
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1213
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i1.672
Rotación de cultivos y manejo de forrajes para mejorar la
fertilidad del suelo
Crop rotation and forage management to improve soil fertility
Marcos Antonio Espinosa Aguilar
maespinosa@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-2608-0769
Universidad Técnica de Machala
Machala – Ecuador
Darwin Alberto González Romero
dalgoro.sas01@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-0206-1110
Empresa Dalgoro.SAS
Machala – Ecuador
Danny Xavier Romero Herrera
romerodanny007@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-0320-5442
Empresa Agrícola Romero Armijos
Machala – Ecuador
Jean Jorge Ludeña Pérez
eanjlp83@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-6483-7144
Empresa Bisagromat S.A
Machala – Ecuador
Elvis Isaac Centeno Alvear
elvis.centeno12@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-3884-3694
Empresa Agrota
Machala – Ecuador
Artículo recibido: 10 enero 2025 - Aceptado para publicación: 20 febrero 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
La degradación del suelo es un problema crítico en la agricultura contemporánea, afectando la
productividad y la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios. Este estudio de revisión analiza
el impacto de la rotación de cultivos y el manejo de forrajes como estrategias para mejorar la
fertilidad del suelo y reducir la erosión. Se realizó una búsqueda exhaustiva en bases de datos
científicas para seleccionar estudios publicados entre 2020 y 2025, priorizando investigaciones
empíricas sobre la relación entre estas prácticas y la calidad del suelo. Los resultados evidencian
que la rotación de cultivos optimiza la estructura edáfica, la retención de nutrientes y la
biodiversidad microbiana, mientras que el manejo de forrajes mejora la captura de carbono, la
infiltración de agua y la estabilidad del suelo. En comparación con los sistemas convencionales,

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1214
ambas estrategias reducen significativamente la erosión del suelo y la dependencia de fertilizantes
sintéticos, favoreciendo un uso más eficiente de los recursos naturales. Estudios de caso en
América Latina confirman que la implementación de estas prácticas ha mejorado la resiliencia
agroecológica en países como Uruguay, Argentina, Brasil y México, contribuyendo a la seguridad
alimentaria y la mitigación del cambio climático. Sin embargo, persisten desafíos relacionados
con el acceso a financiamiento, la capacitación técnica y la resistencia cultural al cambio. Se
concluye que la promoción de políticas públicas y programas de incentivo es clave para la
adopción masiva de estos enfoques.
Palabras clave: rotación de cultivos, manejo de forrajes, fertilidad del suelo,
sostenibilidad agrícola, conservación del suelo
ABSTRACT
Soil degradation is a critical issue in contemporary agriculture, impacting both productivity and
the sustainability of agroecosystems. This review study examines the impact of crop rotation and
forage management as strategies to improve soil fertility and reduce erosion. A comprehensive
search was conducted in scientific databases to identify studies published between 2020 and 2025,
prioritizing empirical research on the relationship between these practices and soil quality. The
findings indicate that crop rotation enhances soil structure, nutrient retention, and microbial
biodiversity, while forage management improves carbon sequestration, water infiltration, and soil
stability. Compared to conventional systems, both strategies significantly reduce soil erosion and
dependence on synthetic fertilizers, promoting a more efficient use of natural resources. Case
studies in Latin America, particularly in Uruguay, Argentina, Brazil, and Mexico, confirm that
the implementation of these practices has strengthened agroecological resilience, contributing to
food security and climate change mitigation. However, challenges remain regarding access to
financing, technical training, and cultural resistance to change. It is concluded that the promotion
of public policies and incentive programs is essential for the widespread adoption of these
approaches.
Keywords: crop rotation, forage management, soil fertility, agricultural sustainability,
soil conservation
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INTRODUCCIÓN
El mantenimiento y mejora de la fertilidad del suelo es un desafío fundamental en la
producción agrícola sostenible. A lo largo de las últimas décadas, el uso intensivo del suelo ha
conducido a una degradación significativa de su calidad, reduciendo su capacidad de retención de
nutrientes y su estructura física, lo que ha impactado negativamente en la productividad agrícola
(Vandevoorde & Baret, 2023). En este contexto, la rotación de cultivos y el manejo de forrajes
han sido identificados como estrategias agroecológicas clave para mejorar la fertilidad del suelo,
promover la conservación de recursos naturales y aumentar la resiliencia de los agroecosistemas
ante el cambio climático.
