

Rhizoglomus intraradices
(INCAM-11)
No especificado
Respuesta positiva en
crecimiento y
supervivencia

Barrera-Violeth et
al. (2008)

Glomus mosseae,
Acaulospora laevis

30.8-82.0% a los 120
días

Uso de interacciones de
HMA y Trichoderma sp.

Koffi y Declerck
(2001)
HMA no especificado 40-64.7% a la séptima
semana

Sustrato de turba y arena
en fase de aclimatación

Ortas et al. (1996)
Glomus caledonium,
Glomus macrocarpum

50.8% y 68.8% en fase
de aclimatación

Aplicación independiente
de especies de HMA

Fuente: Elaboración propia

El cuadro presentado resume los hallazgos de diversos estudios sobre la colonización
micorrízica en vitroplantas utilizando cepas de hongos micorrízicos arbusculares (HMA). Mora-
González et al. (2021) reportaron porcentajes de colonización que variaron entre 40-70% durante
la aclimatación y alcanzaron hasta 90% en vivero, siendo el tratamiento B19 el más efectivo.
Simó-González et al. (2017) utilizaron Rhizoglomus intraradices (INCAM-11), observando una
respuesta positiva en términos de crecimiento y supervivencia, aunque sin especificar el
porcentaje de colonización.

Por otro lado, Barrera-Violeth et al. (2008) evaluaron Glomus mosseae y Acaulospora
laevis, encontrando tasas de colonización que oscilaron entre 30.8% y 82.0% a los 120 días, con
resultados mejorados al combinar HMA con Trichoderma sp.. Koffi y Declerck (2001) reportaron
un rango de 40-64.7% en la séptima semana utilizando un sustrato de turba y arena durante la
aclimatación. Finalmente, Ortas et al. (1996) demostraron la efectividad de Glomus caledonium
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y Glomus macrocarpum con tasas de colonización del 50.8% y 68.8%, respectivamente, mediante
aplicaciones independientes.

Ademas, Mora-González et al. (2021) evaluaron el efecto de la aplicación de Trichoderma
ghanense, micorrizas arbusculares y un biofertilizante líquido en plantas meristemáticas de
banano variedad Williams durante las fases de aclimatación y vivero. Los resultados mostraron
que la inoculación con HMA y otros bioinsumos promovió un incremento en la altura, diámetro
del pseudotallo y área foliar de las plantas, además de un porcentaje de micorrización superior al
45% y una supervivencia del 100% en la fase de aclimatación (Mora-González et al., 2021).

Asimismo, estudios realizados en Cuba han concluido que la inoculación con hongos
micorrízicos (Acaulospora sp.) y el uso de suelos orgánicos en plantas de banano generan una
mayor adaptación de las plantas, mejorando su crecimiento y estado nutrimental (Universidad de
Cienfuegos, 2022; Fernández-Rodríguez et al., 2024).

Además, se ha evaluado la aplicación de bioproductos en vitroplantas de banano,
encontrando que la inoculación con HMA y otros bioinsumos contribuye a una mejor adaptación
y desarrollo de las plantas durante la aclimatación (Mogrovejo, 2019; Martínez-Campos et al.,
2023). Estudios adicionales han confirmado que la presencia de HMA favorece la captación de
fósforo en el suelo, lo que repercute en una mejor asimilación de nutrientes y un crecimiento más
vigoroso de las plántulas (García-Villalba et al., 2023).

Por otro lado, investigaciones han demostrado que la combinación de HMA con
rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR) puede potenciar aún más la
aclimatación de las vitroplantas, al estimular la producción de fitohormonas y mejorar la
resistencia a condiciones de estrés hídrico y salino (Ortega-Guzmán et al., 2024). Además, el uso
de estos microorganismos benéficos ha sido clave en la restauración de suelos degradados en
cultivos intensivos de banano, promoviendo una mayor biodiversidad microbiana en el suelo y
optimizando la disponibilidad de nutrientes esenciales (Ramírez-Villalba et al., 2024).

Estas evidencias recientes refuerzan la importancia de la inoculación con HMA en la
producción de plantas in vitro, destacando su papel en la mejora del crecimiento, nutrición y
resistencia de las plántulas durante las fases críticas de aclimatación y vivero (Mora-González et
al., 2021; Universidad de Cienfuegos, 2022; Mogrovejo, 2019; Rodríguez-Pérez et al., 2023;
Fernández-Rodríguez et al., 2024).

