Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2552
https://doi.org/
10.69639/arandu.v12i1.757
¿En qué forma la educación representa el inicio y finalidad
del ser humano?
Sobre la filosofía para problematizar y
trazar salidas

In what way does education represent the beginning and end of the human being? On

the philosophy to
problematize and plot exits
Plácido Juárez Lucas

aquilesleon807@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-4358-8169

Centro Regional de Formación docente e Investigación Educativa (CREDOMEX)

Mauricio Iván Cano Vera

ibtmauriciokno@outlook.com

https://orcid.org/0009-0000-4610-3898

Centro Regional de Formación docente e Investigación Educativa (CREDOMEX)

Axapusco, México

Artículo recibido: 10 enero 2025 - Aceptado para publicación: 20 febrero 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar

RESUMEN

El artículo examina las diversas posibilidades culturales en las cuales la educación tiene un papel
regulador y formativo en los diversos grupos humanos que se expresan en la sociedad en
diferentes formas según la edad, los propósitos de inserción cultural y la tradición comunitaria.
El objetivo principal es identificar los medios epistemológicos que motivan la reproducción
cultural desde diferentes núcleos sociales. Se abordan diferentes formas de las necesidades
educativas formales y no formales; el punto de partida es el lenguaje y la cultura como
fundamentos esenciales propios del sentido y la condición gregaria en los seres humanos. El
estudio muestra que la finalidad del ser humano tiene alineación directa con la educación y/o
formación no formal del ser humano, aunque este tenga conciencia o no de ello. Se concluye que
la educación formal tiene un alcance significativo propio de la participación y reconocimiento
social basado en instituciones y representaciones sociales, de las cuales los actores y sujetos
educativos participan de su brillantez o estancamiento.

Palabras clave: pertinencia educativa, condición gregaria, realidad cambiante

ABSTRACT

The chapter examines the various cultural possibilities in which education has a regulatory and

formative role in the various human groups that are expressed in society in
diverse ways
depending on age, the purposes of cultural insertion and community tradition. The main objective
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is to identify the epistemological means that motivate cultural reproduction from different social

nuclei. Different forms of formal and non
-formal educational needs are addressed; The starting
point is language and culture as essential foundations of mean
ing and the gregarious condition in
human beings. The study shows that the purpose of the human being is directly aligned with the

education and/or non
-formal training of the human being, whether the human being is aware of it
or not. It is concluded that
formal education has a significant scope of participation and social
recognition based on institutions and social representations, of which educational actors and

subjects participate in their brilliance or stagnation.

Keywords
: educational relevance, gregarious condition, changing reality
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INTRODUCCIÓN

La educación como reproducción natural de la cultura

Desde la condición de ser gregario (organización a través del lenguaje específico
diferenciado), el ser humano inclina de forma natural (consciente e inconsciente) su organización
y pensamiento hacia la reproducción de lo que hace, piensa, manifiesta y dialoga (cultura). Esta
inercia cultural forma parte de una lógica que permite a las comunidades humanas su continuidad,
teniendo como base la relación de grupos socialmente determinados, independientemente del
número de sus miembros.

Un elemento esencial que explica la inercia de la permanente construcción social de la
cultura es el trabajo educativo, que se organiza por una sociedad para satisfacer sus necesidades
principales y necesidades derivadas de un cierto estilo de vida.

Con base en lo anterior, la educación es un medio de apropiación de costumbres y
tradiciones de forma institucionalizada; eso significa que hay una intención implícita en el Estado
(en su significado político) para que los sistemas educativos de cualquier nación tengan una
determinada forma y no otra. Se verá entonces que obedece o trata de adaptarse al entorno social
y ambiental de su sociedad y contexto geográfico.

Desde el análisis sociológico, la educación es otra de las instituciones que dan sentido a la
vida de las sociedades, y también se comprende la reapropiación cultural cuando los seres
humanos que han pasado por varios procesos educativos y mediante experiencias previas pueden
cuestionar y reinterpretar su realidad desde patrones distintos a los tradicionales.