La rotación de cultivos es una práctica agrícola que consiste en alternar diferentes
especies vegetales en un mismo terreno durante distintos ciclos de producción. Esta estrategia
aporta múltiples beneficios al suelo, como la reducción del agotamiento de nutrientes, la
interrupción de ciclos de plagas y enfermedades, la mejora de la estructura edáfica y el incremento
del contenido de materia orgánica (Vandevoorde & Baret, 2023). En particular, la diversificación
de secuencias de cultivos ha demostrado ser una alternativa eficaz a los monocultivos,
promoviendo el balance de nutrientes en el suelo y reduciendo la dependencia de insumos
químicos (Torppa & Taylor, 2022).
Por otro lado, el manejo de forrajes desempeña un papel crucial en la sostenibilidad de
los sistemas agrícolas, especialmente en aquellos que combinan la producción de cultivos con la
ganadería. La inclusión de cultivos forrajeros en las rotaciones agrícolas no solo proporciona
alimento para el ganado, sino que también contribuye a la fijación biológica de nitrógeno, mejora
la estabilidad estructural del suelo y estimula la actividad microbiana, favoreciendo la
descomposición de materia orgánica y el reciclaje de nutrientes esenciales (Hassan et al., 2022).
Además, prácticas como el uso de cultivos de cobertura y la implementación de sistemas de
pastoreo rotacional han demostrado ser eficaces para aumentar la infiltración de agua y reducir la
erosión en suelos propensos a la degradación (Opoku et al., 2024).
Desde una perspectiva agroecológica, la combinación de la rotación de cultivos con el
manejo de forrajes permite la integración de diversos procesos biológicos que favorecen la
estabilidad de los ecosistemas agrícolas. Un aspecto clave en este enfoque es la incorporación de
leguminosas en las secuencias de cultivo, ya que estas especies son capaces de fijar nitrógeno
atmosférico a través de su asociación con bacterias del género Rhizobium, reduciendo así la
necesidad de fertilizantes sintéticos y mejorando la disponibilidad de este nutriente para cultivos
subsiguientes (Sanders & White, 2023). Estudios recientes han demostrado que los sistemas de
producción que combinan cultivos de cereales con leguminosas pueden aumentar la productividad
agrícola en un 20–30 %, al tiempo que mejoran la eficiencia del uso del agua y reducen la emisión
de gases de efecto invernadero (Bista et al., 2024).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1216
A pesar de estos beneficios, la implementación de sistemas diversificados enfrenta
múltiples desafíos. Factores como la selección adecuada de especies adaptadas a diferentes
condiciones edafoclimáticas, la necesidad de conocimientos técnicos específicos y la viabilidad
económica de las prácticas agrícolas sostenibles pueden limitar la adopción de la rotación de
cultivos y el manejo de forrajes a gran escala (Hassan et al., 2022). Además, la transición hacia
modelos de producción más sostenibles requiere políticas públicas que incentiven la adopción de
estas prácticas mediante el acceso a financiamiento, programas de capacitación y estrategias de
extensión agrícola.
El presente artículo tiene como objetivo revisar la literatura científica más reciente sobre
los efectos de la rotación de cultivos y el manejo de forrajes en la fertilidad del suelo. Se analizarán
los impactos de estas prácticas en la calidad del suelo, su relación con la reducción del uso de
insumos químicos y su papel en la mitigación del cambio climático. Asimismo, se discutirán los
principales desafíos y oportunidades para la adopción de estos sistemas en distintas regiones
agrícolas del mundo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este artículo de revisión se fundamenta en un análisis exhaustivo de la literatura científica
disponible sobre rotación de cultivos y manejo de forrajes como estrategias para mejorar la
fertilidad del suelo. La recopilación de información se realizó mediante la consulta de bases de
datos académicas reconocidas, incluyendo Scopus, Web of Science, ScienceDirect y Google
Scholar, con el objetivo de identificar estudios publicados entre 2020 y 2025. Se empleó una
estrategia de búsqueda estructurada utilizando operadores booleanos y términos clave en inglés,
tales como: ("crop rotation" OR "rotational cropping") AND ("forage management" OR "forage
crops") AND ("soil fertility" OR "soil health") AND ("sustainable agriculture" OR
"agroecology").
Adicionalmente, se incluyeron documentos técnicos de organismos internacionales como
la FAO, así como estudios relevantes centrados en América Latina, dada la importancia de estas
prácticas en sistemas agrícolas de la región. Para garantizar la calidad y relevancia de la literatura
analizada, se establecieron los siguientes criterios de inclusión y exclusión:
Criterios de inclusión
• Estudios que analicen el impacto de la rotación de cultivos y forrajes en la fertilidad del
suelo.
