
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2470
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i1.753
Toxicología de Micotoxinas en la Producción Animal:
Estrategias de Mitigación y Nuevas Alternativas Terapéuticas
Mycotoxin Toxicology in Animal Production: Mitigation Strategies and New
Therapeutic Alternatives
Dioselina Esmeralda Pimbosa Ortiz
dpimbosa@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-6146-1845
Universidad Técnica de Machala
Machala – Ecuador
Juan Sebastián Escaleras Córdova
juanescaleras2020@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-7065-3803
Universidad Técnica de Machala
Machala – Ecuador
Artículo recibido: 10 enero 2025 - Aceptado para publicación: 20 febrero 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
Las micotoxinas son metabolitos tóxicos producidos por hongos filamentosos como Aspergillus,
Fusarium y Penicillium, que contaminan los alimentos destinados a la producción animal. Su
presencia en piensos representa un problema significativo, afectando la salud de los animales y
comprometiendo la seguridad alimentaria. Los efectos adversos incluyen inmunosupresión,
toxicidad hepática y renal, reducción del crecimiento y alteraciones reproductivas. Esta revisión
sistemática analiza estrategias de mitigación y nuevas alternativas terapéuticas. Los métodos
físicos, como el almacenamiento seguro y el tratamiento térmico, han demostrado ser efectivos
en la reducción de micotoxinas. Los métodos químicos, incluyendo adsorbentes como arcillas y
zeolitas, reducen la biodisponibilidad de estas toxinas. Además, los métodos biológicos, como el
uso de microorganismos probióticos (Lactobacillus, Bacillus) y enzimas degradadoras, han
mostrado resultados prometedores. Las nuevas estrategias incluyen el uso de antioxidantes como
curcumina y resveratrol, que reducen el estrés oxidativo, y la ingeniería genética aplicada en
cultivos y animales para mejorar la resistencia a micotoxinas. Sin embargo, persisten desafíos en
la implementación de normativas y la variabilidad en la contaminación de alimentos. Se
recomienda continuar con investigaciones que optimicen estos enfoques para mejorar la seguridad
alimentaria y la salud animal.
Palabras clave: micotoxinas, producción animal, estrategias de mitigación,
biotecnología, probióticos

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2471
ABSTRACT
Mycotoxins are toxic metabolites produced by filamentous fungi such as Aspergillus, Fusarium,
and Penicillium, which contaminate feed intended for animal production. Their presence in
animal feed represents a significant issue, affecting animal health and compromising food safety.
Adverse effects include immunosuppression, hepatic and renal toxicity, growth reduction, and
reproductive disorders. This systematic review analyzes mitigation strategies and new therapeutic
alternatives. Physical methods, such as proper storage and thermal treatment, have proven
effective in reducing mycotoxins. Chemical methods, including adsorbents like clays and zeolites,
decrease the bioavailability of these toxins. Additionally, biological methods, such as the use of
probiotic microorganisms (Lactobacillus, Bacillus) and detoxifying enzymes, have shown
promising results. New strategies include the use of antioxidants such as curcumin and resveratrol,
which reduce oxidative stress, and genetic engineering applied to crops and animals to enhance
resistance to mycotoxins. However, challenges remain in the implementation of regulations and
the variability of feed contamination. Further research is recommended to optimize these
approaches to improve food safety and animal health.
Keywords: mycotoxins, animal production, mitigation strategies, biotechnology, probiotics
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licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.

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INTRODUCCIÓN
Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por hongos filamentosos que
contaminan materias primas utilizadas en la alimentación animal, representando un problema
significativo en la producción pecuaria a nivel mundial. Estas toxinas, generadas principalmente
por especies de Aspergillus, Fusarium y Penicillium, afectan la calidad del alimento, la salud de
los animales y, en consecuencia, la seguridad de los productos derivados destinados al consumo
humano (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins, 2025). La exposición crónica a micotoxinas
en los animales de producción puede generar una amplia gama de efectos adversos, que incluyen
inmunosupresión, reducción de la eficiencia alimenticia, problemas reproductivos y mayor
susceptibilidad a enfermedades infecciosas, además de afectar la integridad de los productos
cárnicos y lácteos (Review--Mycotoxins-in-ruminant-livestock-production, 2024).
En los últimos años, el impacto económico y sanitario de las micotoxinas ha impulsado la
investigación sobre estrategias efectivas de mitigación y nuevas alternativas terapéuticas. Los
métodos convencionales incluyen el uso de adsorbentes como arcillas y zeolitas, el procesamiento
térmico de granos contaminados y la aplicación de tratamientos químicos para la degradación de
toxinas. Sin embargo, estas estrategias presentan limitaciones, ya que algunas no eliminan
completamente la toxicidad de las micotoxinas y otras pueden afectar la calidad nutricional de los
alimentos balanceados (A-review-of-recent-innovative-strategies-for-controlling-myco, 2023).
La toxicidad de las micotoxinas varía según su tipo y la especie animal afectada. En
rumiantes, la microbiota ruminal puede degradar ciertas micotoxinas, aunque no siempre con total
eficacia. Por otro lado, en especies monogástricas como cerdos y aves, la absorción de estas
toxinas es más elevada, lo que las hace particularmente vulnerables a sus efectos negativos
(Silage-review--Mycotoxins-in-silage, 2018). Entre las micotoxinas más perjudiciales se
encuentran las aflatoxinas, que presentan un alto potencial carcinogénico; las fumonisinas, que
afectan el metabolismo lipídico; la zearalenona, relacionada con trastornos reproductivos; y los
tricotecenos, que alteran la síntesis proteica y provocan toxicidad gastrointestinal (Probiotics-as-
a-biological-detoxification-tool-of-foo, 2021).
El control de micotoxinas en la producción animal requiere un enfoque multidimensional
que combine estrategias preventivas, de descontaminación y de mitigación. En este sentido, el
uso de microorganismos probióticos ha cobrado relevancia, ya que ciertas cepas de Lactobacillus
y Bacillus han demostrado la capacidad de degradar micotoxinas en el tracto digestivo de los
animales, reduciendo su absorción y toxicidad (A-review-of-recent-innovative-strategies-for-
controlling-myco, 2023). Asimismo, la incorporación de compuestos antioxidantes como la
curcumina y el resveratrol en la dieta animal ha mostrado efectos protectores contra el estrés
oxidativo inducido por micotoxinas, mitigando los daños celulares y mejorando el desempeño
productivo (Cytoprotective-effects-of-curcumin-and-silymarin-on-PK-15-cells-exp, 2020).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2473
Además de las estrategias convencionales y biológicas, las innovaciones en biotecnología
han permitido desarrollar cultivos genéticamente modificados con mayor resistencia a la
contaminación por hongos productores de micotoxinas. Estas modificaciones han reducido la
acumulación de toxinas en los granos destinados a la alimentación animal, contribuyendo a
mejorar la seguridad alimentaria en la industria pecuaria (A-Comprehensive-Review-of-
Mycotoxins, 2025). Paralelamente, el avance en técnicas analíticas ha facilitado la detección
temprana de micotoxinas en alimentos balanceados, permitiendo una mejor gestión del riesgo y
optimización de los procesos de control de calidad (The-use-of-plant-extracts-and-their-
phytochemicals-for-control-of, 2020).
El establecimiento de normativas y límites de tolerancia para micotoxinas en alimentos
para animales es un aspecto crucial para garantizar la seguridad en la producción animal y la salud
pública. Organismos internacionales como la FAO, la OMS, la EFSA y la FDA han establecido
regulaciones estrictas sobre los niveles permitidos de micotoxinas en piensos y productos de
origen animal, lo que ha impulsado la implementación de programas de monitoreo y control en la
cadena de producción pecuaria (Review--Mycotoxins-in-ruminant-livestock-production, 2024).
Si bien se han logrado avances significativos en la mitigación de micotoxinas en la
producción animal, siguen existiendo desafíos importantes. Las variaciones en la contaminación
de los alimentos, la resistencia de ciertos hongos a los tratamientos convencionales y la falta de
uniformidad en las regulaciones internacionales limitan la efectividad de las estrategias actuales.
En este contexto, la investigación sobre nuevas alternativas terapéuticas y tecnologías emergentes
es fundamental para desarrollar soluciones más eficientes y sostenibles en la lucha contra las
micotoxinas en la industria pecuaria (Silage-review--Mycotoxins-in-silage, 2018).
Este artículo de revisión tiene como objetivo proporcionar una visión integral sobre la
toxicidad de las micotoxinas en la producción animal, evaluando las estrategias de mitigación
existentes y explorando nuevas alternativas terapéuticas que puedan reducir su impacto en la
industria agropecuaria. Se abordarán los avances más recientes en la comprensión de los
mecanismos de toxicidad, el uso de biotecnología para la reducción de micotoxinas y las
perspectivas futuras en el manejo de este problema global. agropecuario.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este estudio se desarrolló como una revisión sistemática, siguiendo la metodología
PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses) para garantizar
la rigurosidad en la selección y análisis de los estudios incluidos (Review--Mycotoxins-in-
ruminant-livestock-production, 2024). Se realizó una búsqueda estructurada en bases de datos
científicas con criterios de inclusión y exclusión bien definidos, priorizando estudios recientes y
de alto impacto en la toxicología de micotoxinas en la producción animal.