Justo con el fenómeno educativo, la cultura se reinventa en automático; la reinvención tiene
que ver directamente con la práctica, la gestión y los resultados de todos los procesos de enseñanza
y aprendizaje que adquieren la atribución de volver la mirada a sí mismos para valorar el devenir
del Heráclito. Todo lo anterior para poner atención en el proceso (durante) de desarrollo
intelectual, emocional y físico del ser humano.

Es importante puntualizar las condiciones naturales en las que existe una reproducción
cultural apoyada en la educación como sistemas que operan dicha transición a través de la historia.

1.
Enseñanza y aprendizaje de la satisfacción de las necesidades básicas. La educación está
omnipresente en la historia de los seres vivos y humanos, primero, por satisfacer las
necesidades básicas elementales: el hambre, la vestimenta, el calzado y un techo para
dormir. El ser humano se organiza, enseña y aprende cómo se deben buscar alimentos y
elaborar su propio calzado y vestimenta, además de construir una casa para protegerse del
frío y las adversidades naturales. Engels (1876) menciona el desarrollo de la racionalidad
del ser humano mediante la educación y el trabajo organizado.

2.
Enseñanza y aprendizaje de las cualidades gregarias. El ser humano enseña y aprende que
las tareas y necesidades se pueden resolver de mejor manera mediante la colaboración de
Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 2555
varios miembros de la comunidad. Surge entonces la división social del trabajo y, con ello,

los oficios.

La cultura tiene como medio la educación y la condición de racionalidad humana; aunque
estas no presenten evidencia material, se encuentran implícitas directamente con la naturaleza
biológica y organizativa de las personas y del mundo que construyen mediante su interpretación
diaria.

MATERIALES Y MÉTODOS

El trabajo tiene un enfoque cualitativo, en el cual se utilizaron métodos acordes con la
temática educativa, la cual consiste en el respaldo de la etnografía educativa y la fenomenología;
ambas formas de abordar la construcción del ser humano en su multidimensionalidad permiten
establecer contrastes para esclarecer los logros de las comunidades humanas en diferentes formas
socioeducativas que hoy en día las vemos concretadas como instituciones.

El primer lugar se procedió con un análisis crítico de las instituciones por medio de sus
actores sociales, se incorporó la visión académica mediante expertos exponentes de la
interdisciplina con predominio de la sociología y filosofía educativa, logrando con ello una acción
dialógica en la cual coinciden los siguientes planteamientos. El conocimiento plasmado puede
complementarse con la naturaleza humana y las condiciones cambiantes de la realidad social y
educativa.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La educación como intención por comprender mejor el mundo y el ser humano en su
multiplicidad

Se comprende la educación como parte del inicio del ser humano, en su condición de
racionalidad; se interesa por el mundo y sobre sí mismo (antropocentrismo), y encuentra que los
mecanismos de enseñanza bajo los cuales aprendió el lenguaje y se acercó al mundo, ahora puede
cuestionarlos en su funcionamiento o reafirmarlos mediante enfoques interpretativos.

La educación es una finalidad del ser humano; cuando las interrogantes y las respuestas se
cierran en la definición momentánea relativa, las pautas en las que se validan los grados
académicos, los aprendizajes y los resultados. Y son una finalidad subjetiva y relativa porque
terminan, pero luego vuelven a iniciar cuando se reanuda la formación, los aprendizajes de forma
natural e intencional.

Las personas tienen una concepción distinta de lo que significa la educación, pero aun sin
percibirlo, la educación nos piensa. Esto significa que nuestra capacidad más mínima de
comunicarnos, entender y generar propuestas es producto de una condición educativa que
posibilita que pensemos así. Desde hace ya varios siglos, el ser humano ya nace con una sociedad
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definida, en una familia y una comunidad; los lazos de la colectividad son el principio y son el
fin de la educación.