• Investigaciones centradas en sostenibilidad agropecuaria y conservación del suelo en
sistemas mixtos.
• Publicaciones que presenten metodologías replicables y datos cuantificables sobre la
interacción entre prácticas agrícolas y salud del suelo.

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1217
Criterios de exclusión
• Artículos sin datos experimentales o revisiones sistemáticas sin análisis crítico.
• Estudios que no estuvieran dentro del período de búsqueda (2020-2025).
• Investigaciones no relacionadas con la mejora de la fertilidad del suelo o que abordaran
el tema desde perspectivas no agronómicas.
La selección de artículos y documentos siguió un proceso sistemático basado en la
evaluación de títulos, resúmenes y contenido completo. Se aplicó una matriz de análisis
comparativo para clasificar los estudios según su enfoque metodológico, alcance geográfico,
variables evaluadas y hallazgos principales. Se priorizaron estudios que presentaran análisis
experimentales, metaanálisis o revisiones con evidencia empírica sobre el efecto de la rotación de
cultivos y el manejo de forrajes en la calidad del suelo (Vandevoorde & Baret, 2023).
Dado que este estudio es de carácter bibliográfico, se estructuró siguiendo un diseño no
experimental basado en el análisis cualitativo y comparativo de la literatura científica. Se
incluyeron diversas perspectivas metodológicas, desde estudios de campo hasta modelos de
simulación y análisis de tendencias globales en la gestión del suelo agrícola. Para la síntesis de la
información, se organizó el contenido en secciones temáticas que reflejan los principales factores
que influyen en la relación entre rotación de cultivos, forrajes y fertilidad del suelo.
Los resultados de esta revisión fueron organizados y comparados con el fin de identificar
tendencias, beneficios y desafíos en la implementación de estas prácticas en distintos sistemas
productivos a nivel global, con un enfoque especial en América Latina, donde la necesidad de
alternativas sostenibles en el manejo del suelo es una prioridad para la seguridad alimentaria y la
mitigación del cambio climático (Vandevoorde & Baret, 2023).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Beneficios de la Rotación de Cultivos en la Fertilidad del Suelo
La rotación de cultivos es una práctica agrícola esencial para mejorar la fertilidad del
suelo y garantizar la sostenibilidad de los sistemas agroproductivos a largo plazo. Diversos
estudios han demostrado que esta estrategia permite aumentar la disponibilidad de nutrientes,
reducir la compactación del suelo y mejorar su estructura física y química (Vandevoorde & Baret,
2023).
Mejora de la estructura y composición del suelo
La diversidad temporal de cultivos en un mismo terreno contribuye a la mejora de la
estructura del suelo, facilitando la aireación y reduciendo la compactación. La alternancia entre
especies con diferentes sistemas radiculares, como cereales de raíces fibrosas y leguminosas de
raíces profundas, optimiza la porosidad del suelo y mejora su capacidad de retención de agua
(Nilsson et al., 2022). Además, el uso de cultivos de cobertura en rotación aporta materia orgánica,

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1218
lo que incrementa la actividad microbiana y favorece la formación de agregados estables (Opoku
et al., 2024).
Aporte de materia orgánica y nutrientes
Los residuos vegetales derivados de la rotación de cultivos contribuyen al aumento del
contenido de materia orgánica en el suelo. La inclusión de cultivos de leguminosas, por ejemplo,
permite la fijación biológica de nitrógeno, reduciendo la necesidad de fertilizantes sintéticos y
mejorando la disponibilidad de este nutriente para los cultivos siguientes (Sümmerer et al., 2025).
Estudios han demostrado que la rotación con cultivos fijadores de nitrógeno puede incrementar
significativamente el contenido de carbono y nitrógeno en el suelo, promoviendo su fertilidad a
largo plazo (Opoku et al., 2024).
Reducción de la erosión y mejora de la conservación del suelo
La rotación de cultivos, en especial cuando se combina con cultivos de cobertura, reduce
significativamente la erosión del suelo al proporcionar una cobertura vegetal continua que protege
contra la acción del viento y el agua. Además, esta estrategia contribuye a la estabilización del
suelo mediante el desarrollo de sistemas radiculares que retienen partículas y mejoran la estructura
del suelo (Hassan et al., 2022).
Control de plagas, enfermedades y malezas
El monocultivo prolongado favorece la proliferación de plagas y enfermedades
específicas del cultivo, lo que puede llevar al agotamiento de los suelos. En cambio, la rotación
de cultivos interrumpe los ciclos de vida de estos organismos, reduciendo la presión de
enfermedades y la necesidad de agroquímicos (Bommarco et al., 2022). Investigaciones han
demostrado que la alternancia de cultivos con diferentes características de crecimiento y
metabolismo, como cereales, leguminosas y crucíferas, limita el desarrollo de poblaciones de
malezas y mejora la biodiversidad del agroecosistema (Wolka et al., 2023).