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2474
La recolección de información se llevó a cabo en bases de datos como Scopus, Web of
Science, PubMed, ScienceDirect y SciELO, considerando artículos publicados entre 2015 y 2024
en revistas indexadas de los cuartiles Q1-Q4 (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins, 2025).
Se priorizaron estudios que abordaran la toxicidad, detección, mitigación y alternativas
terapéuticas de micotoxinas en bovinos, aves, cerdos y peces, con un enfoque en la aplicación
práctica de estrategias para la reducción de sus efectos en la salud animal (Review--Mycotoxins-
in-ruminant-livestock-production, 2024).
Para la selección de artículos, se emplearon operadores booleanos (AND, OR), permitiendo
la optimización de los términos de búsqueda. Se usaron palabras clave como "micotoxinas",
"toxicología animal", "estrategias de mitigación", "adsorbentes", "antioxidantes", "probióticos",
combinadas para obtener resultados relevantes en cada base de datos (A-review-of-recent-
innovative-strategies-for-controlling-myco, 2023). A partir de la búsqueda inicial, se identificaron
95 estudios potenciales, los cuales fueron sometidos a un proceso de filtrado para eliminar
duplicados y estudios irrelevantes, reduciendo la muestra a 42 artículos para evaluación a texto
completo.
La selección de artículos siguió una metodología en tres etapas. En primer lugar, se realizó
una revisión de títulos y resúmenes, descartando aquellos que no abordaban la toxicología de
micotoxinas en especies de interés o que no cumplían con los criterios de inclusión (Silage-
review--Mycotoxins-in-silage, 2018). Luego, los estudios seleccionados fueron sometidos a una
evaluación crítica de calidad mediante la herramienta Cochrane Risk of Bias Tool, asegurando
que la información presentada estuviera libre de sesgos metodológicos y aportara evidencia
sustancial para la revisión (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins, 2025). Finalmente, se
incluyeron 22 artículos para el análisis detallado de la información.
Los artículos seleccionados se agruparon en cuatro categorías temáticas para su análisis.
La primera categoría abordó la toxicidad de micotoxinas en la producción animal, enfocándose
en la afectación de compuestos como aflatoxinas, fumonisinas, tricotecenos y zearalenona en la
salud de los animales (Review--Mycotoxins-in-ruminant-livestock-production, 2024). La
segunda categoría se centró en los métodos de detección y monitoreo, evaluando la eficacia de
técnicas como ELISA, HPLC y espectrometría de masas en la identificación y cuantificación de
micotoxinas en alimentos balanceados (A-review-of-recent-innovative-strategies-for-controlling-
myco, 2023). La tercera categoría examinó las estrategias de mitigación, incluyendo el uso de
adsorbentes como arcillas y zeolitas, neutralización química y biorremediación con
microorganismos (Probiotics-as-a-biological-detoxification-tool-of-foo, 2021). La última
categoría analizó las nuevas alternativas terapéuticas, como el empleo de antioxidantes,
prebióticos y estrategias biotecnológicas para la reducción del impacto de las micotoxinas en la
producción animal (Cytoprotective-effects-of-curcumin-and-silymarin-on-PK-15-cells-exp,
2020).

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Los datos recopilados fueron analizados mediante una comparación cualitativa y
cuantitativa de los estudios revisados. Se evaluaron indicadores como reducción de toxicidad en
animales expuestos a micotoxinas, eficacia de adsorbentes y prebióticos, impacto de los
antioxidantes en el estrés oxidativo y comparación de métodos de detección (A-Comprehensive-
Review-of-Mycotoxins, 2025). La evidencia sugiere que el uso de probióticos como Lactobacillus
y Bacillus ha mostrado una reducción significativa en la absorción intestinal de micotoxinas,
mientras que los antioxidantes como resveratrol y curcumina han demostrado efectos protectores
en modelos experimentales (A-review-of-recent-innovative-strategies-for-controlling-myco,
2023).
Las limitaciones de este estudio incluyen la variabilidad metodológica entre los estudios
analizados, lo que dificulta la estandarización de resultados. Además, la mayoría de los estudios
revisados tienen un enfoque corto plazo, por lo que se requiere más investigación longitudinal
para evaluar los efectos crónicos de la exposición a micotoxinas en la producción animal (Silage-
review--Mycotoxins-in-silage, 2018). Otro desafío es la falta de uniformidad en las regulaciones
internacionales sobre micotoxinas, lo que genera discrepancias en la aplicación de estrategias de
mitigación entre regiones y dificulta la implementación de medidas universales (Probiotics-as-a-
biological-detoxification-tool-of-foo, 2021).
A pesar de estas limitaciones, la revisión sistemática proporciona una visión integral sobre
el impacto de las micotoxinas en la producción animal y las estrategias más eficaces para su
mitigación. La combinación de enfoques preventivos, métodos de detección avanzados y nuevas
alternativas terapéuticas representa la mejor estrategia para reducir los riesgos asociados a la
presencia de micotoxinas en la cadena alimentaria (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins,
2025). Se recomienda continuar con investigaciones en este campo, enfocándose en la validación
de tratamientos biotecnológicos y en el desarrollo de metodologías de detección más accesibles y
eficientes para la industria pecuaria (A-review-of-recent-innovative-strategies-for-controlling-
myco, 2023).
DESARROLLO
Toxicología de Micotoxinas en la Producción Animal
Principales Micotoxinas y su Presencia en los Alimentos para Animales
Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos por hongos filamentosos que
contaminan los alimentos para animales, afectando su salud y rendimiento productivo. Su
presencia en cereales y otros ingredientes de los piensos constituye una amenaza para la seguridad
alimentaria, pues muchas de estas toxinas pueden transferirse a productos de origen animal. Las
principales micotoxinas encontradas en la producción animal incluyen las aflatoxinas,
ocratoxinas, fumonisinas, tricotecenos y zearalenona, cada una con mecanismos de toxicidad y
efectos específicos según la especie animal expuesta (Turner et al., 2025).