El ser humano se desarrolla y aporta con intención o sin saberlo a un colectivo en sus
intentos por resolver y comprender mejor el mundo que le rodea. Comprender la multiplicidad de
la utilidad y pertinencia educativa puede tener dos grandes razones innegables:

1.
Necesidades de enseñanza y aprendizaje similares en contextos distintos del
conocimiento. Hay metodologías de enseñanza y aprendizaje que funcionan bien
independientemente del lugar donde se apliquen.

2.
Necesidades de enseñanza y aprendizaje distintas en un mismo contexto. Se refiere a los
métodos, teorías y prácticas que deben ser sometidos a un mínimo proceso de adecuación,
aunque se trate de una comunidad pequeña.

¿Los problemas sociales, tecnológicos y ambientales rebasan la capacidad educativa para
resolverlos desde el campo pedagógico?

Los problemas del ser humano han aumentado en complejidad, rebasando la expectativa
de consecuencias hacia otras esferas donde, hace décadas y siglos, era impensable dañar el medio
ambiente, como los bosques, el agua y los gases invernadero, iniciados y agravados por la
actividad humana. Los problemas antes mencionados no eran vistos por la sociedad de los siglos
XIX hacia atrás porque su pensamiento tenía como punto de partida la “sostenibilidad
productiva,” que es la concepción de recursos inagotables. Recuérdese que, durante los periodos
previos a la revolución industrial del siglo XIX, los recursos naturales parecían inagotables, de
ahí que el término “producción sostenida” hiciera alusión a mantener un cierto nivel de extracción
de los recursos naturales para alimentar los procesos industriales donde se transformaron
derivados secundarios, lo cual se consideraba un verdadero reto, incluso para las naciones más
poderosas.

En su intento por aplicar la ciencia y la tecnología en favor de resolver los problemas
humanos para facilitar la vida, el ser humano ha creado sociedades cada vez más complejas, que
han requerido de nuevas estrategias para comprender y atender esos problemas.

La respuesta a la interrogante sobre la capacidad de respuesta educativa a los problemas
del ser humano es relativa, desde los distintos niveles escolares, si se piensa en el nivel de básica,
seguramente no habrá capacidad de respuesta social, porque los entes involucrados se encuentran
enfocados en trabajar la aprehensión e inserción social de los estudiantes de ese nivel a la sociedad
compleja, por otro lado, si se piensa en la aplicación de conocimientos técnicos y / o científicos
de posgrados o científicos, con certeza existirán dos posibilidades, la primera evidenciaría un gran
porcentaje de recursos humanos y económicos que no pueden responder a la problemática social
por el enfoque o por la errónea aplicación, por otro lado la segunda posibilidad apuntará a pocos
recursos humanos y económicos con una gran relevancia y aporte a la solución de problemas
nacionales, el problema de esto último es que no siempre se le reconoce al que realmente aporta,
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sino al que tiene mayor relación política, o cual demuestra en varias partes de la estructura
educativa nacional, una política fallida en la ejecución de los recursos.

Algunas limitantes de infraestructura nacional y economía son obstáculos para solucionar
problemas sociales basados en la educación, pero, como base esencial del planteamiento y
resolución de problemas, ha demostrado históricamente que la misma pedagogía y todo el
conjunto educativo pueden reinventarse; prueba de ello son los siglos de avances en la calidad de
vida de las personas y los servicios. La educación responde a las demandas, y en los casos donde
no hay respuestas es porque la misma sociedad (incluso la educada) está viciada por los excesos
y defectos en su más amplio sentido de connotación.