Aclimatación de vitroplantas, consideraciones generales

La biotecnología ha permitido la multiplicación masiva in vitro de plantas de genotipos de
alto valor agronómico, incluyendo variedades de gran productividad y especies amenazadas o con
dificultades reproductivas. Sin embargo, estas plantas requieren tratamientos específicos para
adaptarse a las condiciones ex vitro, debido a las diferencias fisiológicas y estructurales entre
ambos entornos (Montes-Cruz et al., 2019; González et al., 2020; Fernández-Rodríguez et al.,
2021).
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 554
La aclimatización es un proceso clave en la propagación vegetal, ya que implica la
adaptación de los organismos a nuevas condiciones ambientales. Este proceso requiere ajustes
morfológicos y fisiológicos derivados del manejo in vitro, los cuales son esenciales para
garantizar el crecimiento y desarrollo óptimos de las plantas en campo (Ramírez-Mosqueda &
Iglesias-Andreu, 2021; López-García et al., 2023).

Durante la aclimatización, las plantas pueden experimentar cambios drásticos en sus
relaciones hídricas, intercambio gaseoso y contenido de ácido abscísico (ABA), afectando su
crecimiento inicial. Estudios han demostrado que en esta etapa las plantas presentan una
disminución en la tasa fotosintética y un crecimiento reducido debido a la baja eficiencia en la
transpiración y absorción de agua. Adicionalmente, el contenido relativo de agua se reduce en los
primeros días tras la transferencia a condiciones ex vitro, afectando la transpiración y la
conductancia estomática. Esto indica que los estomas formados in vitro son funcionales, pero
deben adaptarse progresivamente a la nueva condición ambiental para evitar la deshidratación y
garantizar la supervivencia de la planta (González et al., 2022; Rodríguez-Pérez et al., 2023).

Uno de los avances más importantes en la aclimatización de vitroplantas es la inoculación
con hongos micorrícicos arbusculares (HMA). Investigaciones han demostrado que las plantas
inoculadas con HMA presentan un mejor crecimiento, mayor absorción de nutrientes y una mayor
resistencia al estrés ambiental en comparación con plantas no inoculadas. En el caso de las
vitroplantas de banano, la inoculación con HMA ha favorecido el establecimiento en condiciones
ex vitro, mejorando la biomasa radicular y la eficiencia en la captación de agua y minerales
esenciales (González et al., 2021; Martínez-Campos et al., 2024).

Las interacciones simbióticas entre las plantas y los HMA también desempeñan un papel
fundamental en la regulación fisiológica de la planta durante la transición de in vitro a ex vitro.
La colonización micorrícica induce cambios bioquímicos en las raíces, promoviendo un ajuste
metabólico que permite mejorar la tolerancia a factores ambientales adversos. Estudios han
reportado que las raíces colonizadas por HMA experimentan una mejor integración en el suelo,
facilitando la absorción de fósforo y otros elementos esenciales para el desarrollo vegetal
(Martínez-Rodríguez et al., 2023; Ortega-Guzmán et al., 2024).

Además, la interacción con microorganismos del suelo, como rizobacterias promotoras del
crecimiento vegetal (PGPR), potencia los efectos positivos de las micorrizas. La combinación de
HMA y PGPR ha demostrado inducir la producción de fitohormonas que mejoran el crecimiento
y la resistencia de las plantas al estrés hídrico y salino. Esta sinergia también contribuye a la
regeneración de suelos degradados, incrementando la biodiversidad microbiana y optimizando la
disponibilidad de nutrientes esenciales (Ramírez & Rodríguez, 2022; Mendoza-Ruiz et al., 2024).

Absorción de Nutrientes y Regeneración del Suelo

La interacción micorrízica en la rizosfera del banano juega un papel crucial en la
regeneración del suelo y en la optimización del uso de los nutrientes disponibles. Los HMA
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 555
expanden la zona de absorción de las raíces, facilitando la captación de elementos esenciales como
fósforo, potasio, calcio y magnesio (McGonigle et al., 1990). En suelos degradados por el uso
intensivo de fertilizantes químicos, la inoculación con micorrizas ha demostrado ser una
alternativa eficaz para restaurar la microbiota edáfica y mejorar la estructura del suelo (Ramírez-
Villalba et al., 2024).