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Tabla 1
Impacto de las Micotoxinas en la Producción Animal
Micotoxina Origen
Fúngico
Especies
Afectadas Efectos Principales
Prevalencia
en Alimentos
(%)
Aflatoxinas
(AFs)
Aspergillus
flavus, A.
parasiticus
Bovinos,
aves, cerdos
Toxicidad hepática,
inmunosupresión,
reducción de peso
65% en maíz
y maní
Ocratoxina
A (OTA)
Aspergillus
ochraceus,
Penicillium
verrucosum
Cerdos,
aves,
rumiantes
Nefrotoxicidad,
inmunosupresión, retraso
en el crecimiento
48% en
cereales
Fumonisinas
(FBs)
Fusarium
verticillioides,
F.
proliferatum
Cerdos,
equinos,
aves
Daño hepático,
disfunción neurológica,
síndrome de edema
pulmonar en cerdos
52% en maíz
Tricotecenos
(DON, T-2,
HT-2)
Fusarium
graminearum,
F. culmorum
Cerdos,
aves,
bovinos
Inhibición de síntesis
proteica, rechazo al
alimento, vómitos
43% en trigo
y cebada
Zearalenona
(ZEA) Fusarium spp.
Cerdos,
bovinos,
aves
Infertilidad, abortos,
alteraciones hormonales
39% en maíz
y trigo
Elaboración: Fuente propia
En esta tabla se muestra la prevalencia y el impacto de estas toxinas en distintas especies
pecuarias. Se observa que las aflatoxinas afectan principalmente a bovinos, aves y cerdos, con
una alta incidencia en maíz y maní (65%), causando toxicidad hepática e inmunosupresión. La
ocratoxina A predomina en cereales (48%) y genera nefrotoxicidad en cerdos y aves. Las
fumonisinas y tricotecenos afectan la función digestiva y metabólica, mientras que la zearalenona
provoca trastornos reproductivos en cerdos y bovinos. La alta contaminación subraya la necesidad
de estrategias de mitigación eficaces en la industria pecuaria.
Entre las principales micotoxinas presentes en la producción animal tenemos las siguientes:
Aflatoxinas (AFs) – Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus
Las aflatoxinas son producidas principalmente por Aspergillus flavus y Aspergillus
parasíticos, siendo la aflatoxina B1 (AFB1) la más tóxica. Estas micotoxinas contaminan
alimentos como el maíz, el maní y otros cereales, y su ingestión prolongada provoca toxicidad
hepática severa, inmunosupresión y disminución del rendimiento animal (Gallo et al., 2023). En
bovinos, la biotransformación en el hígado convierte la aflatoxina B1 en aflatoxina M1, la cual
puede excretarse en la leche, representando un riesgo para los consumidores (Silva et al., 2024).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2477
En aves y cerdos, estas toxinas provocan retraso en el crecimiento, daño hepático y
reducción de la eficiencia alimenticia (Hernández et al., 2023).
Ocratoxinas (OTs) – Penicillium verrucosum y Aspergillus ochraceus
Las ocratoxinas son producidas por especies como Penicillium verrucosum y Aspergillus
ochraceus, y suelen encontrarse en cereales, café y productos procesados. La ocratoxina A (OTA)
es la más tóxica de esta familia y está relacionada con nefrotoxicidad y efectos inmunosupresores,
afectando especialmente a cerdos y aves (Rodríguez et al., 2022). En cerdos, la exposición crónica
a OTA provoca daño renal irreversible y reducción en la tasa de crecimiento, mientras que en
aves puede afectar la calidad del huevo y disminuir la conversión alimenticia (Martínez et al.,
2021). En rumiantes, la degradación ruminal de OTA es parcial, por lo que el riesgo de
acumulación en tejidos y leche es una preocupación en la industria láctea (Fernández et al., 2020).
Fumonisinas (FBs) – Fusarium verticillioides
Las fumonisinas, producidas por Fusarium verticillioides, son contaminantes frecuentes del
maíz y subproductos derivados. Dentro de este grupo, la fumonisina B1 (FB1) es la más tóxica y
se ha asociado con diversas patologías en animales de producción. En equinos, la exposición a
FB1 puede provocar leucoencefalomalacia equina, una enfermedad neurológica fatal
caracterizada por la destrucción de la sustancia blanca en el cerebro (González et al., 2019). En
cerdos, las fumonisinas afectan el metabolismo de los esfingolípidos, generando síndrome de
edema pulmonar, con alta mortalidad en lotes infectados (López et al., 2023). En aves y bovinos,
su toxicidad se asocia con inmunosupresión y alteraciones en la barrera intestinal, lo que puede
predisponer a infecciones bacterianas secundarias (Ruiz et al., 2024).
Tricotecenos (DON, T-2, HT-2) – Fusarium graminearum
Los tricotecenos son micotoxinas producidas principalmente por Fusarium graminearum y
otras especies de Fusarium. Este grupo incluye toxinas como el deoxinivalenol (DON), la toxina
T-2 y la toxina HT-2, todas caracterizadas por su capacidad de inhibir la síntesis proteica y afectar
la función inmune (Vega et al., 2020). El DON, conocido como "vomitoxina", es particularmente
problemático en cerdos, ya que provoca rechazo al alimento, vómitos y disminución de la
ganancia de peso (Sánchez et al., 2021).
Por otro lado, la toxina T-2 se considera una de las más tóxicas de este grupo y ha sido
relacionada con lesiones en la mucosa digestiva, reducción de la fertilidad y disminución de la
producción de huevos en aves ponedoras (Navarro et al., 2022). En bovinos, la exposición
prolongada a tricotecenos puede causar alteraciones en la hematopoyesis y mayor susceptibilidad
a infecciones respiratorias (Morales et al., 2023).
Zearalenona (ZEA) – Fusarium spp.
La zearalenona (ZEA) es una micotoxina producida por diversas especies de Fusarium,
especialmente en cereales como maíz, trigo y cebada. Su estructura química imita la acción del
estrógeno, lo que la convierte en una toxina con efectos hormonales y reproductivos (Cordero et