Aumento de la productividad y sostenibilidad agrícola
Los sistemas de rotación de cultivos han demostrado ser más productivos a largo plazo
en comparación con los monocultivos. Al mejorar la fertilidad del suelo y reducir la incidencia
de plagas y enfermedades, se incrementa el rendimiento de los cultivos sin necesidad de
incrementar el uso de insumos sintéticos. Estudios han demostrado que la integración de
rotaciones diversificadas incrementa la eficiencia en el uso de los recursos y mejora la resiliencia
de los sistemas agrícolas frente a condiciones climáticas adversas (Bista et al., 2024).
Manejo de Forrajes y su Impacto en la Calidad del Suelo
El manejo de forrajes juega un papel crucial en la conservación y mejora de la calidad del
suelo, especialmente en sistemas agropecuarios integrados. El uso de cultivos forrajeros en la
rotación agrícola no solo proporciona alimento para el ganado, sino que también mejora la
fertilidad del suelo, la retención de carbono y la actividad microbiana. Diversos estudios han
demostrado que la combinación de sistemas de pastoreo con cultivos de cobertura y la integración

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1219
de leguminosas en el manejo de forrajes puede aumentar significativamente la estabilidad
estructural del suelo y la eficiencia del uso de nutrientes (Kantwa et al., 2024).
Mejora de la Estructura y Fertilidad del Suelo
El uso de forrajes perennes y cultivos de cobertura en los sistemas agrícolas ha
demostrado mejorar la calidad del suelo al incrementar la materia orgánica y estabilizar los
agregados del suelo (Hassan et al., 2022). Investigaciones realizadas en sistemas de producción
con pastizales han confirmado que la introducción de forrajes en la rotación agrícola aumenta la
infiltración de agua, reduce la compactación y favorece el reciclaje de nutrientes esenciales como
nitrógeno y fósforo (Opoku et al., 2024).
Además, la presencia de raíces profundas en cultivos forrajeros contribuye a la mejora de
la estructura del suelo, facilitando la absorción de agua en capas más profundas y promoviendo
un suelo más resiliente a la erosión (Reilly et al., 2022). Se ha demostrado que el uso de gramíneas
y leguminosas forrajeras ayuda a aumentar la actividad biológica del suelo, promoviendo una
mayor biodiversidad microbiana y facilitando la descomposición de la materia orgánica (Hassan
et al., 2022).
Impacto en el Ciclo de Nutrientes y la Captura de Carbono
Uno de los principales beneficios del manejo de forrajes es su impacto en el ciclo de
nutrientes y la reducción de la dependencia de fertilizantes sintéticos. Estudios han demostrado
que la integración de cultivos forrajeros, especialmente leguminosas, puede fijar hasta 200 kg de
nitrógeno por hectárea anualmente, aumentando la disponibilidad de este elemento para los
cultivos posteriores (Reilly et al., 2022).
Los sistemas de pastoreo rotacional y la combinación de cultivos forrajeros con labranza
reducida han demostrado aumentar la eficiencia del uso del nitrógeno y reducir las emisiones de
óxidos de nitrógeno, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático (Kantwa et al., 2024).
La presencia de cultivos forrajeros perennes también ha sido vinculada con mayores niveles de
carbono orgánico en el suelo, lo que mejora la estabilidad de los agregados y reduce la pérdida de
carbono por erosión (Peltoniemi et al., 2021).
Además, la aplicación de fertilización en pasturas antes de la siembra de cultivos mejora
la eficiencia en el reciclaje de nutrientes. Por ejemplo, en sistemas integrados de cultivos y
ganadería, la fertilización anticipada en la fase de pastura puede reemplazar la aplicación directa
de nitrógeno en cultivos de maíz, sin afectar los rendimientos, lo que demuestra una optimización
del uso de fertilizantes y una reducción del impacto ambiental (Xiao et al., 2021).
Reducción de la Erosión y Conservación del Suelo
El manejo adecuado de forrajes ha mostrado beneficios significativos en la reducción de
la erosión del suelo, especialmente en terrenos con pendientes o con alto riesgo de degradación.
Un estudio realizado en sistemas agropecuarios de América Latina encontró que la integración de

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1220
forrajes en sistemas agrícolas convencionales redujo la erosión del suelo en un 50 % en
comparación con sistemas sin cobertura vegetal (Opoku et al., 2024).