En el contexto de las nuevas sociedades y del cambio climático, las ciencias de la educación
tienen un papel muy importante para comprender y atender los problemas sociales y ambientales
desde la interdisciplina. Algunas formas de abordar la problemática son las siguientes:

Educación ambiental

Este enfoque se refiere al conjunto de acciones y estudios encaminados a combatir el
cambio climático desde distintas aristas; se trata de iniciar desde lo conductual hasta las acciones
colectivas. Morales (2008) sugiere que, de forma institucional, los académicos han trabajado
arduamente por la pedagogía ambiental, pero es hasta finales del siglo XX donde se sientan las
bases científicas y normativas para ocuparse de forma más puntual en el cuidado del medio
ambiente, su mitigación y su comprensión como la conjunción compatible de múltiples
organismos y sus relaciones para la coexistencia humana, y es aquí donde la educación vuelve a
ser pertinente y oportuna para que las nuevas generaciones crezcan y se desarrollen desde esta
connotación e imbricación causal multidimensional.

De lo anterior resalta la pedagogía ambiental en educación básica, que, aun a pesar de los
esfuerzos de los programas educativos exitosos en varios estados de la república, han logrado ser
suficientes para arraigar los valores y hábitos para acciones sostenidas en favor del medio
ambiente.

Lo que se ha trabajado en el aspecto ambiental está relacionado con la sensibilización del
medio ambiente, el conocimiento de los factores que forman parte del ambiente y que no rebasan
la parte cognitiva. Es claro que existe una brecha enorme, dados los aprendizajes requeridos para
la esfera ambiental. Lo que se trata de abordar aquí es la necesidad de convertir del carácter
opcional al carácter obligatorio al menos una asignatura que se ocupe de la educación ambiental.

El problema ambiental es cada vez más grave; su solución depende de la acción humana y
esta, a su vez, de la educación de los actores educativos y de la aprehensión de los educandos, en
el marco de la diversidad cultural del país. Estamos entonces en un momento histórico donde el
repensar docente es necesario día con día. Para cada rincón del país, las metas deben ser comunes,
aunque adecuadas a las necesidades y problemas específicos de las comunidades rurales, urbanas
y semiurbanas (De la luz, 2011).
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Otra vertiente de la educación ambiental se realiza con los programas de huertos escolares,
donde se busca fomentar dos aspectos fundamentales: el primero es la alimentación sana con
verduras sembradas y cosechadas en la escuela, y el segundo, derivado de la siembra y cosecha
de verduras en la escuela, fomentar la sostenibilidad ambiental mediante el reciclaje del agua y el
cultivo de esas plantas mediante métodos biológicos y orgánicos.

Educación socioemocional

La cuestión sistémica: ¿Qué tanto la capacidad educativa está preparada para enfrentar los
problemas socioemocionales en las escuelas, sobre todo de nivel básico? La respuesta es
compleja, en primera porque existen varias escuelas donde, en apariencia, dichas necesidades no
son tan evidentes, pero siempre están presentes. En segundo lugar, habrá escuelas donde los
problemas parecen rebasar la capacidad de atención docente y directiva. Lo anterior es más
representativo para la realidad mexicana por diferentes factores, como las dinámicas de los padres
de familia, que tienden a la desatención cada vez más profunda hacia los niños, y la atención no
asertiva a las necesidades socioemocionales de los estudiantes en estas etapas escolares. En ambas
formas, la vertiente emocional es fundamental para atenderse en estudiantes ante la creciente
versatilidad de elementos sociales que pueden influir de forma negativa en su formación (Morales
y Camacho, 2019).

Educación comunitaria

La relación educativa del ser humano se integra directamente con la comunidad, desde la
cual es posible estudiar los grupos sociales, donde cada familia participa directamente en los
deberes y derechos sociales. Es la comunidad donde la mayoría de las instituciones e individuos
encuentran el sentido de reconocimiento para dar continuidad a la vida cotidiana, aunque parece
en términos comunes: algo predeterminado y dado por hecho como “relación automática y
normal”; se trata de una relación compleja, sobre todo si se contempla la diversidad de
comunidades que conforman la república mexicana. En ese sentido, la percepción y comprensión
educativa son amplias, atemporales y permanentes (Tunal, 2010).