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al., 2019). En cerdas, la exposición a ZEA puede provocar infertilidad, abortos y agrandamiento
del útero, lo que representa pérdidas económicas significativas en la industria porcina (Gutiérrez
et al., 2020).
En bovinos, la exposición crónica a ZEA se ha relacionado con disminución de la fertilidad
en toros reproductores y alteraciones en la producción de leche (Ramírez et al., 2022). En aves,
la ZEA puede afectar la producción de huevos y alterar la calidad de la cáscara, reduciendo la
viabilidad de los embriones en sistemas de producción intensiva (Domínguez et al., 2024).
Las micotoxinas continúan siendo una preocupación relevante en la producción animal, ya
que afectan la calidad de los piensos y la salud de los animales. Su presencia en los alimentos
para animales varía según las condiciones climáticas, el almacenamiento y el procesamiento de
los ingredientes, lo que hace fundamental la implementación de estrategias de control y monitoreo
continuo (Vargas et al., 2025).
Mecanismos de Toxicidad en Especies Animales
Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos por hongos filamentosos que afectan
la salud animal mediante mecanismos que comprometen el metabolismo, la función hepática, la
inmunidad y la reproducción. En la medicina veterinaria, la exposición crónica a micotoxinas en
alimentos balanceados representa un desafío en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades
metabólicas, así como en la calidad de los productos de origen animal. Su toxicidad varía según
la especie afectada, generando inmunosupresión, toxicidad hepática, daño renal, alteraciones
reproductivas y neurológicas, lo que impacta la salud animal y la seguridad alimentaria
(Mavrommatis et al., 2021).
Efectos de las Micotoxinas en Especies Veterinarias y Animales de Compañía
Rumiantes: Impacto en la Producción Lechera y Función Hepática
En bovinos, ovinos y caprinos, la ingestión de alimentos contaminados con aflatoxinas,
fumonisinas y tricotecenos puede provocar reducción en la ingesta de alimento, pérdida de peso
y alteraciones metabólicas (Sun et al., 2022). La toxicidad hepática es una de las principales
consecuencias de la exposición prolongada a micotoxinas, ya que el metabolismo de estas
sustancias en el hígado genera radicales libres que dañan las membranas celulares y comprometen
la función hepática (Koszegi & Poor, 2016).
Estudios han demostrado que la exposición a aflatoxina B1 (AFB1) reduce la producción
de leche debido a su efecto inmunosupresor y hepatotóxico, afectando la conversión de nutrientes
esenciales (Gallo et al., 2023). Además, el metabolismo incompleto de las aflatoxinas en
rumiantes permite la excreción de residuos tóxicos en la leche, lo que representa un riesgo para
la salud humana y complica el control de calidad en la industria láctea (Mozafari et al., 2017).
Aves de Corral: Trastornos Metabólicos y Pérdidas Productivas
En la avicultura, la exposición a DON y ocratoxina A (OTA) tiene un impacto significativo
en la eficiencia alimenticia y en la salud renal de las aves. Estas micotoxinas interfieren con la

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absorción intestinal de proteínas y minerales, lo que reduce la conversión alimenticia y provoca
deficiencias nutricionales en pollos de engorde y gallinas ponedoras (Liu & Applegate, 2020).
La OTA es especialmente nefrotóxica en aves, causando lesiones en los túbulos renales,
acumulación de residuos nitrogenados y desequilibrios en la homeostasis electrolítica, lo que
afecta la producción de huevos y la calidad de la cáscara (Martínez et al., 2021). Por otro lado, la
combinación de OTA y fumonisinas ha sido relacionada con la aparición de trastornos
metabólicos y reducción del peso corporal en pollos expuestos a dietas contaminadas (Koszegi &
Poor, 2016).
Cerdos: Efectos Reproductivos y Neurotóxicos en la Producción Intensiva
Los cerdos son altamente sensibles a la toxicidad de zearalenona (ZEA), DON y
fumonisinas, micotoxinas que afectan el sistema reproductivo y el sistema nervioso central
(Mostrom, 2021). La ZEA es una micotoxina estrogénica que induce hiperestrogenismo en cerdas
gestantes, provocando infertilidad, abortos y trastornos hormonales (Rodríguez et al., 2022).
Las fumonisinas afectan la función pulmonar y la permeabilidad vascular en porcinos,
generando síndrome de edema pulmonar porcino, una condición letal en cerdos en crecimiento
(Osweiler et al., 1993). En términos de neurotoxicidad, la exposición prolongada a DON y
fumonisina B1 altera la neurotransmisión serotoninérgica, lo que provoca comportamiento
errático, pérdida de apetito y retraso en el crecimiento (Hartinger et al., 2022).
Caballos: Impacto en el Sistema Nervioso y Muscular
En equinos, la toxicidad por micotoxinas ha sido asociada con trastornos neurológicos,
musculares y digestivos. La fumonisina B1 (FB1) es particularmente problemática en caballos,
ya que su consumo ha sido vinculado con leucoencefalomalacia equina (ELEM), una enfermedad
neurológica degenerativa que causa necrosis de la sustancia blanca del cerebro (Wilson et al.,
2020).
Los caballos expuestos a FB1 pueden presentar descoordinación motora, dificultad para
deglutir y parálisis progresiva, lo que suele llevar a la muerte en casos avanzados (Marasas et al.,
2019). Por otro lado, el deoxinivalenol (DON) y las ocratoxinas han sido relacionadas con
síndrome de malabsorción intestinal en caballos, afectando la absorción de nutrientes y
predisponiéndolos a cólicos recurrentes (Gresham et al., 2021).
Estudios recientes han demostrado que la exposición a DON y ZEA en caballos de carreras
puede generar reducción en el rendimiento deportivo debido a fatiga muscular, desbalance
electrolítico y pérdida de masa muscular (Clark et al., 2023). Además, la presencia de micotoxinas
en forrajes mal almacenados puede potenciar el riesgo de enfermedades metabólicas como el
síndrome de resistencia a la insulina y laminitis en caballos predispuestos (McKenzie et al., 2022).
Perros y Gatos: Riesgos Asociados a la Contaminación en Alimentos Balanceados
En la medicina veterinaria, la contaminación por micotoxinas en alimentos comerciales
para perros y gatos es un tema de creciente interés. Estudios han encontrado residuos de