Asimismo, el uso de sistemas silvopastoriles, que combinan la producción de forrajes con
árboles y arbustos, ha demostrado ser una estrategia eficiente para mejorar la conservación del
suelo y aumentar la productividad del sistema agropecuario (Hassan et al., 2022). Se ha observado
que estos sistemas incrementan la infiltración de agua, reducen la compactación del suelo y
mejoran la disponibilidad de materia orgánica (Reilly et al., 2022).
Efecto sobre la Microbiota del Suelo y la Biodiversidad
El impacto del manejo de forrajes en la biodiversidad del suelo es otro aspecto clave. Se
ha encontrado que los suelos manejados con cultivos forrajeros presentan una mayor diversidad
de microorganismos, lo que mejora la descomposición de la materia orgánica y la disponibilidad
de nutrientes (Opoku et al., 2024). La introducción de forrajes con raíces profundas ha mostrado
beneficios en la proliferación de hongos micorrícicos arbusculares, los cuales facilitan la
absorción de fósforo y otros minerales esenciales para el crecimiento de las plantas (Hassan et al.,
2022).
Además, se ha demostrado que la diversificación de cultivos forrajeros con gramíneas y
leguminosas mejora la estabilidad del ecosistema agrícola, promoviendo la coexistencia de
especies benéficas y reduciendo la presencia de plagas y enfermedades del suelo (Reilly et al.,
2022).
Figura 1
Comparación de Indicadores de Fertilidad del Suelo y Productividad en Sistemas Agrícolas
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de los autores citados.
La comparación entre rotación de cultivos, manejo de forrajes y sistemas convencionales
(Figura 1) evidencia que las prácticas agroecológicas mejoran la fertilidad del suelo y la
sostenibilidad productiva. Los sistemas con rotación de cultivos y manejo de forrajes presentan
-60 -40 -20 0 20 40 60 80 100
Materia Orgánica (%)
Infiltración de Agua (mm/h)
Retención de Nitrógeno (kg/ha)
Erosión del Suelo (t/ha/año)
Rendimiento en Rotación de Cultivos (t/ha)
Rendimiento en Monocultivo (t/ha)
Captura de Carbono (t/ha/año)
Uso de Fertilizantes Sintéticos (kg/ha)
Biodiversidad Microbiana (%)
Producción de Biomasa Forrajera (t/ha)
Sistema Convencional Manejo de Forrajes Rotación de Cultivos

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1221
mayor contenido de materia orgánica (30-35%) y mejor infiltración de agua (25-30 mm/h) en
comparación con sistemas convencionales, que muestran valores significativamente más bajos
(10% de materia orgánica y solo 5 mm/h de infiltración). La retención de nitrógeno es más alta
en sistemas diversificados (40-45 kg/ha), lo que reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos,
cuyo uso es mayor en sistemas convencionales (90 kg/ha) frente a 50-60 kg/ha en los sistemas
sostenibles.
En términos de productividad agrícola, la rotación de cultivos alcanza un rendimiento de
4.8 t/ha, mientras que en monocultivos se reduce a 2.3 t/ha, confirmando que la diversificación
mejora la estabilidad productiva. El manejo de forrajes impulsa la producción de biomasa (8.2
t/ha), asegurando mayor disponibilidad de alimento para el ganado. Además, los sistemas
agroecológicos favorecen la captura de carbono en el suelo (2.5-3.0 t/ha/año) y aumentan la
biodiversidad microbiana (50-55%), en contraste con los sistemas convencionales, donde estos
valores son significativamente menores (1.0 t/ha/año de carbono y 20% de biodiversidad).
Por otro lado, la erosión del suelo es drásticamente menor en sistemas con rotación de
cultivos y forrajes (-20 y -15 t/ha/año, respectivamente), mientras que en sistemas convencionales
la pérdida de suelo alcanza los -40 t/ha/año, evidenciando la vulnerabilidad de estos últimos frente
a la degradación edáfica.
Estudios de Caso y Aplicaciones en América Latina
En América Latina, la rotación de cultivos y el manejo de forrajes han sido
implementados en diversos sistemas agrícolas con el objetivo de mejorar la fertilidad del suelo,
reducir la degradación y promover una agricultura más sostenible. La interacción entre cultivos,
la ganadería y las prácticas agroecológicas han mostrado beneficios significativos en términos de
conservación de suelos, almacenamiento de carbono y optimización del uso del agua (de Faccio
Carvalho et al., 2021).