Asimismo, la producción de glomalina por parte de los HMA favorece la formación de
agregados estables en el suelo, mejorando su porosidad y capacidad de retención de agua
(Hernández-Castro et al., 2022). Investigaciones recientes han mostrado que el uso de micorrizas
en cultivos de banano puede reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos, disminuyendo la
contaminación ambiental y contribuyendo a la sostenibilidad agroproductiva (Mendoza-Ruiz et
al., 2024).

Perspectivas Futuras y Retos en la Aplicación de Micorrizas en Banano

A pesar de los beneficios ampliamente documentados, la aplicación comercial de
bioinoculantes micorrícicos enfrenta desafíos como la variabilidad en la respuesta de los cultivos
y la falta de acceso a formulaciones comerciales eficientes (Fernández-Rodríguez et al., 2023).
Para superar estas limitaciones, se han desarrollado estrategias innovadoras como la co-
inoculación de HMA con bacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR), lo que ha
demostrado potenciar la efectividad de la simbiosis y mejorar la resistencia de las plantas al estrés
ambiental (Ortega-López et al., 2024).

El desarrollo de biofertilizantes basados en consorcios microbianos representa una
oportunidad para incrementar la eficiencia de los HMA en distintos tipos de suelo agrícola. En
los próximos años, se espera que la biotecnología aplicada a la agricultura impulse el uso de
micorrizas en el cultivo de banano, promoviendo una producción más sustentable y eficiente
(Hagh-Doust et al., 2022).

CONCLUSIÓN

La micorrización en la aclimatización de vitroplantas de banano representa una estrategia
biotecnológica clave para mejorar la supervivencia y el establecimiento de las plantas en
condiciones ex vitro. Diversos estudios han demostrado que la simbiosis con hongos micorrícicos
arbusculares (HMA) favorece la captación de nutrientes esenciales como fósforo, nitrógeno y
micronutrientes, fortaleciendo el crecimiento y la resistencia al estrés ambiental (Camenzind et
al., 2024).

El impacto positivo de la micorrización no solo se traduce en un mejor desempeño
fisiológico de las vitroplantas, sino también en una mayor resiliencia del suelo y en la promoción
de prácticas agrícolas sostenibles. La presencia de HMA en los sistemas radiculares de las plantas
incrementa la diversidad microbiana del suelo, optimizando su estructura y su capacidad de
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retención de agua, factores determinantes en la adaptación de las plantas a entornos menos
controlados (Baert et al., 2018).

Adicionalmente, la combinación de micorrizas con otros microorganismos benéficos, como
rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR), ha mostrado efectos sinérgicos en la
aclimatización de vitroplantas, incrementando la eficiencia fotosintética y la resistencia a
patógenos del suelo. La incorporación de estos consorcios microbianos a los protocolos de
aclimatización podría mejorar la productividad de cultivos comerciales como el banano,
reduciendo la dependencia de insumos químicos y fomentando una producción agrícola más
sostenible (Hagh-Doust et al., 2022).

Si bien se han logrado avances significativos en la implementación de estrategias de
micorrización, aún existen desafíos en la selección de especies de HMA más eficientes y en la
estandarización de métodos de inoculación para diferentes condiciones edafoclimáticas.
Investigaciones futuras deben centrarse en la optimización de estas tecnologías y en la evaluación
a largo plazo de sus impactos agronómicos y ecológicos (Gianinazzi et al., 2010).

La micorrización en la aclimatización de vitroplantas de banano se presenta como una
herramienta clave para garantizar el éxito en la transición de plántulas desde el laboratorio hasta
el campo. Su integración en programas de producción agrícola sostenible no solo contribuirá al
fortalecimiento de los cultivos, sino también a la regeneración de suelos y a la reducción del
impacto ambiental de la agricultura intensiva. Para maximizar su efectividad, es esencial
continuar con estudios que permitan mejorar su aplicación y comprensión en distintos contextos
productivos y ambientales.
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