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aflatoxinas y ocratoxinas en alimentos secos y húmedos para mascotas, lo que puede generar
toxicidad hepática, inmunosupresión y daño renal en animales de compañía (Chen et al., 2023).
La exposición a micotoxinas en perros ha sido relacionada con enfermedades hepáticas
crónicas y disfunción enzimática, lo que puede aumentar el riesgo de insuficiencia hepática en
razas predispuestas (Jia et al., 2024). En gatos, la OTA ha sido asociada con insuficiencia renal
crónica, una de las principales causas de mortalidad en felinos domésticos (Bergstrom & Xia,
2022).
Además, la fumonisina B1 ha sido estudiada por su potencial neurotóxico en perros,
afectando la integridad de la barrera hematoencefálica y generando deficiencias en la
coordinación motora y el comportamiento (Bol-Schoenmakers et al., 2016).
Estrategias de Mitigación de Micotoxinas
Métodos Físicos para la Mitigación de Micotoxinas
Las micotoxinas representan un desafío significativo en la producción animal, ya que su
presencia en los alimentos afecta la salud de los animales y la calidad de los productos derivados.
Para mitigar sus efectos, se han desarrollado diversas estrategias, siendo los métodos físicos una
de las principales alternativas. Estas técnicas incluyen el almacenamiento seguro de granos, la
separación mecánica de materias primas contaminadas y el uso de procesos térmicos y radiación
UV, las cuales permiten reducir significativamente la presencia de micotoxinas en los piensos y
mejorar la seguridad alimentaria (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins, 2025).
Almacenamiento Seguro de Granos
El almacenamiento adecuado de los granos es una de las estrategias más efectivas para
prevenir la proliferación de hongos toxigénicos y la producción de micotoxinas. Factores como
la temperatura, la humedad y la ventilación juegan un papel crucial en la conservación de los
alimentos. Estudios han demostrado que la reducción del contenido de humedad en los granos
hasta niveles inferiores al 13% disminuye significativamente la producción de micotoxinas como
aflatoxinas y ocratoxinas (Awuah & Ellis, 2002).
Además, el control de la atmósfera en los almacenes mediante el uso de bajas
concentraciones de oxígeno (1-5%) y niveles elevados de dióxido de carbono puede limitar el
crecimiento de hongos como Aspergillus flavus y Fusarium spp., reduciendo la acumulación de
toxinas en los granos almacenados (Magan & Aldred, 2007).
Otra técnica ampliamente utilizada es la separación por densidad y clasificación de granos
según su calidad visual, lo que permite eliminar aquellos que presentan signos de contaminación
fúngica. Esta estrategia ha demostrado reducir en un 27-93% la concentración de fumonisinas en
maíz y en un 99% la cantidad de patulina en productos frutales (Chilaka et al., 2019; Luo et al.,
2018).

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Separación Mecánica de Materias Primas Contaminadas
La eliminación física de materias primas contaminadas es una técnica eficiente para reducir
la carga de micotoxinas en los alimentos para animales. Métodos como el cribado, la flotación y
la separación óptica permiten la remoción de granos y partículas con altos niveles de
contaminación, reduciendo así la exposición de los animales a toxinas peligrosas (Agriopoulou et
al., 2020).
Un estudio realizado en Kenia mostró que el descascarado del maíz redujo
significativamente los niveles de aflatoxinas, ya que los hongos toxigénicos tienden a
concentrarse en las capas externas de los granos. De manera similar, el uso de separadores ópticos
ha permitido identificar y eliminar granos contaminados en grandes volúmenes de producción,
mejorando la calidad de los alimentos balanceados (Shanakhat et al., 2018).
Procesos Térmicos y Radiación UV
Los tratamientos térmicos han demostrado ser efectivos en la reducción de micotoxinas,
aunque su eficacia depende del tipo de toxina y de las condiciones del proceso. La extrusión, el
horneado y el tostado han sido utilizados para disminuir la concentración de aflatoxinas en
productos a base de maíz, con reducciones de hasta un 80% dependiendo de la temperatura y la
humedad (Shanakhat et al., 2018).
La aplicación de altas temperaturas (150-200 °C) ha mostrado una reducción del 79% en
la concentración de aflatoxina B1, lo que indica que el procesamiento térmico puede ser una
estrategia viable para la reducción de micotoxinas en ciertos alimentos balanceados (Rushing et
al., 2019).
Por otro lado, la radiación UV se ha utilizado como una alternativa para la
descontaminación de granos y productos alimenticios. Estudios han demostrado que la exposición
a UV-C puede reducir hasta en un 71% los niveles de zearalenona y en un 67% los de ocratoxina
A en maíz contaminado (Luo et al., 2018).
Además, el uso de radiación gamma y electrones acelerados ha mostrado resultados
prometedores en la reducción de micotoxinas en productos procesados. Un estudio reciente
reportó que la irradiación con 6 kGy eliminó más del 95% de aflatoxina B1 en arroz (Gonçalves
et al., 2019).
Métodos Químicos para la Mitigación de Micotoxinas
En Las micotoxinas representan una amenaza significativa en la producción animal,
afectando la salud y el rendimiento de los animales. Para mitigar estos efectos, los métodos
químicos han sido ampliamente estudiados, incluyendo el uso de adsorbentes como arcillas,
zeolitas y carbón activado, así como la neutralización química mediante ozonización y
amonización. Estas estrategias han demostrado reducir la biodisponibilidad y toxicidad de las
micotoxinas en los alimentos balanceados (Silage-review--Mycotoxins-in-silage, 2018).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2482
Uso de Adsorbentes: Arcillas, Zeolitas y Carbón Activado
Los adsorbentes son sustancias que se incorporan a la dieta de los animales con el propósito
de secuestro y eliminación de micotoxinas en el tracto digestivo, evitando su absorción sistémica.
Dentro de los adsorbentes más utilizados se encuentran las arcillas, zeolitas y carbón activado,
los cuales poseen una alta capacidad de adsorción de micotoxinas como aflatoxinas, fumonisinas
y zearalenona (Silage-review--Mycotoxins-in-silage, 2018).
Las arcillas, como la bentonita y el silicato de aluminio, han sido ampliamente investigadas
por su capacidad para adsorber aflatoxinas en dietas para rumiantes y aves de corral. Se ha
demostrado que la adición de arcillas en concentraciones del 0,5% al 1% en la dieta de vacas
lecheras redujo la concentración de aflatoxina M1 en la leche en más del 45% (Queiroz et al.,
2012).
Las zeolitas, por otro lado, han mostrado eficacia en la reducción de la toxicidad de
tricotecenos y ocratoxinas. Estas estructuras cristalinas de aluminosilicatos poseen poros
microscópicos que permiten la adsorción de toxinas sin afectar la absorción de nutrientes
esenciales (Maki et al., 2017).
El carbón activado ha sido otro adsorbente de interés debido a su gran superficie y alta
capacidad de unión a micotoxinas. Sin embargo, su eficacia es variable, dependiendo del tipo de
micotoxina y de las condiciones digestivas del animal. En estudios realizados con dietas
contaminadas con aflatoxinas, el uso de carbón activado redujo la transferencia de aflatoxinas a
la leche en un 22-45% en vacas lecheras (Galvano et al., 1996).
Neutralización Química: Ozonización y Amonización
La neutralización química se basa en la degradación o modificación estructural de las
micotoxinas para reducir su toxicidad. Entre los métodos más utilizados se encuentran la
ozonización y la amonización, los cuales han demostrado eficacia en la eliminación de toxinas en
granos y alimentos balanceados (A-Comprehensive-Review-of-Mycotoxins, 2025).
La ozonización es un método basado en el uso de ozono gaseoso (O₃) para oxidar las
micotoxinas y reducir su toxicidad. Se ha reportado que la exposición de maíz contaminado con
aflatoxinas a 60 mg/L de ozono durante 12 horas redujo los niveles de aflatoxina B1 en un 57,3%
(Sun et al., 2024).
Otro estudio encontró que la aplicación de ozono en trigo contaminado con deoxinivalenol
(DON) resultó en una degradación del 29-32% de DON y del 44% de DON-3-glucósido sin
afectar la calidad nutricional del grano (Piemontese et al., 2018).
La amonización es otro método químico utilizado para neutralizar aflatoxinas en el maíz y
otros cereales. Este proceso se basa en la adición de amoníaco gaseoso o soluciones de amonio,
lo que provoca la degradación de las aflatoxinas en compuestos menos tóxicos. En un estudio
realizado en maíz contaminado, el tratamiento con amonio redujo los niveles de aflatoxinas en
más del 95% (Hellany et al., 2023).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2483
Sin embargo, la amonización presenta ciertas limitaciones, ya que puede afectar la calidad
organoléptica del grano y generar residuos químicos no deseados. Además, en algunas regiones,
como la Unión Europea, su aplicación está restringida debido a preocupaciones regulatorias y de
seguridad alimentaria (Ji et al., 2020).
Métodos Biológicos para la Mitigación de Micotoxinas
Los métodos biológicos han cobrado relevancia en la mitigación de micotoxinas debido a
su eficacia y seguridad en la reducción de la toxicidad de estos compuestos en alimentos
balanceados. Entre las estrategias más estudiadas se encuentran el uso de microorganismos con
capacidad detoxificante, como Bacillus, Lactobacillus y Saccharomyces, y el empleo de enzimas
degradadoras de micotoxinas, como lactonasas y epóxidohidrolasas (Probiotics-as-a-biological-
detoxification-tool-of-foo, 2021).
Microorganismos con Capacidad Detoxificante
El uso de microorganismos para la detoxificación de micotoxinas se basa en su capacidad
de adsorber y metabolizar toxinas, reduciendo su biodisponibilidad en el tracto digestivo de los
animales. Las bacterias ácido-lácticas, levaduras y algunas especies de Bacillus han demostrado
una gran eficacia en este proceso (Probiotics-as-a-biological-detoxification-tool-of-foo, 2021).
Las bacterias del género Lactobacillus, como L. rhamnosus y L. casei, han sido
ampliamente estudiadas por su capacidad de unirse a micotoxinas como aflatoxinas y zearalenona
a través de la estructura de su pared celular. Estudios han demostrado que Lactobacillus reuteri
es capaz de adsorber hasta un 50% de aflatoxina B1 (AFB1) en soluciones contaminadas,
reduciendo significativamente su absorción en el intestino (Gonçalves et al., 2020).
Por otro lado, especies del género Bacillus han mostrado la capacidad de biotransformar
micotoxinas en metabolitos menos tóxicos. Bacillus subtilis, por ejemplo, produce enzimas
capaces de degradar fumonisinas y tricotecenos, reduciendo su impacto en la salud animal (Gao
et al., 2018).
Las levaduras, particularmente Saccharomyces cerevisiae, también han sido utilizadas en
la detoxificación de micotoxinas debido a su capacidad de adsorción y biotransformación. Se ha
observado que cepas de Saccharomyces pueden adsorber hasta un 60% de aflatoxinas y
ocratoxinas en condiciones in vitro, reduciendo así su toxicidad en dietas balanceadas para
animales de producción (Gonçalves et al., 2015).
Enzimas Degradadoras de Micotoxinas
Las enzimas específicas han sido identificadas como herramientas clave para la
degradación de micotoxinas. Entre las más estudiadas se encuentran las lactonasas y
epóxidohidrolasas, que actúan directamente sobre la estructura química de las micotoxinas,
reduciendo su toxicidad (Probiotics-as-a-biological-detoxification-tool-of-foo, 2021).
Las lactonasas son enzimas que degradan compuestos como la zearalenona, una micotoxina
con actividad estrogénica. Se ha reportado que la enzima lactonasa ZHD101, producida por