Recientemente se han incorporado en la NEM los elementos que promueven los valores y
el sentido de vivir en una comunidad. Dichos esfuerzos del sistema educativo nacional son
evidentes desde las necesidades del individuo como sujeto educativo (estudiante) por y para
insertarse satisfactoriamente a los engranajes de una sociedad cambiante, adversa e incierta, en la
que, durante su trayecto formativo, deberá incorporar las herramientas que le permitan generar
oportunidades de sustento y otras formas de aporte sociocultural.

La educación como inicio y finalidad del ser humano: filosofía para problematizar y trazar
salidas

El inicio del ser humano puede concebirse desde diferentes aristas, pero desde el punto de
vista educativo, corresponde a los padres o tutores introducir desde la emotividad y el lenguaje a
los infantes dentro de la lógica social humana. Se trata de un inicio a la vida gregaria en la cual
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los códigos lingüísticos forman la mayoría de los elementos culturales que requiere el ser humano
para su desarrollo sociocognitivo; entonces, los conceptos avanzan desde lo abstracto hacia lo
concreto (Piaget, 1963).

El inicio es, entonces, Pazmiño (2008) sugiere una mezcla variada de valores, emociones
y conocimientos que el individuo recibe en sus primeros años de vida y representa gran parte de
la expectativa de un potencial que puede desarrollar en su vida cotidiana. Las posibilidades
pueden desplegarse mediante la educación de calidad formal, pero se limitan sin ella.

La finalidad se forma con el destino epistemológico que al ser humano le toca vivir, es
decir, con o sin educación. Lo que el ser humano decide como vocación para sí mismo gira en
torno de su contexto, además de los círculos sociales cercanos que le influyen. De lo anterior
puede construir una finalidad en forma de salida:

1.
Salida hacia atrás. Significa buscar una respuesta sobre “lo que soy” desde el pasado; el
individuo educativo reconoce su pasado, lo valora para encontrar una definición de sí
mismo. Encontrando algunas respuestas, el ser pedagógico puede corregir y mejorar sus
acciones del presente.

2.
Salida hacia los lados. Se trata de valorar el respaldo, la emotividad y los conocimientos
aportados desde las personas cercanas al ser pedagógico. No siempre se valora a estos
grupos; hay quienes tienen todo el apoyo de sus familiares y nunca lo aprovechan, y hay
quienes crean posibilidades de apoyos mínimos.

3.
Salida hacia adelante. Implica tener en cuenta las dos anteriores; el individuo se
visualiza con elementos integrales de su experiencia, mismos que amplían su criterio,
modifican su orientación y vierten sentido autónomo a sus decisiones; se llama entonces
visión de desarrollo prospectivo.

4.
Salida documentada. La importancia de construir humanos desde el cultivo de su
conciencia es importante; Alain Touraine (2009) sugiere la orientación vocacional y la
formación académica de los estudiantes en la medida en que se lo permitan.

Durante la mayoría de las generaciones, las personas han buscado su porvenir con el ingenio, el
trabajo y la perseverancia. El lenguaje ha sido el medio de comunicación y supervivencia que
permite perpetuar a los humanos y cómo prevalece su pensamiento.

¿Qué tanto acudir al eurocentrismo para construir latino-centrismo?

Esta es una cuestión compleja, muy discutida por la historiografía, filosofía y sociología
principalmente. Con regularidad, el eurocentrismo se refiere de forma fundada o ideológica a
todos los aportes científicos, culturales y lingüísticos reclamados o aclamados como propios de
los territorios y culturas del viejo continente (Europa), especialmente de los principales países
que han disputado el poder político por medio de imperios sostenidos en alguna época de la
historia (Italia, Alemania, Inglaterra, Francia, España), y de los cuales el mundo preserva legados
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como arte, arquitectura, idiomas, ciencia y tecnología. Varias tradiciones académicas las
difundieron en el mundo mediante la educación (Bárcena, 2013).