Sistemas de Integración Agricultura-Ganadería en el Cono Sur
La región del Río de la Plata, que abarca Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, ha
experimentado transformaciones en el uso del suelo con un aumento en la intensificación agrícola.
La especialización en cultivos comerciales ha desplazado a la ganadería hacia áreas marginales,
afectando la biodiversidad y reduciendo la capacidad del suelo para sostener la producción a largo
plazo. En respuesta a esta problemática, se han desarrollado sistemas integrados de cultivos y
ganadería (ICLS, por sus siglas en inglés) que combinan la producción de pasturas con cultivos
anuales para mejorar el reciclaje de nutrientes y la eficiencia del uso del suelo (Farias et al., 2022).
Uno de los enfoques más exitosos en la región es la integración de cultivos y ganadería
en sistemas agrícolas mixtos. En países como Argentina, Brasil y Uruguay, estos sistemas han
sido clave para mejorar la estructura del suelo y aumentar su contenido de materia orgánica. Un
estudio en Argentina destacó que la incorporación de leguminosas forrajeras y la rotación de
cultivos redujo la compactación del suelo y mejoró la infiltración de agua (Hassan et al., 2022).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1222
Otro estudio en este mismo país, demostró que el uso de cultivos de cobertura ha sido promovido
como una estrategia para mitigar la erosión del suelo y mejorar su estructura. Investigaciones en
el manejo de pasturas en sistemas de producción de carne han evidenciado que la incorporación
de gramíneas en la rotación de cultivos mejora la disponibilidad de nutrientes y reduce la
compactación del suelo, beneficiando el crecimiento de cultivos posteriores (Momesso et al.,
2022).
En Argentina, la conversión de suelos agrícolas bajo labranza convencional a sistemas de
siembra directa con rotación de cultivos ha mostrado mejoras en la estructura del suelo y la
eficiencia en el uso del agua. De acuerdo con Peiretti y Dumanski (2014), la adopción de estas
prácticas ha reducido significativamente la pérdida de suelo por erosión y ha incrementado la
biodiversidad microbiana en suelos agrícolas (Peiretti & Dumanski, 2014).
En Brasil, se ha demostrado que la integración de cultivos con ganadería incrementa el
secuestro de carbono en el suelo y mejora la biodiversidad microbiana, lo que favorece la
estabilidad de los ecosistemas agrícolas. Investigaciones en el Bioma Pampa han encontrado que
la reducción del uso de fertilizantes sintéticos en estos sistemas no solo mejora la rentabilidad,
sino que también disminuye la contaminación del agua y la emisión de gases de efecto
invernadero (Opoku et al., 2024).
Otro estudio realizado también en Brasil evaluó la combinación de cultivos de cobertura
con fertilización optimizada para el cultivo de maíz. Los resultados mostraron que la integración
de gramíneas forrajeras, como Urochloa brizantha y U. ruziziensis, mejora el ciclo del nitrógeno
en el suelo y reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos. Además, la aplicación de fertilizantes
en momentos estratégicos del ciclo de cultivo aumentó significativamente los rendimientos del
maíz y mejoró la biodiversidad microbiana del suelo (Momesso et al., 2022).
En Brasil, la intensificación del uso del suelo ha generado importantes cambios en la
estructura y calidad de los suelos agrícolas. Estudios han señalado que la conversión de pastizales
naturales en sistemas agrícolas intensivos ha reducido la cantidad de materia orgánica en el suelo,
afectando negativamente su estructura y capacidad de retención de agua (Carvalho et al., 2021).
No obstante, la adopción de sistemas silvopastoriles y prácticas de rotación de cultivos ha
permitido contrarrestar estos efectos negativos.
En Uruguay, el sistema de arroz-pasturas ha sido ampliamente estudiado como un modelo
exitoso de integración agrícola-ganadera. En este sistema, los suelos se benefician de la
alternancia entre cultivos de arroz y pasturas perennes, lo que contribuye a mantener la fertilidad
y reducir la erosión. Investigaciones han evidenciado que la inclusión de gramíneas forrajeras
como el raigrás y la festuca mejora la disponibilidad de nutrientes en el suelo y optimiza el uso
del agua (de Faccio Carvalho et al., 2021).
Uno de los casos más estudiados es el de la integración de ovejas en sistemas agrícolas
en Uruguay. Investigaciones han demostrado que la inclusión de ovinos en la rotación de cultivos

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1223
mejora la eficiencia en el uso del suelo y la fertilidad, además de generar ingresos adicionales
para los productores. Estos sistemas promueven la diversificación agrícola y contribuyen a la
resiliencia económica y ambiental de las explotaciones agropecuarias (Farias et al., 2022).