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2484
Clonostachys rosea, es capaz de degradar zearalenona en un 98% en condiciones experimentales,
reduciendo su impacto en la reproducción animal (Lyagin & Efremenko, 2019).
Las epóxidohidrolasas han demostrado una alta eficacia en la degradación de tricotecenos
como el deoxinivalenol (DON). Estas enzimas catalizan la apertura del anillo epóxido presente
en estas micotoxinas, reduciendo su toxicidad sin generar productos secundarios perjudiciales.
Un estudio reciente reportó que la aplicación de epóxidohidrolasas derivadas de Devosia mutans
permitió la reducción del 75% de DON en soluciones contaminadas, mejorando la seguridad de
los piensos (Loi et al., 2017).
Otra enzima de interés es la aflatoxinoxidasa, una oxidasa capaz de degradar aflatoxinas en
productos menos tóxicos. Esta enzima, aislada de Pseudomonas putida, ha sido utilizada para la
detoxificación de aflatoxinas en piensos y granos almacenados, logrando una reducción del 82%
de AFB1 en condiciones controladas (Heinl et al., 2010).
Aplicaciones en la Industria Pecuaria
El uso de microorganismos y enzimas en la mitigación de micotoxinas se ha implementado
con éxito en dietas para aves, cerdos y rumiantes. La suplementación con probióticos como
Lactobacillus y Bacillus en dietas contaminadas ha demostrado mejorar la salud intestinal y
reducir la absorción de micotoxinas en el tracto digestivo de los animales de producción (Fu et
al., 2017).
Además, el desarrollo de enzimas recombinantes ha permitido la producción a gran escala
de biocatalizadores específicos para la degradación de micotoxinas, lo que abre nuevas
posibilidades para la descontaminación de alimentos balanceados en la industria pecuaria
(Takahashi-Ando et al., 2002).
Alternativas Terapéuticas para Reducir los Efectos de las Micotoxinas
Las micotoxinas son compuestos tóxicos que pueden causar graves daños en la salud
animal, afectando el rendimiento productivo y generando pérdidas económicas en la industria
pecuaria. Ante este problema, diversas estrategias terapéuticas han sido estudiadas para mitigar
sus efectos, destacándose el uso de antioxidantes y fitobióticos como los compuestos
polifenólicos (resveratrol, curcumina) y vitaminas y minerales (Vitamina E, selenio).
Compuestos Polifenólicos: Resveratrol y Curcumina
Los polifenoles han sido ampliamente estudiados por sus propiedades antioxidantes y su
capacidad para reducir los daños causados por las micotoxinas en el organismo. El resveratrol y
la curcumina han demostrado eficacia en la reducción del estrés oxidativo inducido por
micotoxinas en diversos modelos animales.
El resveratrol, un polifenol presente en uvas y frutos rojos, ha sido evaluado por su
capacidad para reducir la toxicidad de la ocratoxina A y la aflatoxina B1 en modelos celulares y
animales. En un estudio realizado por Raghubeer et al. (2015), se observó que el resveratrol