Lo que realmente interesa con fines educativos es el criterio que los propios educandos
puedan tener de la valía cultural de Europa en la vida socioeducativa de las personas, pero esa
percepción epistemológica depende del libre albedrío de cada persona, la cual puede fortalecer o
negar el eurocentrismo desde la vida como habitante latinoamericano.

En numerosos círculos académicos y educativos, recientemente se han realizado intentos
por quitarle los méritos “exagerados” al eurocentrismo y enaltecer la originalidad y valía de “lo
que somos” como cultura latinoamericana. No se puede clarificar una postura adecuada al
respecto, sobre todo porque cada opinión emitida depende de los acervos culturales que cuente el
individuo para argumentar un criterio. Bajo ese sentido, existen argumentos más sólidos y otros
más débiles, hasta sin fundamento, sobre “lo negativo o positivo de las culturas de Europa”.

Desde el punto de vista académico, es notoria la intención por encausar la mirada y los
pensamientos hacia el valor intrínseco de “todo lo que somos y hacemos”, plasmada en la historia
y presente de nuestros pueblos desde la connotación “concebido como América Latina”. Los
sujetos y actores educativos deben recurrir a las fuentes culturales pedagógicas de cualquier parte
del mundo si su quehacer así lo requiere y este está dentro de los preceptos éticos. Por otro lado,
se considera una práctica reducida cuando el sujeto educativo trata de equilibrar el uso de fuentes
culturales sin que su escenario pedagógico lo requiera. Lo anterior puede ser plausible teniendo
como base un marco comunitario y social que no deje de lado las sanas costumbres y tradiciones
propias de la cultura nacional y regional.

CONCLUSIONES

La educación ha tenido y tendrá un papel determinante en la sociedad; en algunas épocas
esta participación se ha visto frenada por los conflictos entre naciones, muchos de los cuales
duraron incluso décadas (por ejemplo, las cruzadas y la Edad Media). En dichos procesos la
educación se estancó o tomó diversos rumbos de los cuales la historiografía ha tomado nota.

Desde la perspectiva anterior, la educación está presente como una necesidad intrínseca en
el ser humano. Bajo este contexto es importante visualizar que los sujetos y los actores, en su
consideración temporal, deciden el grado de compromiso y trabajo que han de invertir en los
procesos formativos.

Se concluye entonces que la educación es una necesidad natural que reproduce el ser
humano como una propiedad de la condición gregaria; y se manifiesta por diversas formas
lingüísticas y culturales donde la misma educación vuelve a ser el motor ético que imprime vida
y sentido a la actividad humana.

La historia de la cultura le ha impreso a la educación un marco normativo que parte del
deber ser para regular cada vez mejores prácticas formativas para las personas; eso incluye la
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diversificación de contenidos, disciplinas y modalidades en la impartición de clases. Con el
tiempo, las sociedades que viven en los diferentes conglomerados sociales del mundo han
adoptado, por reconocimiento, las formas más convencionales de la educación.

El éxito que tiene cada sistema educativo para asumir y resolver los problemas sociales o
técnicos depende en gran medida de la sincronía de las autoridades, la generación de
oportunidades y la coordinación con los demás actores educativos.

La parte ideológica de las personas influye en cómo las personas o las instituciones se
consideran autónomas o dependientes; esto a raíz de valorarse, subvalorarse o sobrevalorarse;
tanto individuos como instituciones pueden estar desfasados o acertados en su papel educativo.
Al respecto de la afirmación anterior, Marx (1880) sugiere el juicio crítico, el cual consiste en no
exagerar ni en la búsqueda ni en la autodeterminación de “lo que somos” o “lo que son las cosas.”.
Se recomienda entonces, desde Marx, que vean las cosas como son, “sin ponerle ni quitarle
nada.”.
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