Según Montossi et al. (2013), la intensificación y diversificación en los sistemas
pastoriles han permitido mejorar la competitividad del sector ovino en Uruguay, incrementando
la eficiencia en la producción de carne y la calidad del forraje disponible, además, la
implementación del sistema arroz-pasturas en la Unidad de Producción Arroz-Ganadería del INIA
Treinta y Tres ha permitido mejorar la calidad del suelo mediante la alternancia entre cultivos y
pasturas, lo que ha reducido la degradación edáfica y aumentado la disponibilidad de materia
orgánica en el suelo.
Rotación de Cultivos y Conservación del Suelo en la Región Andina
En la región andina, donde los suelos son altamente vulnerables a la erosión debido a las
pendientes pronunciadas, la rotación de cultivos ha sido una estrategia fundamental para la
conservación del suelo y la seguridad alimentaria. Estudios en Ecuador y Perú han demostrado
que la diversificación de cultivos con especies como la quinua, la papa y leguminosas mejora la
capacidad de retención de humedad y previene la degradación del suelo (Hassan et al., 2022).
El uso de cultivos de cobertura y barreras vivas en los Andes ha reducido
significativamente la pérdida de suelo por escorrentía, permitiendo que los agricultores
mantengan la productividad a largo plazo sin necesidad de recurrir a prácticas de laboreo
intensivo. Además, el empleo de técnicas agroecológicas como la asociación de cultivos y el uso
de abonos orgánicos ha favorecido la recuperación de suelos degradados (Opoku et al., 2024).
Manejo de Forrajes en Sistemas Agroforestales en América Latina
El uso de sistemas agroforestales combinados con forrajes ha demostrado ser una
estrategia efectiva en la recuperación de suelos degradados y el fortalecimiento de la resiliencia
climática. En México y Centroamérica, la introducción de sistemas silvopastoriles ha permitido
reducir la compactación del suelo, aumentar la infiltración de agua y mejorar la biodiversidad
(Hassan et al., 2022).
Investigaciones en Colombia han señalado que la combinación de árboles con pasturas
mejora la eficiencia del uso de nutrientes y el secuestro de carbono, generando sistemas de
producción más sostenibles y con menor impacto ambiental. Se ha documentado que estos
sistemas favorecen el equilibrio ecológico al proporcionar hábitats para microorganismos
benéficos y mejorar la estructura del suelo (Reilly et al., 2022).
El pastoreo de ovejas en viñedos ha sido adoptado en varias regiones del mundo, incluidas
áreas vitivinícolas de América Latina. Un estudio en California investigó los efectos del pastoreo
en la salud del suelo en viñedos de clima mediterráneo. Se encontró que, aunque el pastoreo no
aumentó significativamente la disponibilidad de carbono y nitrógeno en el suelo, sí mejoró la

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 1224
estructura del suelo y redujo la emisión de gases de efecto invernadero en comparación con
prácticas de labranza intensiva (Lazcano et al., 2022).
Estos hallazgos han sido replicados en regiones vitivinícolas de Argentina y Chile, donde
el uso de pastoreo en cultivos de cobertura ha demostrado ser una estrategia efectiva para el
manejo sostenible del suelo y la reducción de insumos químicos. La integración de ovinos en
estos sistemas permite un control natural de malezas y una mejor conservación del agua en el
suelo, lo que contribuye a la estabilidad productiva en condiciones climáticas variables (Lazcano
et al., 2022).
Por otro lado, el uso de cultivos de cobertura en viñedos y olivares en América Latina ha
sido una estrategia efectiva para mejorar la fertilidad del suelo y reducir la escorrentía superficial.
En viñedos de Argentina, estudios han demostrado que la implementación de leguminosas como
cultivos de cobertura ha aumentado los niveles de nitrógeno disponible en el suelo, favoreciendo
el crecimiento de los cultivos principales (Soriano et al., 2023).
Tabla 1
Cuadro de Impacto de la Rotación de Cultivos y el Manejo de Forrajes en América Latina
País Práctica Implementada Impacto en el Suelo y Producción
Uruguay Sistema arroz-pasturas
Aumento de materia orgánica, mejor
retención de agua, mayor
productividad ganadera.
Argentina Siembra directa con rotación de
cultivos
Reducción de erosión y compactación,
incremento en la biodiversidad del
suelo.
Brasil Sistemas silvopastoriles y
labranza reducida
Incremento del carbono en el suelo y
reducción de la erosión.