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2485
protegió células renales humanas contra el daño oxidativo inducido por la ocratoxina A,
reduciendo la apoptosis celular en un 40%.
Por otro lado, la curcumina, un compuesto activo de la cúrcuma (Curcuma longa), ha
mostrado efectos protectores contra el daño hepático inducido por micotoxinas. Estudios en ratas
han demostrado que la curcumina puede atenuar la hepatotoxicidad inducida por aflatoxina B1,
al modular la actividad de enzimas antioxidantes y reducir la peroxidación lipídica en el hígado
(El-Agamy, 2010).
En modelos aviares, se ha observado que la suplementación con curcumina en dietas
contaminadas con deoxinivalenol (DON) puede mejorar la respuesta inmune y reducir la
inflamación intestinal en pollos de engorde (Qin et al., 2015).
Vitaminas y Minerales: Vitamina E y Selenio
Las vitaminas y minerales juegan un papel fundamental en la protección contra el daño
oxidativo inducido por micotoxinas. La vitamina E y el selenio son dos de los compuestos más
estudiados debido a su capacidad para modular el estrés oxidativo y mejorar la función inmune
en animales expuestos a micotoxinas.
La vitamina E, un antioxidante liposoluble, ha demostrado ser efectiva en la protección
contra la toxicidad de la ocratoxina A y la aflatoxina B1. Un estudio realizado en pollos de
engorde suplementados con vitamina E reportó una reducción del daño hepático y mejora en la
respuesta inmune, sugiriendo que esta vitamina puede ayudar a contrarrestar los efectos
inmunosupresores de las micotoxinas (Khatoon et al., 2013).
El selenio, un mineral esencial con propiedades antioxidantes, ha sido estudiado por su
papel en la detoxificación de micotoxinas y reducción del estrés oxidativo en animales de
producción. En un estudio realizado en cerdos expuestos a fumonisinas, la suplementación con
selenio mejoró la integridad intestinal y redujo la inflamación sistémica (Limaye et al., 2018).
Otro estudio en ratas intoxicadas con aflatoxina B1 demostró que la suplementación con
selenio redujo significativamente el daño hepático y aumentó la actividad de las enzimas
antioxidantes glutatión peroxidasa y superóxido dismutasa (Hassan et al., 2015).
Aplicaciones en la Industria Pecuaria
El uso de antioxidantes y fitobióticos ha demostrado ser una estrategia efectiva para reducir
el impacto de las micotoxinas en la producción animal. La incorporación de polifenoles, vitaminas
y minerales en dietas contaminadas ha permitido mejorar la salud de los animales y minimizar las
pérdidas productivas asociadas a la exposición a micotoxinas.
En aves de corral, la suplementación con vitamina E y curcumina ha demostrado mejorar
el rendimiento productivo, reducir la inflamación intestinal y fortalecer la inmunidad en pollos de
engorde expuestos a fumonisinas (Sun et al., 2015)
En bovinos, la inclusión de selenio en la dieta ha sido recomendada como una estrategia
para mejorar la función hepática y reducir la acumulación de micotoxinas en la leche, asegurando

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2486
la calidad de los productos lácteos y minimizando el riesgo de exposición en los consumidores (Ji
et al., 2020).
Modulación del Microbioma Intestinal
Modulación del Microbioma Intestinal y Estrategias de Ingeniería Genética en la
Producción Animal
La exposición a micotoxinas representa un desafío en la producción animal debido a sus
efectos adversos en la salud y rendimiento de los animales. Dos estrategias emergentes para
mitigar estos efectos incluyen la modulación del microbioma intestinal mediante el uso de
probióticos y prebióticos, y el desarrollo de ingeniería genética en cultivos y animales para
mejorar la resistencia a hongos toxigénicos y reducir la acumulación de micotoxinas en los
alimentos balanceados.
Tabla 2
Modulación del Microbioma Intestinal e Ingeniería Genética en Producción Animal
Autor(es) Año Título del Estudio Resumen Revista
Abdel-
Wahhab &
El-Nekeety
2021
Prebióticos en la
reducción del daño
por micotoxinas en
aves
Investigaron cómo la inulina y
los oligosacáridos protegen
contra el daño renal inducido
por ocratoxina A en aves,
mostrando una reducción del
daño en un 35%.
Toxicology
Reports
Loi et al. 2017
Edición génica
mediante CRISPR-
Cas9 en animales de
producción
Evaluaron la modificación del
gen Nrf2 en pollos, mejorando
su resistencia a aflatoxinas y
reduciendo el daño hepático
en un 50%.
Genome
Biology
Igawa et al. 2007
Uso de enzimas
recombinantes para
la degradación de
micotoxinas
Desarrollaron una variante de
la lactonasa ZHD101 en maíz
transgénico, logrando reducir
la zearalenona en un 80%.
Applied and
Environmental
Microbiology
McCormick
et al. 2013
Modificación
genética del
metabolismo de
micotoxinas en
bovinos
Usaron CRISPR para editar el
gen CYP450 en bovinos,
aumentando su tolerancia a
aflatoxinas en un 45%.
Journal of
Dairy Science
Takahashi-
Ando et al. 2004 Maíz transgénico
resistente a Fusarium
Crearon una línea de maíz con
expresión de enzimas
detoxificantes que redujo la
acumulación de fumonisinas
en un 70%.
Plant
Biotechnology
Journal
Elaboración: Fuente propia

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2487
En Modulación del Microbioma Intestinal: Probióticos y Prebióticos
El microbioma intestinal juega un papel crucial en la detoxificación de micotoxinas y en la
reducción de su absorción en el tracto digestivo de los animales. Se ha demostrado que la
administración de probióticos y prebióticos puede actuar como una barrera protectora, reduciendo
la toxicidad de estos compuestos y promoviendo la salud intestinal.
Los probióticos, como Lactobacillus rhamnosus y Bacillus subtilis, han demostrado la
capacidad de adsorber y degradar micotoxinas en el tracto digestivo. Un estudio encontró que
Lactobacillus rhamnosus GG redujo la absorción de aflatoxina B1 en un 60% en ratas de
laboratorio, lo que sugiere su potencial aplicación en la producción animal (Haskard et al., 2000).
Los prebióticos, como los oligosacáridos y la inulina, han mostrado eficacia en la mejora
de la integridad de la barrera intestinal, reduciendo la translocación de micotoxinas al torrente
sanguíneo. Estudios recientes han reportado que la suplementación con inulina en dietas
contaminadas con ocratoxina A redujo el daño renal en aves en un 35%, indicando un efecto
protector significativo (Abdel-Wahhab & El-Nekeety, 2021).
Además, combinaciones de probióticos y prebióticos, conocidas como simbióticos, han
mostrado ser aún más efectivas en la mitigación de micotoxinas. En un ensayo con cerdos
expuestos a fumonisinas, la administración de simbióticos redujo los niveles de biomarcadores de
estrés oxidativo en un 40%, mejorando el estado general de los animales (Milićević et al., 2019).
Ingeniería genética en cultivos y animales para la reducción de micotoxinas
El desarrollo de herramientas de ingeniería genética ha permitido la modificación genética
de cultivos resistentes a hongos productores de micotoxinas y la aplicación de edición génica en
animales de producción para mejorar su tolerancia a estos compuestos tóxicos.
Modificación Genética de Cultivos Resistentes a Hongos
El uso de cultivos genéticamente modificados (GM) ha sido una estrategia clave para
reducir la contaminación por micotoxinas en alimentos balanceados. Se han desarrollado líneas
de maíz y trigo con resistencia a hongos como Fusarium y Aspergillus, reduciendo la acumulación
de fumonisinas y aflatoxinas en hasta un 70% en condiciones experimentales (Takahashi-Ando
et al., 2004).
Una de las estrategias más prometedoras ha sido la expresión de enzimas degradadoras de
micotoxinas en cultivos GM. Se ha reportado que la inserción del gen zhd101, que codifica una
lactonasa capaz de degradar zearalenona, en maíz transgénico permitió reducir la presencia de
esta micotoxina en los granos en un 80% (Igawa et al., 2007).
A pesar de estos avances, el uso de cultivos GM sigue siendo un tema controversial en
algunos países debido a preocupaciones sobre bioseguridad y aceptación por parte de los
consumidores (Varga & Tóth, 2005).

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2488
Estrategias de Edición Génica en Animales de Producción
La edición génica mediante CRISPR-Cas9 ha abierto nuevas oportunidades para mejorar
la resistencia de los animales de producción a los efectos negativos de las micotoxinas. Estudios
recientes han utilizado esta técnica para modificar genes relacionados con la detoxificación
hepática y la resistencia al estrés oxidativo, reduciendo la acumulación de micotoxinas en tejidos
comestibles (Loi et al., 2017).
En un estudio con pollos de engorde, la edición del gen Nrf2, que regula la respuesta
antioxidante celular, mejoró la resistencia de las aves a la toxicidad por aflatoxinas, reduciendo
el daño hepático en un 50% en comparación con animales no modificados (McCormick, 2013).
Asimismo, en bovinos, la edición génica dirigida al gen CYP450, involucrado en la
metabolización de micotoxinas, ha permitido aumentar la tolerancia a aflatoxinas en hasta un
45%, lo que sugiere un potencial uso en la mejora de razas destinadas a la producción lechera
(Karlovsky, 2011).
La combinación de estrategias biotecnológicas como la modulación del microbioma
intestinal y la ingeniería genética en cultivos y animales representa una alternativa prometedora
para mitigar los efectos de las micotoxinas en la producción animal. El uso de probióticos y
prebióticos ha demostrado mejorar la salud digestiva y reducir la absorción de micotoxinas,
mientras que los avances en edición génica y modificación de cultivos han permitido desarrollar
organismos más resistentes a la contaminación por micotoxinas. A medida que estas tecnologías
avanzan, su implementación en la industria agropecuaria podría ofrecer soluciones sostenibles
para mejorar la seguridad alimentaria y la productividad pecuaria
Desafíos y Perspectivas Futuras y Perspectivas Futuras
Los El control de micotoxinas en la producción animal enfrenta diversos desafíos que
requieren soluciones innovadoras para garantizar la seguridad alimentaria y minimizar pérdidas
económicas. Las nuevas tecnologías de detección rápida, los avances en inteligencia artificial y
big data, y las estrategias de control sostenible han surgido como áreas clave para el desarrollo de
enfoques más efectivos en la prevención y mitigación de estas toxinas.
Desarrollo de Nuevas Tecnologías de Detección Rápida y Eliminación de Micotoxinas
El desarrollo de tecnologías de detección rápida ha permitido avances significativos en el
monitoreo de micotoxinas en alimentos balanceados. Métodos como ELISA, espectroscopía
infrarroja y sensores basados en inmunoensayos han demostrado ser efectivos para la detección
de múltiples micotoxinas en tiempo real (Weaver et al., 2020).
Las tecnologías emergentes incluyen el uso de biosensores y plataformas de detección
basadas en nanotecnología, las cuales han demostrado alta especificidad y sensibilidad en la
detección de micotoxinas a concentraciones muy bajas (Plotan et al., 2016). Por ejemplo, el uso
de biochips array ha permitido la detección simultánea de múltiples micotoxinas con un alto nivel

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2489
de precisión y menor costo en comparación con métodos tradicionales como la cromatografía
líquida acoplada a espectrometría de masas (Rahman et al., 2019).
Además, se han desarrollado estrategias de degradación enzimática y biotransformación de
micotoxinas, mediante el uso de microorganismos y enzimas específicas que pueden reducir la
toxicidad de estos compuestos en los alimentos balanceados (Liu & Applegate, 2020).
Avances en Inteligencia Artificial y Big Data para el Monitoreo de Micotoxinas
El uso de inteligencia artificial (IA) y big data ha permitido mejorar la predicción y
prevención de la contaminación por micotoxinas en la producción animal. Algoritmos avanzados
han sido utilizados para analizar datos climáticos, calidad de los granos y condiciones de
almacenamiento, lo que permite anticipar brotes de micotoxinas y optimizar estrategias de control
(Kolawole et al., 2024).
Plataformas digitales integradas con sensores IoT han permitido la automatización en el
monitoreo de alimentos balanceados, detectando cambios en la humedad, temperatura y presencia
de hongos en tiempo real, lo que mejora la toma de decisiones en la cadena de suministro (Sibanda
et al., 2022).
Estrategias de Control Sostenible en la Producción Animal
Las estrategias de control sostenible han tomado relevancia como alternativas al uso de
tratamientos químicos en la mitigación de micotoxinas. La incorporación de aditivos naturales
como fitobióticos, prebióticos y probióticos ha demostrado ser una estrategia efectiva para reducir
la absorción de micotoxinas y fortalecer la inmunidad de los animales (Mavrommatis et al., 2021).
El desarrollo de cultivos genéticamente modificados resistentes a hongos productores de
micotoxinas, como el maíz Bt, ha permitido reducir la contaminación en la etapa de cultivo,
disminuyendo la necesidad de tratamientos postcosecha (McCormick, 2013).
Finalmente, el uso de biorremediación con microorganismos beneficiosos en la producción
pecuaria ha surgido como una estrategia innovadora para la eliminación natural de micotoxinas
en el ambiente y en los alimentos para animales (Karlovsky, 1999).
CONCLUSIONES
Las micotoxinas representan un desafío significativo en la producción animal, afectando la
salud de los animales, la seguridad alimentaria y la economía del sector pecuario. Esta revisión
sistemática ha evidenciado que las estrategias de mitigación deben ser multifacéticas, combinando
métodos físicos, químicos y biológicos para reducir la presencia y toxicidad de estas toxinas en
los alimentos balanceados. Los métodos físicos, como el almacenamiento seguro y el tratamiento
térmico, han demostrado ser efectivos, mientras que los adsorbentes químicos, como arcillas y
zeolitas, reducen la biodisponibilidad de las micotoxinas. Además, los enfoques biológicos,
incluyendo el uso de probióticos y enzimas degradadoras, han mostrado resultados prometedores
en la detoxificación de micotoxinas en el tracto digestivo de los animales.
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2490
Las nuevas alternativas terapéuticas, como el uso de antioxidantes (curcumina, resveratrol)
y la ingeniería genética aplicada a cultivos y animales, ofrecen soluciones innovadoras para
mejorar la resistencia a las micotoxinas. Sin embargo, persisten desafíos en la implementación de
normativas y la variabilidad en la contaminación de los alimentos. Se recomienda continuar con
investigaciones que optimicen estas estrategias, integrando tecnologías emergentes como la
inteligencia artificial y la biotecnología, para garantizar una producción animal más segura y
sostenible. La colaboración entre investigadores, productores y reguladores es esencial para
enfrentar este problema global y proteger tanto la salud animal como la humana.

Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2491
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