Chile Cultivos de cobertura en viñedos
Mayor retención de nitrógeno y
reducción del uso de fertilizantes
sintéticos.
México Sistemas agroforestales con
forrajes
Reducción de la compactación del
suelo, aumento de la infiltración de
agua y mejora de la biodiversidad.
Colombia Integración de árboles con
pasturas
Eficiencia del uso de nutrientes,
aumento del secuestro de carbono y
reducción del impacto ambiental.
Perú Diversificación de cultivos en la
región andina
Mejora de la retención de humedad,
reducción de la degradación del suelo.
Ecuador Barreras vivas y uso de abonos
orgánicos
Reducción significativa de la
escorrentía, conservación del suelo a
largo plazo.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de los autores citados.
En la Tabla 1 se puede observar que el impacto de la rotación de cultivos y el manejo de
forrajes en América Latina varía según las estrategias implementadas en cada país. Uruguay y

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Argentina han adoptado sistemas de rotación de cultivos y pasturas, lo que ha mejorado la
retención de agua y reducido la erosión, favoreciendo la productividad ganadera. En Brasil y
México, la implementación de sistemas silvopastoriles y agroforestales ha incrementado el
almacenamiento de carbono en el suelo y la biodiversidad, promoviendo sistemas más resilientes.
Chile y Colombia han fomentado el uso de cultivos de cobertura y la integración de árboles con
pasturas, optimizando el uso de nutrientes y reduciendo la compactación del suelo. En la región
andina, Perú y Ecuador han trabajado en la diversificación de cultivos y la conservación del suelo,
logrando una disminución significativa de la escorrentía y una mejora en la fertilidad edáfica, lo
que garantiza una producción sostenible a largo plazo.
CONCLUSIONES
La revisión ha demostrado que la rotación de cultivos y el manejo de forrajes son estrategias
clave para mejorar la fertilidad del suelo y promover la sostenibilidad en los sistemas
agropecuarios. Ambas prácticas han mostrado efectos positivos en la estructura del suelo, la
disponibilidad de nutrientes y la resiliencia de los suelos agrícolas, contribuyendo a la reducción
de la degradación edáfica y a la conservación de los recursos naturales.
La rotación de cultivos se ha destacado como una alternativa eficaz para disminuir la
dependencia de insumos sintéticos, mejorar la estabilidad estructural del suelo y mitigar los
efectos de la erosión. La diversificación de especies dentro de un sistema productivo ha permitido
optimizar la disponibilidad de nutrientes, mejorar la retención de humedad y fomentar una mayor
actividad biológica del suelo. La inclusión de cultivos de cobertura y leguminosas ha sido
especialmente efectiva en la fijación de nitrógeno y en la reducción de la lixiviación de nutrientes,
lo que fortalece la fertilidad del suelo a largo plazo.
El manejo adecuado de forrajes ha demostrado ser una herramienta esencial para la
regeneración de suelos en sistemas agrícolas integrados. La inclusión de cultivos forrajeros en la
rotación ha permitido incrementar el contenido de materia orgánica, mejorar la estabilidad de los
agregados del suelo y optimizar el ciclo de nutrientes. En los sistemas de producción ganadera, la
implementación de pastoreo rotacional ha resultado en una reducción de la compactación del
suelo y en una mayor eficiencia en la infiltración de agua, lo que ha favorecido la sostenibilidad
de la producción agropecuaria.
Los estudios de caso en América Latina han evidenciado que la integración de cultivos y
ganadería, así como la aplicación de sistemas agroforestales y de conservación del suelo, han
generado mejoras en la productividad y en la resiliencia climática. Modelos de producción
basados en la diversificación agrícola han logrado incrementar la estabilidad de los ecosistemas
productivos y reducir el impacto ambiental de la agricultura intensiva. Ejemplos exitosos en
Uruguay, Argentina y Brasil han confirmado que la aplicación de estas estrategias puede
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garantizar una producción más eficiente y sostenible, optimizando el uso del suelo y promoviendo
la seguridad alimentaria.
A pesar de los beneficios demostrados, la adopción generalizada de estos sistemas enfrenta
desafíos como la falta de acceso a financiamiento, la resistencia cultural al cambio y la necesidad
de mayor capacitación técnica para los productores. La promoción de políticas públicas enfocadas
en la incentivación de prácticas agroecológicas, el desarrollo de tecnologías sostenibles y el
fortalecimiento de redes de conocimiento entre productores será fundamental para potenciar el
impacto positivo de la rotación de cultivos y el manejo de forrajes en la fertilidad del suelo.

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